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Territorios y demanda de vivienda

Columna de opinión por Yolanda Acevedo
Jueves 5 de septiembre 2019 9:20 hrs.


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Relacionaré en esta columna con los conceptos de Soberanía Territorial Política Habitacional y Cultura Chilena a raíz de la situación actual de emergencia climática en la región metropolitana, el aumento incontenible de las tomas de terrenos y las desbordantes crisis institucionales que he venido comentando a través de estas columnas.

La noción de territorio definida en el Dictionnaire de l’urbanismo et de l’amenagement de Pierre Merlin y Francoise Choay, editado por puf, en una versión enteramente refundida en abril de 2015, define lo siguiente: territorio es entendido como un espacio apropiado por un individuo o una comunidad.

Se habla de la parte de un territorio perteneciente a un propietario o apropiado por un animal. Pero se emplea igualmente este término para designar  el espacio delimitado sobre el cual se ejerce la autoridad de un Estado o de una colectividad. En Francia las comunas, los departamentos y las regiones, son los tres niveles de colectividades territoriales. En los tres casos, la noción de territorio no es solamente espacial, sino que implica una dimensión temporal de apropiación o de constitución. Se habla también de circunscripciones territoriales para la organización espacial de administraciones de servicios.

En el dominio del ordenamiento, o mejor traducido del acondicionamiento, esta noción está sobretodo ligada al territorio nacional que es objeto de políticas de acondicionamiento del territorio.

En Chile la noción de territorio (ver columna de lunes 8 de octubre de 2018) considera que los tres elementos constitutivos o de existencia del Estado son: el humano, el territorio y el poder.

Al igual que en Francia, existen los tres niveles el nacional, el regional y el local o las comunas, sin embargo, en estos tres niveles no existe en Chile el concepto de colectividades territoriales.

Según el Diccionario Pequeño Larousse edición 2006, soberanía se define como dignidad o autoridad suprema: soberanía de las élites, del pueblo. Cualidad del poder político de un Estado o de un organismo que no está sometido al control de otro Estado o de otro organismo. En el caso chileno la aproximación a la noción de soberanía muestra algunas cuestiones al considerar la teoría y la práctica territorial. La Constitución de 1980 en su artículo 5º establece que: “La soberanía reside esencialmente en la Nación”. precisando que: “Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse su ejercicio.”

Para reflexionar sobre la noción de política habitacional, he escogido el artículo de Xenia Fuster-Farfán publicado por la Universidad de París 8, Centre de Recherche sur l’Habitat. En su resumen ella asevera que: “La revisión de las políticas habitacionales vigentes en Chile permite analizar el neoliberalismo híbrido en tanto paradigma de intervención social. Su hibridez radica en el ensamblaje entre elementos del neoliberalismo, con propuestas de inversión y promoción social. Se sostiene que esta hibridez, en el caso chileno, se expresa en la mantención del sistema subsidiario, la tercerización de la intervención, la realización de proyectos que buscan ser más pertinentes a las realidades culturales y territoriales y, paradójicamente, el aumento del protagonismo del aparato público. Se busca demostrar, mediante el análisis cualitativo de cuatro conjuntos habitacionales, que los elementos mencionados pueden dar origen a “casos excepcionales” en la política de vivienda social, con un incremento en la calidad de la oferta que no logra constituirse en el estándar para toda la población atendida. Se concluye que la política pública así definida produce nuevas brechas en la calidad de los bienes y servicios que provee”. 1

Habitar: El verbo habitar es definido en el Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado como la palabra proveniente del latín habitare, que quiere decir ocupar un lugar, vivir en el . esto es, Vivir o morar en un lugar o casa: habitar una amplia mansión; habitar en el campo. agrego habitar el Mapu, habitar la Ruca.

Cultura: El sustantivo femenino de cultura es definido por el mismo diccionario como la acción de cultivar, especialmente las facultades humanas. Conjunto de conocimientos científicos, literarios y artísticos adquiridos. Conjunto de estructuras sociales, religiosas etc. y de manifestaciones intelectuales, artísticas, etc. que caracterizan una sociedad o una época: cultura helénica. Cultura de masas: conjunto de los hechos ideológicos comunes a una gran masa de personas consideradas al margen de las distinciones de estructura social, difundidos en su seno por medio de técnicas industriales.etc.

