El gobierno de Sebastián Piñera reconoció que la emblemática alza de impuestos que contempla el plan de reconstrucción del país la terminarán pagando los ciudadanos y no las empresas de gran tamaño.
La afirmación la realizó el ministro de Economía Juan Andrés Fontaine quien además explicó que la sumatoria entre los impuestos que suben y los alivios tributarios para las pequeñas y medianas empresas; la depreciación acelerada y la mantención del impuesto de timbres y estampillas en 0,6 por ciento, deja un efecto neto para el fisco de 190 millones de dólares en cuatro años.
Así, el Ejecutivo coincide en parte con el planteamiento del economista y ex ministro de Hacienda de la dictadura, Hernán Büchi, que en los últimos días criticó el plan fiscal para asumir los costos de la catástrofe.
De todos modos, el ministro encargado de ejecutar las medidas del paquete de reconstrucción defendió el aumento de la carga tributaria, destacando su carácter temporal que quedará explicitado en el proyecto de ley.
Respecto de la afirmación de que el alza de impuestos finalmente la pagarán las personas de “carne y hueso”, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, evitó polemizar en esta discusión y sólo dijo que el plan del gobierno no tendrá efectos negativos sobre la economía.
“Yo creo que el tipo de impuestos que estamos poniendo son alzas transitorias en los tributos con incentivos también que son muchos de ellos de tipo transitorio. No veo que vaya a tener un efecto negativo, sino que al contrario el paquete tomado en su conjunto es ampliamente positivo para el país”, sostuvo el secretario de Estado.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, compartió el planteamiento de los economistas ligados al gobierno y ratificó que una modificación de la estructura tributaria tendrá efectos sobre el costo de la vida.
“No me parece particularmente sorprendente, los accionistas de las empresas van a ser parte importante de los que van a absorber los impuestos a las empresas. Las exenciones que habían en los depósitos convenidos también son a las personas, los impuestos a los bienes raíces también son a las personas y finalmente parte del impuesto a las empresas podría trasladarse en una fracción menor en incremento de precios al consumidor. A la larga obviamente detrás de todo hay personas”, explicó el académico.
Respecto de las consecuencias negativas que tendría una reforma impositiva sobre la inversión y el crecimiento, el economista de nuestra casa de estudios, Ricardo French Davis, descartó un comportamiento de este tipo, poniendo como ejemplo el ciclo económico que se dio en los gobiernos de la Concertación luego de subir los impuestos.
“Si uno hace bien la macro economía los empresarios invierten más porque están ganando más plata y no les importa pagar un 15 por ciento si antes ganaban 100 y ahora ganan 200, reinvierten mucho y la economía chilena en esos tiempos con mayores impuestos paso a crecer del 3 por ciento en la dictadura al 7 por ciento en los primeros 8 o 9 años de la democracia. Tenemos la historia muy concreta del caso chileno de esos tiempos y dijeron exactamente lo mismo, un cuento que no tiene sustento en la realidad económica”, indicó el economista.
El Ejecutivo estima que serán casi 3.200 millones de dólares de recaudación por alza de impuestos, mientras que habrá 3.045 millones de dólares de menor recaudación por alivio tributario.
El gobierno de Sebastián Piñera reconoció que la emblemática alza de impuestos que contempla el plan de reconstrucción del país la terminarán pagando los ciudadanos y no las empresas de gran tamaño.
La afirmación la realizó el ministro de Economía Juan Andrés Fontaine quien además explicó que la sumatoria entre los impuestos que suben y los alivios tributarios para las pequeñas y medianas empresas; la depreciación acelerada y la mantención del impuesto de timbres y estampillas en 0,6 por ciento, deja un efecto neto para el fisco de 190 millones de dólares en cuatro años.
Así, el Ejecutivo coincide en parte con el planteamiento del economista y ex ministro de Hacienda de la dictadura, Hernán Büchi, que en los últimos días criticó el plan fiscal para asumir los costos de la catástrofe.
De todos modos, el ministro encargado de ejecutar las medidas del paquete de reconstrucción defendió el aumento de la carga tributaria, destacando su carácter temporal que quedará explicitado en el proyecto de ley.
Respecto de la afirmación de que el alza de impuestos finalmente la pagarán las personas de “carne y hueso”, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, evitó polemizar en esta discusión y sólo dijo que el plan del gobierno no tendrá efectos negativos sobre la economía.
“Yo creo que el tipo de impuestos que estamos poniendo son alzas transitorias en los tributos con incentivos también que son muchos de ellos de tipo transitorio. No veo que vaya a tener un efecto negativo, sino que al contrario el paquete tomado en su conjunto es ampliamente positivo para el país”, sostuvo el secretario de Estado.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, compartió el planteamiento de los economistas ligados al gobierno y ratificó que una modificación de la estructura tributaria tendrá efectos sobre el costo de la vida.
