“No nos podemos seguir haciendo cómplices de esa invisibilización que empezó en el siglo XIX con la construcción de la historia de Chile, con el blanqueamiento de la historia”. Lo anterior es una reflexión del académico de la Universidad de Concepción y arqueólogo, Pedro Andrade. El licenciado en Antropología estuvo a cargo del estudio “De Desterrados y Marginales: Reconstrucción bioarqueológica de la población de la Misión Colonial de San José de la Mocha”.
El hallazgo de osamentas en 2016, correspondientes a los antiguos habitantes de la Misión y sus descendientes, en el sector de Pedro de Valdivia en Concepción derivó en una investigación que reveló nuevos antecedentes. “La gran mayoría son mapuches y rasgos muy similares a los de la Isla Mocha” mencionó Andrade en un artículo anterior donde se refería al destierro forzado hace tres siglos de familias mapuche hacia el continente.
Sin embargo, la recuperación de estos 127 individuos (26 entierros y restos óseos de 101 individuos) permitiría conocer otros capítulos de la historia colonial de esta misión y de la Región. El estudio revela que de los individuos adultos de la muestra, cuatro poseen un patrón dental incongruente a aquellos observados en la población de control. Agrega que podrían asignarse a “diferentes filiaciones poblacionales, lo cual se condice con la llegada de mestizos, mulatos, esclavos libertos, europeos y criollos a la Misión San José de la Mocha”.
Y concluye: se debe decir que algunos de los rasgos morfológicos encontrados se corresponden con aquellos observados en poblaciones africanas subsaharianas (Irish, 1997).
“El componente amerindio, grupos humanos prehispánicos, estaba mayormente representado pero habían leves diferencias que se arrancaban y nos llamaban la atención” recuerda Pedro Andrade. El investigador afirma: “ahí encontramos la principal llave para entrar a esta otra población, encontramos la diversidad poblacional”.
“Un par de individuos, uno que tiene muy marcada la presencia afrodescendiente que se desvía completamente. Cerca del 68 por ciento de sus rasgos dentales son de la África Subsahariana. Y otros , tenían rasgos africanos, rasgos europeos mezclados y pensamos que ése podría haber sido mulato o en esa época se le llamaban los cuarterones o quinterones (afrodescendientes de cuarta o quinta generación)” relata el arqueólogo Andrade.
En 1753 y luego del terremoto, el traslado de Concepción al Valle de la Mocha se relaciona con el futuro de la Misión San José. Ésta quedaría integrada como una “zona marginal a la ciudad” por lo que durante la época colonial llegaron personas de los estratos sociales conocidos como “Bajo Pueblo”. Según el Magister en Historia , Francis Goicovich, ese grupo se encontraba conformado por indígenas, mestizos, esclavos, zambos y algunos criollos menos afortunados.
Si bien el reporte de la presencia de individuos de estas poblaciones no es nuevo en contextos coloniales chilenos, el estudio concluye que “es novedoso en cuanto corresponderían a los primeros reportados para la zona centro sur de Chile”. Para Pedro Andrade, “fue un tremendo hallazgo y abrió otra línea de investigación con otro equipo donde empezamos a hacer la revisión histórica de los afrodescendientes en Concepción”.
Dejando atrás el “imaginario”
“La injusticia de su situación también la sufrieron generaciones de esclavos africanos o descendientes de africanos, que vivieron y trabajaron en Chile durante casi tres siglos, desde los primeros años de la Colonia hasta la abolición de la esclavitud, en 1823…¿Por qué razón no conocemos las historias de africanos esclavos y de sus descendientes en Chile?…” Investigadora y académica Celia Cussen. Extracto de introducción en “Juan Valiente, de esclavo a capitán con Pedro de Valdivia” (Carvajal-Ibarra, 2019 Liberalia Ediciones).
