Inaceptable boicot de la extrema derecha al Censo

  • 12-03-2024

En un nuevo acto de enorme irresponsabilidad y de boicot a la institucionalidad, exponentes de la extrema derecha, incluyendo diputados en ejercicio del Partido Republicano, han tratado de instalar dudas sobre el Censo e instar a que las personas no contesten la encuesta. La batería de noticias falsas echadas a correr es de manual e incluyen, era que no, denostaciones de todo tipo a los censistas y amenazas de que la información recopilada puede ser usada en contra de las personas.

Si esta proliferación de mentiras llegara a calar de algún modo en la población, estaríamos frente a un severo deterioro del compromiso cívico que, por distintas vías, ya apreciamos desde hace algún tiempo en el país. En otro tiempo el Censo era considerado un honroso deber ciudadano por ricos y pobres, en el norte y en el sur, en el campo y en la ciudad. Los censistas eran recibidos con gratitud por realizar esta labor y en muchas casas agasajados para que pudieran atenuar el hambre, la sed, el calor o el cansancio. Era, dicho de otro modo, una expresión de ciudadanía que comprometía a los individuos con el bien común.

Pero todo esto no era porque sí, sino porque como se sabe, los censos son la fuente primaria más importante y amplia de información estadística. Dada su periodicidad, es posible comparar los cambios en el tiempo y además entre países, ya que permite hacer comparaciones según los parámetros que se definan. Dicho de otra manera, el Censo es el instrumento por excelencia para concluir cómo hemos cambiado, quiénes y cómo somos hoy y, por lo tanto, cuáles son las mejores políticas para hacer la vida mejor en nuestro país. Un Censo que no lograse cumplir con sus propósitos equivaldría a un país que transita a ciegas. Haría peor la política, las instituciones, las políticas públicas y, al fin y al cabo, la vida cotidiana.

Por todo esto es que cabe preguntarse por qué, cuál sería la motivación más profunda por la cual sectores de la extrema derecha que, como decíamos, incluyen a diputados en ejercicio del Partido Republicano, osan boicotear el Censo y procurar que fracase. Seguramente hay una pulsión, que es simplemente que las instituciones no funcionen para que la ciudadanía crea en sus soluciones mágicas a problemas complejos, pero además por un rechazo visceral a cualquier medida que tenga por propósito la acción vigorosa del Estado. Ahí es donde radica la paradoja de la extrema derecha: reivindican al Estado cuando éste adquiere una forma represiva (policías, Fuerzas Armadas, persecución de los migrantes, de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, etc.) pero lo repudian cuándo éste asume roles en garantizar derechos. Y, claro, para políticas públicas que garanticen derechos son imprescindibles los instrumentos de diagnóstico y medición, entre ellos el principal es el Censo.

Ante esta narrativa que, le tomamos el peso a la palabra, es lisa y llanamente anti-patriótica, se debe contraponer la conciencia cívica que aún habite en nosotros y hacer un llamado entusiasta a colaborar con el Censo, porque a la larga hay pocas tareas de Estado que ayuden más al bien común como ésta.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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