El Aula Magna de la Facultad de Economía y Negocios albergó una jornada de reflexión en torno a la capacidad democrática de las instituciones de educación superior, una instancia surgida desde el Senado de la Universidad de Chile, donde una amplia gama de invitados aportó ideas y matices respecto a la participación de distintos estamentos universitarios.
El coloquio estuvo encabezado por el Rector, Víctor Pérez Vera, y el Vicepresidente del Senado, Rodrigo Baño, quienes junto a dirigentes estudiantiles y representantes de los funcionarios iniciaron un programa que abarcó la evolución de los gobiernos universitarios, hasta la evaluación y seguimiento de los sistemas de participación.
Uno de los invitados internacionales a esta cita fue Alberto Cortés Ramos, académico y ex presidente del Consejo de la Universidad de Costa Rica, quien valoró la experiencia en contexto de una movilización que refresca el debate a lo largo de América Latina.
“El tema del debate que existe aquí y a nivel nacional, de cómo imaginar la universidad como un activo público del Estado, es fundamental. Me voy con conciencia de la importancia que tiene un proceso de mercantilización, esto puede traer consecuencias negativas al carácter democrático que debe ejercer la universidad pública, será algo que revisaremos en Costa Rica”, señaló el académico.
Cortés Ramos participó en la mesa destinada a “Sistemas de participación”, donde se incluyó también a Carlos Figueroa, representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Figueroa fue especialmente crítico en la situación que hoy ostenta la UC, quien apuntó a los vicios que hoy genera una dependencia desde el propio Vaticano.
El estudiante subrayó que “una de las reivindicaciones del nuevo gobierno universitario es que la universidad deje de depender de Roma, el Rector se debe a su comunidad y al país, y no con ello la comunidad deja de ser católica. Lo que puede desearse es que el Rector y el Secretario General sean elegidos por la comunidad, porque en la práctica sucede que cuando le entregan la terna al Gran Canciller, lo que pasa es que él no llama a Roma, llama a sus contactos para ver a quién elegir, y eso es impresentable”.
Por su parte, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Rodrigo Roco, apuntó sobre las preguntas que rodean el análisis de la participación universitaria, una situación que a veces resuelve en capacidad numérica lo que requiere de ideas y planteamientos nuevos respecto al papel de la universidad en sociedad.
“Tengo la impresión que esa puesta en escena de esta discusión seguirá su camino, hay universidades con más espacio que otras como la Universidad de Chile, pero en otras universidades hay que ganar o construir esos espacios. Podría haber una deriva populista y eso no es real, el tema es la universidad y cómo produce y transmite conocimiento, y si uno no responde esa pregunta cualquier asunto es estéril, populista o fuera de contexto”, indicó.
Distintos especialistas mostraron una visión lúcida respecto a las grietas que hoy exhibe la estructura universitaria, de momento en que hay grupos excluidos en la toma de decisiones. No obstante, académicos y estudiantes concuerdan en la capacidad del movimiento de este año por romper el paradigma en el debate y plantear verdades que antes no se discutían.
El Aula Magna de la Facultad de Economía y Negocios albergó una jornada de reflexión en torno a la capacidad democrática de las instituciones de educación superior, una instancia surgida desde el Senado de la Universidad de Chile, donde una amplia gama de invitados aportó ideas y matices respecto a la participación de distintos estamentos universitarios.
El coloquio estuvo encabezado por el Rector, Víctor Pérez Vera, y el Vicepresidente del Senado, Rodrigo Baño, quienes junto a dirigentes estudiantiles y representantes de los funcionarios iniciaron un programa que abarcó la evolución de los gobiernos universitarios, hasta la evaluación y seguimiento de los sistemas de participación.
Uno de los invitados internacionales a esta cita fue Alberto Cortés Ramos, académico y ex presidente del Consejo de la Universidad de Costa Rica, quien valoró la experiencia en contexto de una movilización que refresca el debate a lo largo de América Latina.
“El tema del debate que existe aquí y a nivel nacional, de cómo imaginar la universidad como un activo público del Estado, es fundamental. Me voy con conciencia de la importancia que tiene un proceso de mercantilización, esto puede traer consecuencias negativas al carácter democrático que debe ejercer la universidad pública, será algo que revisaremos en Costa Rica”, señaló el académico.
Cortés Ramos participó en la mesa destinada a “Sistemas de participación”, donde se incluyó también a Carlos Figueroa, representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Figueroa fue especialmente crítico en la situación que hoy ostenta la UC, quien apuntó a los vicios que hoy genera una dependencia desde el propio Vaticano.
