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“Temas de la cultura chilena” y “Diario de Oriente”: El regreso por partida doble de Luis Oyarzún

En los últimos años, la obra de este escritor chileno ha comenzado a encontrar su justo espacio gracias a la reedición de alguno de sus títulos más destacados. Es así como la editorial de la Universidad Austral de Chile ahora entrega simultáneamente estos dos volúmenes de sus escritos.

Felipe Reyes

  Lunes 23 de enero 2017 12:26 hrs. 
Luis-Oyarzun

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Para muchos lectores actuales, quizá el nombre de Luis Oyarzún (1920–1972) no dice mucho, pero este destacado escritor y académico chileno publicó en vida cinco libros de poesía, dos novelas, dos fragmentos de su diario íntimo, dos ensayos, una monografía y un número considerable de artículos académicos sobre arte, literatura y cultura, lo que confirma su amplio interés en los más diversos temas.

“Nada de la vida me es ajeno”, declaraba el mismo Oyarzún, quien fue un intelectual reconocido ampliamente por sus pares y discípulos, sin embargo, su faceta de escritor y el merecido reconocimiento a su obra ha comenzado a encontrar su justo espacio en los últimos años gracias a la labor de su sobrino, Eugenio Oyrazún, lo que ha permitido la publicación de diez volúmenes póstumos que recopilan escritos inéditos y reediciones de alguno de sus títulos más destacados. Es así como la editorial de la Universidad Austral de Chile ahora publica  simultáneamente dos de sus obras: Temas de la cultura chilena y Diario de Oriente.

Publicado en 1967 por Editorial Universitaria en la naciente colección Imagen de Chile, Temas de la cultura chilena contiene fragmentos de su diario íntimo, “el gran corpus del que se desprende toda la obra publicada por el autor, así como la fuente de la mayor parte de su obra póstuma (…). Esta portentosa obra, sin antecedentes en la historia de la literatura chilena e hispanoamericana, fue iniciada hacia 1939. Las anotaciones de la edición completa de Diario íntimo registran otros 23 años de escritura: entre octubre de 1949 y noviembre de 1972, el día antes de su muerte en Valdivia”, anota en el prólogo de este volumen el académico de la Universidad Austral, Claudio Valdés; demás de ensayos, conferencias y discursos que giran en torno a algunos de los temas recurrentes de su autor.

Dividido en cinco partes (Resumen de Chile, Gabriela Mistral en su poesía, El oro de California y la vida chilena, El sentimiento de lo humano en América y Crónica de una generación), más un anexo con notas de prensa, abre los fuegos el ensayo “Resumen de Chile”, el más extenso del libro, en el que Oyarzún realiza un recorrido histórico y geográfico por esta tierra “con mucha sangre derramada y sin mitos realmente propios… sin alma”, y analiza la formación del carácter nacional. A continuación despliega cuatro textos sobre esa cantera inagotable que es la poesía de Gabriela Mistral. Luego, Oyarzún se detiene en el enclaustramiento colonial de Chile y la ruptura de esta condición a partir de la segunda mitad del siglo  XIX. Antes del descubrimiento del oro en California, EEUU, los chilenos no habían salidos masivamente del país, así “con aquel movimiento juvenil que no enriqueció a nadie, el país había salido de sí mismo y puesto fin a la colonia. Se había medido con el resto del mundo, se había codeado con gente de todas partes, en su primera evasión”. También se detiene en diseccionar “el ser chileno”, un conjunto de rasgos que sitúan a la tristeza como el más determinante de nuestro carácter, esa que haría imposible toda fiesta, toda expansión.

Un viajero inquieto

Diario de Oriente son las anotaciones de un “viajero inquieto”, como lo llamó Darío Carmona en una nota para la revista Ercilla en 1960 con motivo de la reciente publicación del libro. En ellas, Luis Oyarzún relata su visita a la Unión Soviética invitado por el gobierno para conmemorar el 40° aniversario de la revolución de octubre. “Mi primera impresión de Moscú es la de una enorme ciudad victoriana, con algo de Zola”, es la primera anotación del recorrido.

Luego vista China junto al rector de la Universidad de Chile, Juan Gómez Millas, invitados por la “Asociación del pueblo chino para la amistad con la América Latina”. Oyarzún pasea por la avenida de la Paz Perpetua observando a los ciudadanos locales que son “livianos y responsables como hormigas. Dan la impresión de construir edificios gigantescos en un día, cada uno con su ladrillo a cuestas”, anota en su diario. Además, también dejará sus impresiones de sus escalas en la India.

Su escritura se apropia de la crónica para registrar esos días, el humor se mezcla con la historia, la observación aguda sobre el carácter y la particularidad social de los pueblos. Oyarzún se acerca a la gente, pregunta, busca en las personas lo que no pueden contarle los monumentos. Todo le interesa. Todo lo registra en ese diario que lo acompañó a todas partes. Cuadernos que sus amigos llamaban “La Leika literaria”, y que para 1960 ya contaba más mil páginas.

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Temas de la cultura chilena

Diario de Oriente

Luis Oyarzún

Ediciones Universidad Austral de Chile.

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