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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Víctor Jara: la pedagogía fue su canto; su lucha, los DD.HH.

Columna de opinión por Viviana Soto Aranda
Martes 19 de noviembre 2019 12:19 hrs.


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Víctor Jara, un recuerdo patente de un hombre noble, observante y crítico del acontecer cotidiano del pueblo trabajador y su justicia. En esa conexión, un tiempo y espacio oscuro de nuestra historia, Víctor Jara escribió la suya y la de muchos: “Somos 5.000 en esta pequeña parte de la ciudad… cuántos seremos en todas las ciudades y en todo el país. Solo aquí 10.000 manos siembran y hacen andar las fábricas. ¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!”. Tus palabras resuenan hoy y las gritamos en las calles, desesperadamente furiosos y felices por haber salido de un abominable silencio y del cruel y avasallante consumo neoliberal que ocultó la precaria vida de todo un Pueblo.

En este momento, nuestros brazos en alto enarbolan profundas heridas y en expresión a toda resistencia por la injusticia que ya venían dando los adolescentes y jóvenes estudiantes cuyos gritos de evadir el abuso del poderoso, salían de lo subterráneo hacia la superficie, venía de lo profundo un grito que hicimos nuestro, porque tomamos el peso de esa lucha, la opresión de 30 años y sus nefastas consecuencias para con los niños, niñas, y jóvenes.

Víctor Jara siempre presente: “Abramos las jaulas pa` que vuelen como pájaros”, nos anunciaba y denunciaba con su canto la lucha por los Derechos Humanos de los niños como Luchín. A 30 años de la aprobación, por parte de la asamblea de la ONU, de la Convención de los Derechos del Niño –el 20 de Noviembre de 1989 y que el Gobierno de Chile ratificó en 1990– se hace fuerte la voz para exigir el cumplimiento en Chile de los DDHH y la justicia social, porque hay desesperanza multiplicada y aprendida por las precarias condiciones de las necesidades básicas fundamentales, en barrios al desamparo de la pobreza, la droga y la violencia, que convierte vidas y territorios en mortales disputas amuralladas. Porque ante el derecho de expresar los niños, niñas, y jóvenes sus voces y justas demandas, reciben una brutal y desmedida violencia de un Estado policiaco que les reprime, agrede, y mutila sus cuerpos y estado emocional.

“Abramos todas las jaulas pa’ que vuelen como pájaros” Víctor Jara les cantaba en denuncia contra la opresión y que hoy hemos visto en todos sus despliegues y repliegues cotidianos, como en la fuga de la residencia de Sename, en la lucha por mejorar educación, la fuga en las escuelas, el rechazo a la institucionalización de sus vidas;  y la búsqueda de expresar sus voces, sus juegos, sus inventivas, el reconocer que son niños, niñas y que necesitan ser amados, tener un hogar amable en lo espacial y relacional, reconocerles en la sociedad y ciudad para compartir, aportar con sus ideas por una vida mejor. En todo, una exigencia radical y que habla simple y lisa y llanamente de humanización.

“Abramos todas las jaulas pa’ que vuelen como pájaros”. Su canto presente, refuerza y enaltece a los niños, niñas y jóvenes en su máximo referente de un juego en libertad, anunciando sus vitales sueños; porque tenemos que contribuir al sentido fundamental de sus DDHH e inaugurar  en este tiempo de revuelta y transformación social un vital y urgente nuevo trato, porque sus jaulas han sido el encierro de la pobreza, de la desigualdad, de la injusticia, el abandono y todas las múltiples violencias que tenemos que derribar, como su derecho para vivir en paz.

 

La autora es académica Dpto. Educación. Facultad de Cs. Sociales. U. de Chile. Integrante equipo fundador Red Chilena de Pedagogía contextos de encierro. Red PECE.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.