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El lobby de la muerte

Columna de opinión por Loreto Soto
Lunes 23 de julio 2012 9:59 hrs.


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Consternados se encuentran los estadounidenses frente a lo que los medios locales- tan acostumbrados al showbiz- han denominado “La Masacre de Batman”. Conmocionados, pero no sorprendidos. Y es que el asombro no tiene lugar cuando hace exactamente trece años, a tan solo 25,7 kilómetros de Aurora, Colorado – localidad donde ocurrió el tiroteo del viernes – la escuela secundaria de Columbine vio como dos de sus estudiantes de último año asesinaban a sangre fría a 12 alumnos y a un profesor.

El innegable parecido entre ambas tragedias se presentó como un triste déjà vu, que podría haber tenido un final distinto si hace una década el debate sobre la tenencia de armas hubiera prosperado. “Siempre habrán locos en todas las sociedades, la diferencia es que en nuestro país tienen acceso a las armas”, expresa una lectora del New York Times, advirtiendo que una mayor regulación del mercado de las armas de fuego “domésticas”podría evitar este tipo de crímenes.

Según los reportes de la Policía, en los últimos dos meses, James Holmes, sindicado como el autor del tiroteo de Aurora, había estado aprovisionandose de distintas armas de fuego -incluidos los dos revólveres Glock de calibre 40 que utilizó en la matanza- en las tiendas locales y realizando compras de municiones por Internet, de la misma forma en que usted o yo adquirimos libros, ropa o películas. Así de fácil. Esto porque en Estados Unidos, el único requisito para adquirir un rifle, por ejemplo, es no tener antecedentes penales. Holmes sólo presentaba en su prontuario policial un parte por exceso de velocidad.

Pero la proliferacion de armas en Estados Unidos no sólo ha dejado un saldo fatal en este tipo de sucesos. Según un estudio de la Universidad de Utah, en 2010 se produjeron 31.513 muertes por armas de fuego: 19.308 suicidios, 11.015 homicidios y 600 accidentes. Estas cifran han ubicado al fallecimiento por disparos dentro de una de las principales causas de muerte en el país, después del cáncer y los infartos cardíacos.

Entonces, ¿qué ha mantenido la discusión estancada? Si bien las complejidades de los fenómenos sociales como el arraigado miedo al otro, la sobreexplotacion de la violencia en los medios e incluso la influencia de la industria cinematográfica podrían explicar parte del problema, en la práctica, la principal piedra de toque para comenzar a discutir políticas en torno a este tema ha sido el avasallador lobby ejercido por la Asociación Nacional del Riffle (NRA, por sus siglas en inglés).

Tomando como escudo de batalla la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, la NRA ha impulsado una férrea defensa de la libertad que tienen las personas de autodefenderse porque, al parecer, la amenaza es tan grande que los aparatos estatales que han sido creados con ese fin ya no son suficientes. Y es que el criminal, el demente, el enemigo interno que hace que el ciudadano norteamericano medio conozca de memoria cuáles son las localidades que tienen los mayores records de homicidios, asi como las calles donde se cometen más delitos, clama por una protección que sólo un arma de fuego puede otorgar.

Un lobby que lejos de disminuir los crímenes o accidentes, sólo ha logrado abultar las ganancias de las cerca de 300 empresas que manufacturan armas y municiones y que mueven una industria de seis billones de dólares, de acuerdo a lo que reporta la compañía Hoovers. Un mercado que se mantiene firme en una economía rezagada con 11 millones de armas vendidas sólo durante el año pasado.

Por lo mismo, no importa cuántas otras masacres ocurran en cines, colegios y universidades, mientras el poderoso lobby predomine en el actuar de los legisladores, la esperanza de que exista un cambio es escasa o incluso nula. Lobby que difusamente busca el bien común sino que apunta a mantener las multimillonarias ganancias de aquellos que prefieren a una docena de muertos por sobre una docena de millones menos en sus cuentas bancarias.

“Tal vez, ya es hora de que las dos personas que están compitiendo para ser Presidente de Estados Unidos se paren y nos digan qué van a hacer respecto de esto porque obviamente un problema que afecta a todo el país”, dijo el viernes el alcalde de Nueva York, Michael R Bloomberg. Llamado al que se unieron organizaciones sociales y autoridades locales que esperan que no pasen otros diez años y una nueva matanza para que se tomen cartas en el asunto.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.