Dejé pasar unas semanas para referirme a la reciente aparición de dos medios de prensa en nuestro alicaído ambiente informativo. Diario Uno es una publicación dominical que se vende en $600 y El Ojo va de lunes a viernes a cómodos $ 200. Lo concreto es que hay que tener mucho coraje para emprender una empresa de tal  naturaleza en estos días.

Marcel Claude, conocido ambientalista y asociado a influyentes ONG es la cabeza visible del semanario. Jorge Aravena, hijo del legendario empresario nocturno José Aravena, pone el billete del otro proyecto; no obstante su director es Manuel Mendoza, experimentado periodista y ex editor de TVN. Por presentación y contenido apuntan a diferente clientela. Más intelectual el primero, cargado a lo popular el cotidiano, pero ambos perfilados en la búsqueda de la independencia reporteril, deseosos de marcar presencia y ser hueso viejo en el calendario.

Lo curioso es que ambas publicaciones surgen en horas en que el diarismo hace agua en casi todas las latitudes. Prestigiados diarios de EEUU han desaparecido, disminuido sus páginas, reducido su personal. TV, Internet, redes sociales, falta de lectores y avisos, terminaron por desnudarlos. El modelo más admirado de autonomía económica e intelectual y que colmó los sueños de propiedad de generaciones de periodistas, Le Monde de Francia, anuncio recientemente que entregaría su control a poderosos magnates galos. Su director, Eric Fottorino, reconoció:”Estamos a punto de pasar una página en la historia de la compañía”.

Con su frase culminaba una leyenda noticiosa fundada en 1944 y que en el momento enfrenta deudas por más de cien millones de dólares. Entre los interesados en adquirirlo figuran un banquero, un multimillonario creador de un grupo de telecomunicaciones y Pierre Berger, socio del fallecido diseñador Ives Saint Laurent. ¿Atraerá a Juanito Yarur invertir en alguno de los dos flamantes periódicos?

Es indudable que se requieren con urgencia diarios que expresen puntos de vista distintos a los que ofrecen todos los días las páginas de los representativos de El Mercurio, Últimas Noticias, La Segunda de los Edwards y La Tercera, La Cuarta, La Hora de los Saieh. Ellos representan lo más selecto del empresariado criollo y a la defensa de esa causa monetaria actualmente se inscribió La Nación, enlazada directamente al gobierno capitalista de Sebastián Piñera. Omito Publimetro por definirlo más orientado a la publicidad. Frente a tan oscuro panorama para la libertad de expresión y de opinión, acunado pérfidamente desde los días de 1990 en que asumió la genuflexa Concertación, únicamente cabe comprar religiosamente las nuevas publicaciones y hacer votos para que tengan larga vida.