Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 27 de abril de 2024


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Juego limpio y migración

Columna de opinión por Eduardo Cardoza
Jueves 14 de marzo 2024 18:07 hrs.


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Desde hace tiempo en varios países del mundo, y principalmente en periodos pre-electorales,  diferentes fuerzas políticas, generalmente conservadoras, presentan la existencia  del fenómeno social de la migración como una amenaza a la sociedad. Así, surge un relato que va sembrando miedo en la población, tomando medidas extremas que refuerzan la idea de peligro. No existe voluntad para explicarse y explicar desde la evidencia, el fenómeno, ni para dar respuestas políticas válidas, aplicables y contundentes. Se trata de utilizar políticamente la situación migratoria con la mínima preocupación por las personas.

Una de las formas de (mal)tratar a los migrantes es sobredimensionando su impacto, incorporándole vinculaciones perversas con el delito, sin reparar que los orígenes, desarrollos e impactos son diferentes en la migración y en el delito.  Mientras a la migración se la puede considerar como agente de desarrollo, el delito internacional es un destructor de sociedades.

Otra de las formas de criminalizar el fenómeno migratorio es atribuirle -sin razón- diferentes  males que afectan a la sociedad y que derivan de necesidades insatisfechas por el estado con anterioridad.

Los sectores políticos que tienen ese comportamiento, con los relatos atemorizantes como mecanismos para posicionarse como “salvadores” buscan obtener votos, a costa de dejar daños importantes en la sociedad. Pasados los comicios, los prejuicios, los estereotipos, los sentimientos alejados de la realidad quedan y cristalizan. La exclusión social se perpetúa “validándose” en sectores importantes y las verdaderas soluciones a los problemas fundamentales no aparecen en el horizonte.

El fenómeno no es nuevo,  se trata del “pánico moral”,  o de “la construcción del enemigo” que distorsiona la realidad, crea temor injustificado y contribuye a la toma de decisiones impulsivas que pueden tener consecuencias duraderas y negativas en la sociedad.

La construcción de ese enemigo ficticio perpetúa el abandono de personas vulneradas a su propia suerte.

Las carencias en esta dinámica perversa del desarrollo de la idea del pánico moral o “de la construcción del enemigo”, tiene que ver con falta de discusión abierta desde una visión diferente, basada en los derechos, en la seguridad humana, en las evidencias, y con responsabilidad.

Hay en la sociedad una dosis importante de falta de valoración de la diversidad existente, agudizada por la falta -desde el estado- de información y combate  a la discriminación, el  racismo, el clasismo y la xenofobia.

Son pocos  y casi heroicos, los medios que informan bien y contra corriente preservando valores esenciales a la sociedad.

Es importante abordar los problemas sociales  basándose  en los hechos, en la evidencia.

Estos vacíos de políticas  inclusivas, tienen  beneficiarios diversos que se aprovechan de las situaciones creando o utilizando “los mercados marginales” que se generan, que son muy rentables económicamente, aunque muy  dañinos para la sociedad y para las personas  migrantes afectadas. Estos “mercados” van desde la trata de personas, que es un crimen, pasando por el trabajo precario, los arriendos costosos y de mala calidad, los tramitadores pagos inescrupulosos, y tantos otros “emprendimientos marginales” que lucran con la miseria en la que se encuentran personas migrantes.

La migración: un fenómeno a abordar con Datos y Responsabilidad Cívica

En tiempos de elecciones, es crucial que los candidatos, los electores y los medios de comunicación se comprometan a un juego limpio evitando la manipulación de la migración o de cualquier otro fenómeno por fuerzas inescrupulosas que para ganar votos, se sirven del pánico moral o cualquier otro relato falaz que condicione -con desinformación- el proceso de decisión popular.

El enemigo más grande, el más importante de los intereses nacionales, es la desinformación, que atenta contra la libertad de elegir y el derecho de votar bien informado, sin ser engañado o confundido.

Un país crece con todas las personas que lo componen, toda exclusión resta y debilita, degrada la democracia, nos hace menos libres.

Las tareas del futuro nos necesitan a todas las personas que habitamos el territorio, compartimos los desafíos que necesariamente son comunes.