“Lo primero que me llamó la atención es esta noción en el imaginario si le preguntas a gente mayor en Concepción, mamá o abuelo, que acá no hubo afrodescendientes. Llegaron y se murieron por frío y no dejaron huella o aquí no llegaron porque eran muy caros. Eso ha sido la motivación para romper esta creencia” agrega Andrade que en esta recopilación trabaja con la antropóloga sociocultural y Magíster en Historia, Mary Anne Argo-Chavez, y con el antropólogo sociocultural y Magíster en Lingüística, Alonso Soto-Cerda.
En este seguimiento a la historia de los afrodescendientes en la ciudad penquista , un nombre se repetía: Juan Valiente. Fue como la punta de un carrete de un hilo-dijo el arqueólogo-, “tiramos ese hilo y aparecieron otros personajes”. Dejando atrás ese “imaginario”, asegura que “no hubo pocos y se quedaron de manera permanente”. Según los antecedentes, hay una constante de esta presencia entre 1550 (fundación de Concepción por lo españoles) hasta la Guerra de Independencia y es trazable:
Siglo XVI: Esclavos de servicio de oficiales militares españoles y vecinos, esclavos de servicio de oficiales burocráticos españoles, esclavas libertas casadas con encomenderos, esclavos sirviendo en el ejército y trabajando como herreros, tripulaciones de barco y en granjas además de deserción a territorio mapuche.
Siglo XVII: Descenso en los registros, primeros nacimientos afropenquistas, esclavos de servicios religiosos y vecinos, presencia en el ejército, esclavos en Chillán y Rere y cofradía de esclavos en Concepción.
Siglo XVIII: Aumento de menciones y mayor diversidad regional, esclavos de servicios de autoridades eclesiásticas y hacendados (casi no hay menciones de servicio en el ejército), mayor número de esclavas, denuncias de maltratos por parte de esclavas y evidencia de movilidad residencial.
Siglo XIX: Libertad de vientres en 1811, Censo de 1813 (2429 personas categorizadas bajo el rótulo de “negros, mestizos y mulatos”), esclavos de servicios de vecinos pudientes, movilidad residencial, participación de esclavos en el Batallón de los Infantes de la Patria y en otras divisiones del Ejército Libertador.
“Hemos investigado pocas fuentes primarias y la gran mayoría son secundarias porque no hemos podido acceder a los archivos en el contexto del estallido y este año la pandemia . Ahí estoy seguro vamos a encontrar más evidencias, destaco la generosidad de muchas personas que me mandan artículos y aparecen datos que no tenía, además que vieron la charla con Arqueología Histórica Santiago” menciona Pedro Andrade.
“Después de la guerra de independencia muchos afrodescendientes optaron por irse buscando un clima mejor” reflexiona Andrade. Pero también menciona otro proceso: ellos optaron por exogamia y se casaron con los que consideraban sus iguales de Bajo Pueblo (mapuche o mestizos).
“Fue pensado por ellos mismos con la idea de que sus hijos no siguieran sufriendo la discriminación. Por eso no los vemos además del componente de la historia blanca, civilizada y homogénea de que eran dos grupos ( los españoles y mapuche) y no había más…” concluye. Sin embargo, algunos testimonios locales reconocen una historia conocida como la LAGUNA DE LOS NEGROS.
“Orgullosas de estas nietas”
“La revuelta en el Trial es el más famoso de los pocos casos documentados en Chile de esclavos alzados a bordo de un barco. Tal parece que la crueldad del episodio, y del castigo que recibieron los implicados, impactó profundamente en la opinión pública decimonónica…” expuso Javiera Carmona en el Coloquio Huellas de África en América: Perspectivas para Chile (mayo, 2007).
Claudia Urbina es investigadora y actual integrante del proyecto “Laguna de las Negras”. “Nos dimos cuenta de que si bien estaba instalada esta leyenda popular había un pequeño párrafo que decía que en la embarcación, en el momento del motín, venían mujeres , niños, bebés y jóvenes que llegaron al puerto de Talcahuano pero al día de hoy nadie sabía nada…” menciona la licenciada en sociología.
“Para mí fue muy gatillante y me generó un remezón. Ahí hay un vacío, una laguna, un olvido y una negación” agrega. Así, convergiendo con más relatos, testimonios, entrevistas a vecinos, recuerdos, músicos, bailarines que hacían cultura afro y revisión de textos comenzó la investigación de este grupo.
