Ya ha pasado un mes desde que el Gobierno anunció la implementación del plan “Manos a la obra” y pese a las modificaciones que se realizaron  luego de su controversial puesta en marcha, todavía persisten dudas sobre el alcance real de este beneficio que corre por cuenta del ministerio del Interior.

Recapitulemos. El 27 de marzo, justo a un mes del terremoto y maremoto que azoló la zona centro sur del país, el gobierno informó la asignación directa, sin licitación previa, de ocho mil millones de pesos a las empresas Easy, Homecenter y Construmart para que las personas que quisieran reparar o construir sus viviendas compraran los materiales a través de bonos asignados por la cartera de Interior. El proceso de compra y repartición estaría a cargo de las municipalidades correspondientes.

Sin embargo, la arbitrariedad de la iniciativa hizo que las cadenas de ferreterías locales manifestaran su descontento con la asignación ya que, según argumentaron, tenían la capacidad para absorber la demanda y, además, estaban más cerca de los sectores afectados.

Una semana después, el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, pidió a las intendencias que realizaran un catastro de las ferreterías regionales y de los materiales con los que contaban para incluirlas dentro del programa a través de un fondo aparte. “Voy a hacer una transferencia de recursos para que las intendencias contribuyan, comprando materiales de construcción a estas pequeñas cadenas de ferreterías locales y, de esta manera, también ayuden a la reactivación del comercio”, manifestó el secretario de Estado, pero según denuncian los ferreteros provinciales, aún no ha ocurrido nada.

“No se ha notado un aumento de las ventas o casos de gente que haya llegado con los recursos, ya lo sabríamos y todavía estamos a la espera de que algo ocurra”, comenta el gerente de administración de Ferreterías Madrid de Chillán, Marcelo Araya.

Más radical es el caso de Chilemat, una de las cadenas de ferreterías más grandes del país y una de las que, precisamente,  alzó la voz para cuestionar la iniciativa cuando recién fue implementada.

“Ellos dijeron que iban a tratar de traspasar el beneficio a las ferreterías, pero quedó ahí. Nunca hemos sabido ni cuánto son los montos ni por qué medios van a llegar. La gente del ministerio y de la Onemi nos llamaron, incluso nos consultaron algunos precios, pero hasta aquí no hay nada. Estamos siendo lo más paciente que podemos para esperar que lo que prometieron se cumpla”, sostuvo Luis Alberto Araya, subgerente general de Chilemart.

De todas formas, los montos asignados a las ferreterías locales son ínfimos en comparación con los ocho mil millones de las grandes empresas. De hecho, la intendencia del Bío Bío  asegura que recibió sólo 40 millones bajo este concepto.

Según explicó el coordinador del comité de emergencia, Cristóbal Lira, la idea era, precisamente, que el fondo manejado por las intendencias fuera menor, ya que el plato fuerte del plan es lo asignado a las grandes tiendas. En todo caso, adelantó que de acuerdo a la forma en que se concrete la iniciativa, verán la posibilidad de destinar nuevos recursos.

Pero el problema va más allá. El Diario Electrónico de Radio Universidad de Chile se contactó con pequeñas ferreterías en las regiones de O´higgins y el Maule, como Ferriartel en San Fernando y San Ignacio de Talca y sus encargados indicaron que ni siquiera sabían de la existencia del plan.

Ante esto, el alcalde de Talca, Juan Castro Prieto, comentó que había escuchado “que se había generado un adicional para comprar en empresas locales, pero a nosotros no nos ha llegado ningún oficio que nos autorice a adquirir cosas por ese medio. Espero que nos notifiquen formalmente  esta posibilidad”.

El alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, indicó que incluso las grandes empresas a las que fue asignado el beneficio carecen de todos los materiales que requieren para repartir a las familias afectadas por el terremoto y coincide en que si pudieran comprar en las empresas locales, el proceso sería mucho más eficiente.

Desde la intendencia del Bío Bío afirman que la extensión del plan se ha llevado a cabo y que, en su caso, han referido las compras a tres ferreterías de Concepción y que ya  han utilizado 28 de los 40 millones que disponían para ello. De todas formas, las ferreterías más pequeñas y las que están ubicadas en las localidades más afectadas no han visto estos recursos.

Los municipios aseguran que ya han gastado más de la mitad de lo que tenían presupuestado para adquirir materiales en Easy, Homecenter y Construmart. En el caso de Talca se invirtieron 266 millones, lo que equivale a la mitad del plan, mientras que en Talcahuano el programa estaría aplicado en su totalidad.

Pese a que una de las principales críticas que ha recibido el plan en los últimos días tiene que ver con el desabastecimiento de los materiales necesarios en las grandes tiendas, los ferreteros locales no han podido participar de esta iniciativa. Y si bien, las intendencias están comprando algunos insumos, la centralización de las adquisiciones impide que el comercio provincial surja mediante este tipo de programa gubernamental.