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Año XVI, 5 de mayo de 2024


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Partidos progresistas, “ñuñoízación” y sectores populares

Columna de opinión por Patricio López
Miércoles 10 de mayo 2023 11:54 hrs.


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Hace algunas semanas, conversábamos con el politólogo brasileño Emir Sader, quien señalaba que si bien eran un aporte las políticas identitarias para los proyectos progresistas, éstos no deberían jamás abandonar como centro los problemas que afectan a quienes más mal lo pasan: la pobreza, el trabajo y las jubilaciones, entre otros. En el tiempo que corre, ciertamente, habría que agregar el tema de la seguridad pública.

Si no ocurriera como lo planteaba Sader, señalaba él y otros autores que las izquierdas corrían el peligro de volverse de élite y terminar haciéndole mayor sentido a quienes ya tienen sus necesidades básicas resueltas. Es en esos barrios donde asoman con fuerza causas que son indiscutibles y que no está en el ánimo de esta columna desdeñar, pero que vienen después de la satisfacción de las necesidades básicas: las de género, diversidad sexual, ecologismo, ciclovías, alimentación sustentable y otras.

Los ataques contra todas esas valiosas causas se viven de manera distinta dependiendo de en qué parte de una sociedad con grandes desigualdades estructurales, como la nuestra, toca vivirlas. La desigualdad de género será más dura para una mujer cuyo trabajo (cuando lo tiene) queda muy lejos del colegio de sus hijos y no tiene la posibilidad de contratar apoyos para atender las labores domésticas, de cuidado de personas que no pueden valerse por sí mismas y otras equivalentes. No es igual el padecimiento por la destrucción del medioambiente en inmuebles donde, en el corto plazo, se puede resistir mejor el cambio climático con aire acondicionado y áreas verdes, en vez de otras donde abundan los peladeros o están definitivamente emplazadas en zonas de sacrificio. No es lo mismo bregar por barrios donde haya más ciclovías para un transporte más sano y amigable con el medioambiente, que plantearse el mismo problema en poblaciones donde las personas viven a decenas de kilómetros de sus trabajos como consecuencia de la desigualdad territorial y donde, más que la ciclovía, el peligro más inmediato es el robo de la bicicleta.

En esta elección, hemos visto cómo los postulados de la Lista D (Apruebo Dignidad) son porcentualmente mejor comprendidos en los sectores acomodados y empiezan a decrecer en las comunas de menores ingresos. Ahí, han sido desplazados por el Partido Republicano, tal como ayer lo fueron por el proyecto de la UDI popular. Este sector político no ha sabido construir las mejores respuestas que les hagan sentido a estos grupos de la población y así vemos cómo, tal como hace algunos años en Estados Unidos y Francia, los otrora bastiones inexpugnables de la izquierda se han pasado directamente a la extrema derecha, que ha construido discursos más convincentes para esos temores e inquietudes.

La ñuñoización de las izquierdas, concepto que empezó como un chiste o una caricatura, se ha convertido con el tiempo en un modo asertivo de describir el fenómeno que afecta a este sector. Hay quien dirá que da lo mismo de dónde vienen los votos, pero al respecto dos menciones: primero, que de pronto no les alcanza ni de lejos para ser mayoría; y segundo, que si un proyecto político se propone, como éste lo enuncia permanentemente, enfrentar las injusticias, debería partir por hacer sentido a quienes más las padecen.

Envíanos tu carta al director a: patriciolopez@u.uchile.cl

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.