La Corte Suprema reconoció y restituyó los derechos de la comunidad Folil Trincao de Quellón sobre el borde costero.
El fallo es histórico y de una gran relevancia, consideró el werkén de la comunidad Papiukelén de Pargua, Francisco Vera Millaquén: “Esta sentencia no solo viene a restablecer el imperio del derecho, sino que viene a demostrar que con perseverancia y tesón, no hay enemigos grandes que no sean vulnerables, cuando se pelea con las armas de la razón y el derecho”.
El vocero agregó que el fallo demuestra que, al privarlos de su derecho al uso del borde costero, se incurrió en una discriminación arbitraria que afecta el derecho fundamental de igualdad ante la ley.
La Corte Suprema reconoció y restituyó los derechos de la comunidad Folil Trincao de Quellón sobre el borde costero.
El fallo es histórico y de una gran relevancia, consideró el werkén de la comunidad Papiukelén de Pargua, Francisco Vera Millaquén: “Esta sentencia no solo viene a restablecer el imperio del derecho, sino que viene a demostrar que con perseverancia y tesón, no hay enemigos grandes que no sean vulnerables, cuando se pelea con las armas de la razón y el derecho”.
El vocero agregó que el fallo demuestra que, al privarlos de su derecho al uso del borde costero, se incurrió en una discriminación arbitraria que afecta el derecho fundamental de igualdad ante la ley.
La Corte Suprema reconoció y restituyó los derechos de la comunidad Folil Trincao de Quellón sobre el borde costero.
El fallo es histórico y de una gran relevancia, consideró el werkén de la comunidad Papiukelén de Pargua, Francisco Vera Millaquén: “Esta sentencia no solo viene a restablecer el imperio del derecho, sino que viene a demostrar que con perseverancia y tesón, no hay enemigos grandes que no sean vulnerables, cuando se pelea con las armas de la razón y el derecho”.
El vocero agregó que el fallo demuestra que, al privarlos de su derecho al uso del borde costero, se incurrió en una discriminación arbitraria que afecta el derecho fundamental de igualdad ante la ley.