El estudiante subrayó que “una de las reivindicaciones del nuevo gobierno universitario es que la universidad deje de depender de Roma, el Rector se debe a su comunidad y al país, y no con ello la comunidad deja de ser católica. Lo que puede desearse es que el Rector y el Secretario General sean elegidos por la comunidad, porque en la práctica sucede que cuando le entregan la terna al Gran Canciller, lo que pasa es que él no llama a Roma, llama a sus contactos para ver a quién elegir, y eso es impresentable”.
Por su parte, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Rodrigo Roco, apuntó sobre las preguntas que rodean el análisis de la participación universitaria, una situación que a veces resuelve en capacidad numérica lo que requiere de ideas y planteamientos nuevos respecto al papel de la universidad en sociedad.
“Tengo la impresión que esa puesta en escena de esta discusión seguirá su camino, hay universidades con más espacio que otras como la Universidad de Chile, pero en otras universidades hay que ganar o construir esos espacios. Podría haber una deriva populista y eso no es real, el tema es la universidad y cómo produce y transmite conocimiento, y si uno no responde esa pregunta cualquier asunto es estéril, populista o fuera de contexto”, indicó.
Distintos especialistas mostraron una visión lúcida respecto a las grietas que hoy exhibe la estructura universitaria, de momento en que hay grupos excluidos en la toma de decisiones. No obstante, académicos y estudiantes concuerdan en la capacidad del movimiento de este año por romper el paradigma en el debate y plantear verdades que antes no se discutían.
El Aula Magna de la Facultad de Economía y Negocios albergó una jornada de reflexión en torno a la capacidad democrática de las instituciones de educación superior, una instancia surgida desde el Senado de la Universidad de Chile, donde una amplia gama de invitados aportó ideas y matices respecto a la participación de distintos estamentos universitarios.
El coloquio estuvo encabezado por el Rector, Víctor Pérez Vera, y el Vicepresidente del Senado, Rodrigo Baño, quienes junto a dirigentes estudiantiles y representantes de los funcionarios iniciaron un programa que abarcó la evolución de los gobiernos universitarios, hasta la evaluación y seguimiento de los sistemas de participación.
Uno de los invitados internacionales a esta cita fue Alberto Cortés Ramos, académico y ex presidente del Consejo de la Universidad de Costa Rica, quien valoró la experiencia en contexto de una movilización que refresca el debate a lo largo de América Latina.
“El tema del debate que existe aquí y a nivel nacional, de cómo imaginar la universidad como un activo público del Estado, es fundamental. Me voy con conciencia de la importancia que tiene un proceso de mercantilización, esto puede traer consecuencias negativas al carácter democrático que debe ejercer la universidad pública, será algo que revisaremos en Costa Rica”, señaló el académico.
Cortés Ramos participó en la mesa destinada a “Sistemas de participación”, donde se incluyó también a Carlos Figueroa, representante de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Figueroa fue especialmente crítico en la situación que hoy ostenta la UC, quien apuntó a los vicios que hoy genera una dependencia desde el propio Vaticano.
El estudiante subrayó que “una de las reivindicaciones del nuevo gobierno universitario es que la universidad deje de depender de Roma, el Rector se debe a su comunidad y al país, y no con ello la comunidad deja de ser católica. Lo que puede desearse es que el Rector y el Secretario General sean elegidos por la comunidad, porque en la práctica sucede que cuando le entregan la terna al Gran Canciller, lo que pasa es que él no llama a Roma, llama a sus contactos para ver a quién elegir, y eso es impresentable”.
Por su parte, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Rodrigo Roco, apuntó sobre las preguntas que rodean el análisis de la participación universitaria, una situación que a veces resuelve en capacidad numérica lo que requiere de ideas y planteamientos nuevos respecto al papel de la universidad en sociedad.
“Tengo la impresión que esa puesta en escena de esta discusión seguirá su camino, hay universidades con más espacio que otras como la Universidad de Chile, pero en otras universidades hay que ganar o construir esos espacios. Podría haber una deriva populista y eso no es real, el tema es la universidad y cómo produce y transmite conocimiento, y si uno no responde esa pregunta cualquier asunto es estéril, populista o fuera de contexto”, indicó.
Distintos especialistas mostraron una visión lúcida respecto a las grietas que hoy exhibe la estructura universitaria, de momento en que hay grupos excluidos en la toma de decisiones. No obstante, académicos y estudiantes concuerdan en la capacidad del movimiento de este año por romper el paradigma en el debate y plantear verdades que antes no se discutían.
