El cuarto capítulo del documental “Historias del cine chileno” se emitirá este viertes 28 de mayo a las 20:00 horas por ARTV y abarcará el trabajo cinematográfico realizado durante el exilio, después del golpe de Estado de 1973. Orlando Lübbert y Segio Castilla fueron algunos de los cineastas que siguieron desarrollando sus historias en la pantalla grande fuera de las fronteras chilenas y conversarán de sus experiencias con Antonella Estévez.
Durante la Unidad Popular, la generación de cineastas que conformaron el llamado “Nuevo Cine Chileno” estuvo por completo ligada al proceso político y social que se vivía, manifestando su postura en las películas que filmaban. Esto explica que muchos de ellos prefieran exiliarse en los meses siguientes al golpe y continuar su labor fuera del país.
Algunos primeros títulos llegaron a ser muy radicales en su postura política como “Pinochet, fascista, asesino, traidor, agente del imperialismo” de Sergio Castilla. Otros, por su parte, terminaban películas que habían quedado inconclusas con la llegada de la dictadura. Así sucedió con Miguel Littin y “La tierra prometida”, o Patricio Guzmán con “La batalla de Chile”.
Con el paso de los años, cada uno de estos realizadores construirá su cine de manera particular, comenzando a filtrarse en las temáticas y estilos de los cineastas chilenos influencias europeas y estadounidense. Algunos abandonan el tema político y otros siguen produciendo plataformas que mantengan en la memoria los acontecimientos de la dictadura.
Entre los cineastas que partieron al exilio se encuentran Orlando Lübbert y Sergio Castillo. El primero salió hacia México en 1973, donde se desempeñó como profesor en la Escuela de Cine de la Universidad de México. Más tarde se radicó en Alemania Federal, donde en 1975 estrenó su primera película: “Los puños frente al cañón”; a los que le seguirían “El paso” y “Die Kolonie”. En 1995 volvió a Chile y cuatro años después a petición del canal franco-alemán Arte realizó el documental “Chile, la herida abierta”. En 2001 estrenó “Taxi para tres”, una de las cintas de ficción más exitosas del cine nacional y que ganó el Festival de San Sebastián.
Sergio Castilla, por su parte, estudió cine en Francia, y participó activamente en la comunidad cinéfila chilena durante el gobierno de Allende y estuvo en el exilio durante el régimen de Pinochet. Ha producido y dirigido ocho largometrajes, entre los que se encuentran “Te amo (Made in Chile)”; y varios cortometrajes, que se han exhibido en prestigiosos festivales de cine, incluyendo el Festival de Cine de Nueva York y el Festival de Cine de Sundance.
El cuarto capítulo del documental “Historias del cine chileno” se emitirá este viertes 28 de mayo a las 20:00 horas por ARTV y abarcará el trabajo cinematográfico realizado durante el exilio, después del golpe de Estado de 1973. Orlando Lübbert y Segio Castilla fueron algunos de los cineastas que siguieron desarrollando sus historias en la pantalla grande fuera de las fronteras chilenas y conversarán de sus experiencias con Antonella Estévez.
Durante la Unidad Popular, la generación de cineastas que conformaron el llamado “Nuevo Cine Chileno” estuvo por completo ligada al proceso político y social que se vivía, manifestando su postura en las películas que filmaban. Esto explica que muchos de ellos prefieran exiliarse en los meses siguientes al golpe y continuar su labor fuera del país.
Algunos primeros títulos llegaron a ser muy radicales en su postura política como “Pinochet, fascista, asesino, traidor, agente del imperialismo” de Sergio Castilla. Otros, por su parte, terminaban películas que habían quedado inconclusas con la llegada de la dictadura. Así sucedió con Miguel Littin y “La tierra prometida”, o Patricio Guzmán con “La batalla de Chile”.