“No me parece particularmente sorprendente, los accionistas de las empresas van a ser parte importante de los que van a absorber los impuestos a las empresas. Las exenciones que habían en los depósitos convenidos también son a las personas, los impuestos a los bienes raíces también son a las personas y finalmente parte del impuesto a las empresas podría trasladarse en una fracción menor en incremento de precios al consumidor. A la larga obviamente detrás de todo hay personas”, explicó el académico.
Respecto de las consecuencias negativas que tendría una reforma impositiva sobre la inversión y el crecimiento, el economista de nuestra casa de estudios, Ricardo French Davis, descartó un comportamiento de este tipo, poniendo como ejemplo el ciclo económico que se dio en los gobiernos de la Concertación luego de subir los impuestos.
“Si uno hace bien la macro economía los empresarios invierten más porque están ganando más plata y no les importa pagar un 15 por ciento si antes ganaban 100 y ahora ganan 200, reinvierten mucho y la economía chilena en esos tiempos con mayores impuestos paso a crecer del 3 por ciento en la dictadura al 7 por ciento en los primeros 8 o 9 años de la democracia. Tenemos la historia muy concreta del caso chileno de esos tiempos y dijeron exactamente lo mismo, un cuento que no tiene sustento en la realidad económica”, indicó el economista.
El Ejecutivo estima que serán casi 3.200 millones de dólares de recaudación por alza de impuestos, mientras que habrá 3.045 millones de dólares de menor recaudación por alivio tributario.
El gobierno de Sebastián Piñera reconoció que la emblemática alza de impuestos que contempla el plan de reconstrucción del país la terminarán pagando los ciudadanos y no las empresas de gran tamaño.
La afirmación la realizó el ministro de Economía Juan Andrés Fontaine quien además explicó que la sumatoria entre los impuestos que suben y los alivios tributarios para las pequeñas y medianas empresas; la depreciación acelerada y la mantención del impuesto de timbres y estampillas en 0,6 por ciento, deja un efecto neto para el fisco de 190 millones de dólares en cuatro años.
Así, el Ejecutivo coincide en parte con el planteamiento del economista y ex ministro de Hacienda de la dictadura, Hernán Büchi, que en los últimos días criticó el plan fiscal para asumir los costos de la catástrofe.
De todos modos, el ministro encargado de ejecutar las medidas del paquete de reconstrucción defendió el aumento de la carga tributaria, destacando su carácter temporal que quedará explicitado en el proyecto de ley.
Respecto de la afirmación de que el alza de impuestos finalmente la pagarán las personas de “carne y hueso”, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, evitó polemizar en esta discusión y sólo dijo que el plan del gobierno no tendrá efectos negativos sobre la economía.
“Yo creo que el tipo de impuestos que estamos poniendo son alzas transitorias en los tributos con incentivos también que son muchos de ellos de tipo transitorio. No veo que vaya a tener un efecto negativo, sino que al contrario el paquete tomado en su conjunto es ampliamente positivo para el país”, sostuvo el secretario de Estado.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, compartió el planteamiento de los economistas ligados al gobierno y ratificó que una modificación de la estructura tributaria tendrá efectos sobre el costo de la vida.
“No me parece particularmente sorprendente, los accionistas de las empresas van a ser parte importante de los que van a absorber los impuestos a las empresas. Las exenciones que habían en los depósitos convenidos también son a las personas, los impuestos a los bienes raíces también son a las personas y finalmente parte del impuesto a las empresas podría trasladarse en una fracción menor en incremento de precios al consumidor. A la larga obviamente detrás de todo hay personas”, explicó el académico.
Respecto de las consecuencias negativas que tendría una reforma impositiva sobre la inversión y el crecimiento, el economista de nuestra casa de estudios, Ricardo French Davis, descartó un comportamiento de este tipo, poniendo como ejemplo el ciclo económico que se dio en los gobiernos de la Concertación luego de subir los impuestos.
“Si uno hace bien la macro economía los empresarios invierten más porque están ganando más plata y no les importa pagar un 15 por ciento si antes ganaban 100 y ahora ganan 200, reinvierten mucho y la economía chilena en esos tiempos con mayores impuestos paso a crecer del 3 por ciento en la dictadura al 7 por ciento en los primeros 8 o 9 años de la democracia. Tenemos la historia muy concreta del caso chileno de esos tiempos y dijeron exactamente lo mismo, un cuento que no tiene sustento en la realidad económica”, indicó el economista.
El Ejecutivo estima que serán casi 3.200 millones de dólares de recaudación por alza de impuestos, mientras que habrá 3.045 millones de dólares de menor recaudación por alivio tributario.
