Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 30 de abril de 2024


Escritorio

Acusaciones cruzadas en el debate de candidatos a la presidencia de Brasil

Fue durante la tercera ronda de encuentros televisados de cara a las elecciones de presidenciales de octubre. Los escándalos domésticos, los ataques a la gestión de Lula y la política exterior coparon la agenda. La candidata oficialista Dilma Rousseff se vio acosada en el tema del acercamiento a Irán y por un caso de corrupción que salpica a una estrecha colaboradora.

Loreto Soto

  Lunes 13 de septiembre 2010 16:57 hrs. 
Radio-Uchile

Compartir en

Fue un debate sobre escándalos del pasado y del presente, no sobre propuestas para el futuro. Los candidatos a la presidencia de Brasil chocaron duro el domingo por la noche en el tercer debate pre electoral televisado, planeando sobre los logros y fracasos del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. La política doméstica, temas ligados a pobreza, educación, salud y corrupción marcaron las discusiones, pero la política exterior también se coló, con ruido, en un estudio televisivo de San Pablo.

Si bien en el estrado además estaban los otros dos candidatos -Marina Silva (PV) y Plínio de Arruda Sampaio (PSOL)- los focos estaba puestos en Dilma Rousseff, la candidata del oficialista PT y Marcos Serra, su rival directo y segundo en los sondeos con una diferencia de entre 18 y 25 puntos, según la encuestadora.

El vaciamiento de la Receita (la Secretaría de Ingresos Públicos) y algunos otros casos turbios de la política local dominaron el comienzo y gran parte del debate. “Yo no sabía que esas prácticas eran normales, debemos castigar ejemplarmente a aquellos que hayan cometidos actos dolosos”, comenzó defendiéndose Rousseff, quien no era acusada directamente de irregularidades del gobierno de Lula, pero se vio arrinconada tácticamente por su rival, quien buscaba pegar su imagen con la de una estructura político–legal corrupta.

El debate cayó en un momento poco feliz para Rousseff. El fin de semana, la influyente revista Veja publicó una investigación en la que se demostraba que su estrecha colaboradora, Erenice Guerra, estaba implicada en una estructura de cobros irregulares en torno a contratos de obra pública triangulada por la consultora de su hijo.

Así, se vio obligada a poner las manos en el fuego por algunos funcionarios, y a la vez hacer poner distancia del gobierno en algunos casos y aparecer muy pegada en otros, donde el marco se mostrara más favorable, por ejemplo, en la economía.

“Sacamos a 28 millones de personas de la miseria”, argumentó la favorita en las encuestas, “pero aún hay varios desafíos por delante. Por ejemplo, garantizar que Brasil tenga mayor desarrollo y que el proceso de ascensión social de la población brasileña continúe”, añadió.

Para Serra, el buen panorama económico actual no es crédito de Lula, sino de sus antecesores, que le dejaron las cuentas claras y una política monetaria sólida. “El mayor logro del actual gobierno fue mantener el plan monetario instalado por el gobierno del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña, su propio partido). Gracias a eso pudo aprovechar una coyuntura internacional excepcional. Eso fue lo que aseguró la base del éxito económico de la gestión Lula”, apuntó.

Sobre el tema, Rousseff concluyó: “No conseguimos resolver todos los problemas de Brasil, pero nos encaminamos”.

Irán, en la mira

También, Dilma Rousseff tuvo que poner la cara por una política exterior que no diseñó, pero a la que está atada. Así, defendió la gestión de acercamiento a Irán del gobierno saliente, criticada por José Serra.

Serra criticó que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva manifieste “cariño y amistad por el dictador iraní Mahmoud Ahmadinejad, que niega el holocausto y persigue a las mujeres”, acusó. Rousseff le respondió que su “posición sobre derechos humanos es muy clara, pero ante lo que pasó en Irak y Afganistán hay que ser extremadamente prudente”, devolvió.

Sin negar ni afirmar nada sobre las cercanas relaciones de Brasil con Irán, agregó que “se trata de intentar construir la paz; cierto tipo de guerra no conduce de forma alguna a la pacificación, hay que seguir en la línea de construir diálogo, paz y comprensión entre los pueblos”.

Síguenos en