Con el paso de los años, cada uno de estos realizadores construirá su cine de manera particular, comenzando a filtrarse en las temáticas y estilos de los cineastas chilenos influencias europeas y estadounidense. Algunos abandonan el tema político y otros siguen produciendo plataformas que mantengan en la memoria los acontecimientos de la dictadura.
Entre los cineastas que partieron al exilio se encuentran Orlando Lübbert y Sergio Castillo. El primero salió hacia México en 1973, donde se desempeñó como profesor en la Escuela de Cine de la Universidad de México. Más tarde se radicó en Alemania Federal, donde en 1975 estrenó su primera película: “Los puños frente al cañón”; a los que le seguirían “El paso” y “Die Kolonie”. En 1995 volvió a Chile y cuatro años después a petición del canal franco-alemán Arte realizó el documental “Chile, la herida abierta”. En 2001 estrenó “Taxi para tres”, una de las cintas de ficción más exitosas del cine nacional y que ganó el Festival de San Sebastián.
Sergio Castilla, por su parte, estudió cine en Francia, y participó activamente en la comunidad cinéfila chilena durante el gobierno de Allende y estuvo en el exilio durante el régimen de Pinochet. Ha producido y dirigido ocho largometrajes, entre los que se encuentran “Te amo (Made in Chile)”; y varios cortometrajes, que se han exhibido en prestigiosos festivales de cine, incluyendo el Festival de Cine de Nueva York y el Festival de Cine de Sundance.
El cuarto capítulo del documental “Historias del cine chileno” se emitirá este viertes 28 de mayo a las 20:00 horas por ARTV y abarcará el trabajo cinematográfico realizado durante el exilio, después del golpe de Estado de 1973. Orlando Lübbert y Segio Castilla fueron algunos de los cineastas que siguieron desarrollando sus historias en la pantalla grande fuera de las fronteras chilenas y conversarán de sus experiencias con Antonella Estévez.
Durante la Unidad Popular, la generación de cineastas que conformaron el llamado “Nuevo Cine Chileno” estuvo por completo ligada al proceso político y social que se vivía, manifestando su postura en las películas que filmaban. Esto explica que muchos de ellos prefieran exiliarse en los meses siguientes al golpe y continuar su labor fuera del país.
Algunos primeros títulos llegaron a ser muy radicales en su postura política como “Pinochet, fascista, asesino, traidor, agente del imperialismo” de Sergio Castilla. Otros, por su parte, terminaban películas que habían quedado inconclusas con la llegada de la dictadura. Así sucedió con Miguel Littin y “La tierra prometida”, o Patricio Guzmán con “La batalla de Chile”.
Con el paso de los años, cada uno de estos realizadores construirá su cine de manera particular, comenzando a filtrarse en las temáticas y estilos de los cineastas chilenos influencias europeas y estadounidense. Algunos abandonan el tema político y otros siguen produciendo plataformas que mantengan en la memoria los acontecimientos de la dictadura.
Entre los cineastas que partieron al exilio se encuentran Orlando Lübbert y Sergio Castillo. El primero salió hacia México en 1973, donde se desempeñó como profesor en la Escuela de Cine de la Universidad de México. Más tarde se radicó en Alemania Federal, donde en 1975 estrenó su primera película: “Los puños frente al cañón”; a los que le seguirían “El paso” y “Die Kolonie”. En 1995 volvió a Chile y cuatro años después a petición del canal franco-alemán Arte realizó el documental “Chile, la herida abierta”. En 2001 estrenó “Taxi para tres”, una de las cintas de ficción más exitosas del cine nacional y que ganó el Festival de San Sebastián.
Sergio Castilla, por su parte, estudió cine en Francia, y participó activamente en la comunidad cinéfila chilena durante el gobierno de Allende y estuvo en el exilio durante el régimen de Pinochet. Ha producido y dirigido ocho largometrajes, entre los que se encuentran “Te amo (Made in Chile)”; y varios cortometrajes, que se han exhibido en prestigiosos festivales de cine, incluyendo el Festival de Cine de Nueva York y el Festival de Cine de Sundance.