Datos, no demagogia

Las estadísticas, correctamente realizadas y utilizadas, ofrecen una visión clara de la realidad.

Es esencial que los datos sobre migración sean accesibles y que se presenten de manera que el público pueda entenderlos fácilmente.  Esto incluye tasas de empleo, contribuciones económicas, y tasas de criminalidad comparativas para responder al relato imperante.

Algunos datos:

1.-Las tasas de participación laboral de los migrantes son altas, pero existen brechas importantes de género. Hombres promedio 95% y Mujeres promedio 84%.

Alto porcentaje de Trabajo asalariado (78%) igual con importante brecha de género.

Las diferentes participaciones laborales son: Trabajo Asalariado 78%, Cuenta Propia 18%, Trabajo doméstico 3 %.

2.- Nos preguntamos porque tan poco se habla de los aportes de la migración a Chile con cifras y se tolera que se siga hablando de “los costos de la migración”, como si fuera una “carga”.

Se conoce poco que -según CEPAL- en 2017, la migración contribuyó con el 4,3 % del PBI, debido a su aporte en mano de obra y concentración en áreas económicamente productivas.

El 13,4% del crecimiento del PBI en el período 2009-2017 es generado por la fuerza de trabajo migrante.

El 49,3% del trabajo doméstico es un aporte social migrante a la crisis del cuidado.

En servicios de preparación y distribución  de comidas y servicios de alojamiento la fuerza de trabajo migrante es del 37,5%.  

Algunas personas podrían pensar que la ocupación migrante se realiza a costa de “sacarle el trabajo a los nacionales”, pero no es así.  El mismo estudio de CEPAL señala que en el periodo de 2009-2017 el crecimiento del empleo fue de 1.170. 347 empleos, para  sólo 642.164 personas económicamente activas. Había sin ocupar 530.000 puestos de trabajo, que representaban un 45% del crecimiento del empleo, ese era el déficit que podía limitar el crecimiento.  Las vacantes fueron ocupadas por personas migrantes.  Por lo tanto no hay amenaza para el trabajador local sino un aporte al conjunto de la sociedad.

En el período 2010-2020,  el 35,2% del crecimiento demográfico total, es una contribución de la migración al futuro del país. Es importante ver el contexto en que este aporte se realiza.

Chile se encuentra en una etapa avanzada de envejecimiento poblacional, con una baja fecundidad, situándose bajo la tasa de reemplazo (con una Tasa Global de Fecundidad menor a 2,1) desde inicios de la década del 2000 y un bajo nivel de mortalidad, con un aumento sostenido de la esperanza de vida al nacer. Esto dimensiona el aporte de la migración al país, que muchas veces es incomprendido.

3.- La información del Centro de Estudios Públicos (CEP) analiza la participación de inmigrantes en delitos en Chile hasta el año 2022. Los resultados indican que extranjeros siguen encontrándose sub representada en el número de condenados por delitos a nivel general. Esa es una tendencia.

Sin embargo, se aprecia un aumento en su representación relativa en el tiempo a partir del año 2018. El incremento observado en el número de imputados cuando se incluyen las causas que todavía no han cerrado el año 2022.

El mayor aumento absoluto de extranjeros condenados se observa en crímenes violentos, como homicidios y robos. Destaca especialmente que, en el año 2022, los extranjeros pasan a estar sobrerrepresentados en condenas por homicidio.

Este incremento tiene que ver con el aumento del actuar de bandas del crimen internacional que asolan la región latinoamericana. Consideramos que muy poco tiene que ver las organizaciones delictuales internacionales con la migración internacional,  a la cual igualmente agrede, tiene como víctimas. En este aspecto es bueno hacer la diferencia, porque lo único que tienen en común es no ser nacionales.

Evitar esa confusión es de justicia, al igual que no confundir irregularidad con delincuencia internacional que igualmente son cosas diferentes y afectan a la sociedad de manera diametralmente opuesta.

Hablar de migración es hablar de agentes de desarrollo y hablar de delito es hablar de daño e inseguridad para la sociedad.

El conocimiento de las evidencias nos hace más libres para actuar a diario.

Más que nunca datos, para contrarrestar relatos.

Para ser libres es imprescindible estar ampliamente bien informados

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.