Añado a las anteriores definiciones la de cultura mapuche. El pueblo mapuche que representa su cultura es y ha sido siempre una de las etnias originarias más importantes del país, tanto por su peso social y demográfico como por su fuerte sentido de identidad cultural, que ha encontrado históricamente formas de resistencia y de adaptación a la dinámica del contacto fronterizo con españoles y chilenos

Demanda: En el mismo diccionario, el sustantivo femenino se define como petición, solicitud. En economía es la cantidad de mercancía o de un servicio que los consumidores están dispuestos a comprar a un precio y en un período determinado.

Si releemos:

  • En promedio, 10 familias llegan a vivir a campamentos cada día.
  • El 50% llega a vivir a campamentos porque no les alcanza para el arriendo.
  • La cantidad de familias han aumentado en un 70% desde el 2011.
  • El 90% de las familias no tienen acceso seguro a la luz o el agua.

Podemos definir esta situación como de “penuria de la vivienda”, analizada por Friedrich Engels: “La llamada penuria de la vivienda, que representa hoy un papel tan grande en la prensa, no consiste en que la clase obrera en general viva en malas viviendas, superpobladas e insalubres. Esta penuria de la vivienda no es peculiar del momento presente; ni siquiera es una de las miserias propias del proletariado moderno a diferencia de todas las clases oprimidas del pasado; por el contrario, ha afectado de una manera casi igual a todas las clases oprimidas de todos los tiempos. Para acabar con esta penuria de la vivienda no hay más que un medio: abolir la explotación y la opresión de las clases laboriosas por la clase dominante. Lo que hoy se entiende por penuria de la vivienda es la particular agravación de las malas condiciones de habitación de los obreros a consecuencia de la afluencia repentina de la población hacia las grandes ciudades; es el alza formidable de los alquileres, una mayor aglomeración de inquilinos en cada casa y, para algunos, la imposibilidad total de encontrar albergue. Y esta penuria de la vivienda da tanto que hablar porque no afecta sólo a la clase obrera, sino igualmente a la pequeña burguesía”. 2

Ahora bien, si nos detenemos sobre estas nociones fundamentales y las relacionamos entre si, y extendemos la mirada hacia otros territorios, extranjeros y fundamentalmente  extendemos la mirada desde la metrópolis hacia el territorio endógeno podemos preguntarnos lo siguiente:

¿Cómo calificaríamos nuestra soberanía nacional?

Si relacionamos la soberanía con el territorio nacional, que ocurre con el suelo o el territorio y la vivienda de los residentes en Chile?

¿Cómo hemos llegado a la situación que hoy define la organización Techo? ¿Cuáles son sus causas?

¿Que necesitamos para cambiar nuestra carta fundamental que defina lo esencial de acuerdo a la vida que queremos para hoy para nuestros hijos y nietos?

El gran desafío hoy es la incorporación en el diseño y aplicación de políticas públicas territoriales sustentables y habitacionales, a los protagonistas de las demandas, considerando que ellas (las demandas) son un proceso evolutivo.

La autora es MS. Planificación Urbana París 8 y Magister en Desarrollo Regional PUC Chile.
1.-  Fuente: vol 45 | no 135 | mayo 2019 | pp. 5-26 | artículos | ©EURE
2.- Fuente: Contribución al problema de la vivienda. Escrito por Engels de mayo 1872 a enero de 1873. Publicado por vez primera en el periódico Volkstaat, núms. 51-53, 103 y 104, del 26 y 29 de junio, 3 de julio, 25 y 28 de diciembre de 1872; núms. 2, 3, 12, 13, 15 y 16 del 4 y 8 de enero, 8, 12, 19 y 22 de febrero de 1873 y en tres sobretiros aparte, publicados en Leipzig en 1872 y 1873.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.