Desde finales del siglo XVIII, con la Revolución Francesa, las mujeres vienen dando una lucha sostenida por sus derechos y ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad. La libertad, la igualdad y la fraternidad han sido desde entonces los pilares de los avances civilizatorios de la Humanidad en esta fase de su desarrollo. Y las mujeres han sido claves en ellos.

En Chile las mujeres hemos dado una larga lucha por tener los derechos que hoy se nos reconoce, partiendo por el derecho al voto y, en tiempos recientes, a decidir lo que hacemos con nuestros cuerpos, sin tutelajes ideológicos ni religiosos. El desarrollo de la salud pública en Chile permitió contar con aborto terapéutico desde el año 1931, que fue derogado por la dictadura pocos días antes de tener que abandonar el poder en 1990.

En estos últimos treinta años hemos logrado avances importantes en diversas esferas de los derechos de las mujeres, todos muy resistidos por la derecha conservadora: la ley de violencia intrafamiliar, la ley de divorcio, la ley de matrimonio igualitario, la paridad de género, la ley sobre pensiones alimenticias, la ley de aborto por tres causales, la ley de fuero maternal, la ley del acoso sexual, la ley contra el femicidio, entre otras.

Hoy, la derecha más recalcitrante del país, que ha logrado un triunfo electoral circunstancial, pretende retrotraer buena parte de estas conquistas civilizatorias, entro otros avances que ha tenido el país.

Entre estas batallas una en la que desde la sociedad civil me correspondió el papel de promoverla y defenderla, junto a cientos y miles de mujeres, fue el aborto por tres causales, acompañando la iniciativa del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet de presentar el proyecto de ley correspondiente en 2016, hasta lograr su aprobación. Hoy, la derecha integrista y retrograda representada por los republicanos, pretende echarla abajo.

El debate nacional que se dio en torno a esta ley fue amplio y democrático. Se escucharon todas las voces y a todas las instituciones, incluyendo las religiosas. Se llegó incluso al Tribunal Constitucional, habiendo presentado más de 130 organizaciones sus puntos de vista, como en ningún otro caso.

Intentar hoy volver atrás en este avance democrático y civilizatorio es volver a ser parte nuevamente del  grupo de 24 países del mundo, de un total de 195, que hoy prohíben el aborto por cualquier causal. Entre ellos están Nicaragua, Senegal, Sierra Leona, Honduras, Madagascar, Congo, Irak, Mauritania, Gabón, Haití.

La ley de aborto por tres causales vigente en Chile no obliga a ninguna mujer a abortar. Esa es una libre decisión que cada mujer tiene el derecho de tomar. Y el Estado tiene la obligación de garantizar las mejores condiciones posibles para que puedan ejercer tal derecho de manera digna. Por el bien de las mujeres de Chile debemos cuidar y defender el derecho civilizatorio que tanto nos costó conquistar.

Claudia Dides
Socióloga, académica.