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Año XVI, 23 de abril de 2024


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Eso no se hace, señor Velásquez

Columna de opinión por Verónica Rabb Saitis
Sábado 21 de mayo 2022 11:59 hrs.


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Hoy amanecí con ganas de escribir. Me puse a leer como para inventar algo hasta que me topé con esta noticia: ‘Declaran admisible querella contra Mónica Rincón y Daniel Matamala: exdiputado busca pena de cárcel’. El exdiputado Pedro Velásquez acusó injurias y calumnias graves de parte de los periodistas por sus dichos en el programa Tolerancia Cero en 2021.

Pedro Velásquez fue condenado por fraude al Fisco y negociación incompatible (2007), a raíz de una compra de terrenos por la que la Municipalidad de Coquimbo pagó (2003) un sobreprecio de casi $150 millones cuando él era alcalde. Fue suspendido como alcalde de Coquimbo y condenado a 300 días.

En 2019, fue acusado de acoso sexual por uno de sus asesores, caso que fue desestimado por la Comisión de Régimen Interno de la Cámara de Diputados. En el 2020 Pedro Velásquez amenazó a una mujer que conducía un vehículo con darle un “combo en el hocico” por un altercado de tránsito.

¿Enjuiciar periodistas por injurias y calumnias graves y lograr su condena eliminará el hecho que el exdiputado fue condenado por fraude al Fisco?, ¿los periodistas hicieron mal su trabajo?, ¿dónde están las injurias y calumnias?

Para coronar la historia, pese a haber sido condenado, actualmente no cuenta con antecedentes penales debido a que Velásquez solicitó la eliminación de antecedentes dos años después de cumplir su condena. O sea que ante la ley se le considera como si nunca hubiere cometido ilícito alguno. Así es la cosa. Ya no registra antecedentes y si le da el cuero podría presentarse a un cargo en el Congreso cuando quiera. Solo está inhabilitado de forma perpetua para ejercer como alcalde, pero convengamos que, aunque ya no registre antecedentes no se puede pretender que el fraude no existió y acusar por injurias y calumnias graves a dos periodistas por el solo hecho de recordar hechos indesmentibles. No se trata de que medios y periodistas sean/seamos o nos comportemos como jueces de personajes de nuestra vida pública, pero sí ofrecer a las audiencias datos reveladores que delatan un ‘robo’ y decir de personas como Velásquez “una cosa es que puedan reinsertarse en la sociedad, otra cosa es creer que el Senado de la República es un lugar para que se reinserten personas que han sido condenadas por robarle al Estado, por cometer fraude al Fisco”. Velásquez no es un santo redimido. Su trayectoria, los hechos, no han sido propiamente los de un santo.

Para finalizar estas líneas, manifiesto desde aquí mi más fuerte repulsa a este tipo de iniciativas judiciales que terminan siendo utilizadas por personajes como el exdiputado Pedro Velásquez para silenciar a periodistas que no son de su agrado o simplemente para hacer caja y terminar de pagar lo que debe. Señor Velásquez, silenciar la opinión de dos periodistas es un gesto prepotente. No se hace. Los periodistas no están/ estamos para hablar y opinar de cosas que le convienen y que solo a usted le gustan. Ese no es el espíritu del buen periodismo. Esa es la razón de esta columna.

Verónica Rabb Saitis
Periodista, Magíster Antropología y Desarrollo, profesora de Periodismo en Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.