Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 17 de julio de 2024


Escritorio
Exposición

El rapto de Norton Maza

06 Mar 10:00
06 marzo hasta el 08 mayo
Museo Nacional de Bellas Artes
Gratis
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La gran instalación del artista Norton Maza en el Museo Nacional de Bellas Artes es aparentemente una bóveda a escala natural que, a partir del imaginario artístico medieval logra trabajar temas que surgen de la cultura de masas contemporánea. Se vincula con las multinacionales, la iconografía bélica e incluso, la política actual.

Al ingresar a la Sala Chile del Museo Nacional de Bellas Artes, una de las que se encuentra en el segundo piso, de inmediato uno da cuenta del ambiente ajeno y provocador. Se trata de una instalación que requiere de 20 anclajes para sostenerse debido a su escala natural, mientras que la sala entera se viste de colores oscuros que agudizan la agria sensación. No es para menos; todo pretende representar el imaginario medieval por medio de gárgolas, escenografía de época, iluminación tenue y arquitectura particularmente gótica. Así, Norton Maza, el artista chileno que ya viene trabajando desde hace bastante tiempo con los efectos de la monumentalidad y escenarios cruzados por referentes políticos, eclesiásticos y económicos, esta vez comparte su obra llamada El rapto.

La obra de Norton Maza puede ser entendida desde diferentes ópticas; la estética que prevalece en sus instalaciones de gran tamaño se consigue a partir de elementos históricos, sociológicos, biográficos, políticos y sin duda artísticos. Y es que como ya lo ha hecho en el pasado, su afán por recrear escenarios reales a través de maquetas a escala natural, proviene de la idea de generar una crítica –más bien varias críticas- contra el poder en sus múltiples formas y sentidos. Así, por medio de la representación, el artista nacional logra situar al espectador en un entorno incómodo que sugiere e invita a reflexionar.

Por ejemplo, en 2013, Norton Maza creó una especie de bunker religioso atacado por misiles. La obra se llamaba Del paisaje y sus reinos, y representaba una escena congelada en un tiempo desconocido que fue exhibida en el MAC de Quinta Normal como una crítica contra quienes se encontraban en los altos mandos de la Iglesia. De esta forma, el diorama construido -en el que también el público era capaz de participar activamente-, resultaba una instalación de simbología extrema y lúdica.