Hay un trabajo previo desarrollado por la compañía de Teatro Oráculo dirigida por Manuel Loyola que en 2006 encontró la crónica de esta historia y se hizo un trabajo de una manera colectiva. Luego en 2016, el investigador afroperuano Marco Esqueche visitó la zona e hizo una invitación a cuestionar la historia oficial y como opera el blanqueamiento de la memoria.
“Él sembró esa inquietud de revisitar ese pasaje. ¿Qué saben de la Laguna de los Negros? Y en verdad, no sabíamos mucho e incluso ahí nos juntábamos a ensayar donde es el centro del casco antiguo de Concepción” recuerda la actriz en entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile.
El equipo que forma parte de este proyecto habla del “llamado” al considerar una serie de eventos sincrónicos en sus biografías que las llevan a “ponerse al servicio de esos hechos”.
“Resistir como generación es visibilizar esto y con nuestras propias corporalidades, por eso el laboratorio teatral se planteó trabajar con mujeres que no solo eran artistas y generar una metodología colaborativa en la danza, en el canto y en el teatro” cuenta Claudia Urbina.
No ajena a controversias, el proyecto “Laguna de las Negras” trata de ir más allá de lo teatral o documental al considerar “una performance de toda la ciudad en el ejercicio de reunir a la comunidad”.
“Sabemos que existimos”
Carolina Cortés vive actualmente en Arica, pero el encuentro con sus raíces se concretó en su historia reciente. “Te mentiría que nací sabiendo que era afro porque vivía con mi madre en Santiago , me di cuenta en el camino como la gran mayoría e investigué a mi familia paterna” recuerda. Advierte que el concepto afrodescendiente es moderno: ellos se dicen negro, zambo o cholo.
“Mi abuela era zamba, ella tenía un componente indígena muy marcado porque era una aymara motuda como muchos en el norte… Mi componente sangre indígena es muy alto entonces también tengo el africano y el europeo, porque mi mamá es blanca” relata Carolina Cortés. Este descubrimiento la llevó a participar en los bailes de las comparsas y en la Colectiva Luanda.
La historiadora y autora del libro ¨Desde las ancestras a la actualidad. Mujeres negras de Arica y sus resistencias¨ afirma que “la negación fue producto de esta historiografía blanca, eurocentrada y que es algo concertado”. Por esta razón, destaca que historiadores e historiadoras afrodescendientes y los que no lo son estén relevando esta presencia a lo largo del territorio.
“No me impresiona mucho (el hallazgo de Andrade en Concepción) puesto que los y las afrodescendientes estamos seguros que esta presencia es nacional” .
Uno de los logros de la Colectiva Luanda fue impulsar con los congresistas la Ley 21.151 que otorgó el reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente chileno. Cortés recuerda que, en algún momento, desde el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) comentan que no se va a incluir la variable afrodescendiente porque “solo estamos en Arica y porque no existen estudios desde la academia que respalden nuestra presencia”. En ese contexto, empiezan las investigaciones en el norte.
“No es que necesitemos que nos estén avalando, sabemos que existimos, quienes somos y quienes son nuestros ancestros y ancestras” comenta Cortés. A un poco más de un año de la publicación de la ley 21.151, la historiadora lamenta que “nos hemos encontrado con parlamentarios y parlamentarias que desconocen esta realidad”.
“Muchas veces nos tratan de extranjeros y extranjeras, por ejemplo, en la frontera. Tenemos que constantemente estar demostrando quienes somos y que somos chilenos como un pueblo reconocido a través de una ley que nos avala” dice Cortés y por eso la ausencia de un cupo para la Convención Constitucional es preocupante. Por lo anterior, advierte que “es lógico” el reconocimiento constitucional y que se contara con un escaño reservado como los pueblos originarios.
“Es un debate que está de más…” concluye.
Escuche acá el reportaje radial:
Portada. Imagen “Revista en Viaje” citada en Viñas del Itata, una historia de cinco siglos.