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Trabajadores denuncian que FASA presionaría a canales de TV para no informar sobre huelga

Los trabajadores de Farmacias Ahumada, que mantienen una huelga legal por mejoras salariales hace más de dos semanas, denunciaron que su movilización ha sido ignorada por las grandes cadenas de televisión ya que, según ellos, la empresa los habría amenazado con quitar su inversión publicitaria si se hablaba del conflicto. Esta situación volvió a poner sobre la mesa el debate sobre la excesiva influencia que tienen las empresas sobre la libertad de expresión en Chile, en especial, cuando se trata de la vulneración a los derechos laborales.

Loreto Soto

  Martes 19 de octubre 2010 21:44 hrs. 
huelga farmacias ahumada_FASA

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Hace dos semanas que cerca de 750 trabajadores de Farmacias Ahumada mantienen una huelga legal para exigir mejores condiciones laborales a la nueva empresa de capitales mexicanos que controla la cadena farmacéutica más grande en Latinoamérica, Casa Saba.

Sin embargo, al igual como en otros temas, los medios de comunicación tradicionales, en especial la televisión, mantienen completo silencio sobre este conflicto. Según denunciaron los trabajadores, el mutismo se debería a que FASA habría advertido a los canales que dejaría de invertir millones de pesos en publicidad si se referían a la movilización.

“Estamos vetados por la prensa abierta, más que nada, porque la empresa tiene publicidad con todos los canales de televisión y les dijo que si daban cobertura a la huelga, cortarían los contratos”, afirmó la presidenta del sindicato N°1 de trabajadores de Farmacias Ahumada, Juana Figueroa.

Esta no es la primera vez que este tipo de conflictos es ignorado por los grandes medios, que requieren de la inversión publicitaria para seguir subsistiendo financieramente.

De hecho, cuando se desató el escándalo de la colusión de precios, los diarios nacionales exhibían las notas relacionadas con este delito a media página, mientras la otra mitad estaba copada por un anuncio publicitario de las mismas empresas en cuestión.

Para el secretario de Solidaridad, Negociación y Conflictos de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Cristián Cuevas, existiría un “tráfico de influencia” entre los negocios y el derecho a informar y ser informado.

Según el dirigente sindical esto no se daría sólo en FASA sino que “también se  percibió incluso en el accidente minero en el norte, donde la Asociación Chilena de Seguridad entregó ciertos servicios para lavar su imagen”.

“Lamentablemente cuando hay situaciones de vulneración de derechos o hay conflictos con negociaciones colectivas que no cumplen con todas las garantías a los empleados, los medios no informan o invisibilizan estas demandas”, apuntó.

Cuevas añadió que en los lugares donde existe alguna influencia económica significativa de las firmas tanto los medios nacionales como locales son más propensos a recibir cualquier tipo de presión.

“La propia BHP Billiton, controladora de minera La Escondida, financia la cultura en nuestro país y a través de eso, cuando los trabajadores tratan de movilizarse o ejercer sus derechos controlan medios de circulación nacional como de regiones. Eso pasa en la gran industria de forma permanente porque las grandes empresas, no tan solo del cobre, sino que las salmoneras y las empresas forestales son las que suministran los pagos de publicidad”, sostuvo el representante de la CUT.

En la misma línea, la directora del Observatorio de Medios Fucatel, Manuela Gumucio,  reconoció que siempre han existido trabas impuestas por los avisadores hacia la prensa cuando se tocan temas que los pueden perjudicar, pero indicó que esto no debería influir en las decisiones editoriales de un medio.

“Un principio básico y esencial de un medio de comunicación es no dejar que los contenidos se determinen por los avisadores. Ahora, que ese tipo de presiones siempre ha existido de manera más o menos velada es un hecho. Uno sabe perfectamente que cuando se hacen propuestas de programas, se tiene en cuenta la posibilidad de que moleste a algún avisador, no en relación a que se desprestigie el producto, sino porque desde el punto de vista publicitario en general, se busca asociar un producto a algún programa que tiene prestigio sobre la audiencia”, precisó Gumucio.

Tanto Gumucio como los trabajadores advierten que este tipo de situaciones deterioran directamente la libertad de expresión del país.

“Muchos de estos dueños de medios se sienten muy cómodos cuando se habla de Ecuador y Venezuela. Allí son unos grandes proclamadores de la libertad de prensa.  Pero si un medio se deja presionar por un avisador, se está sometiendo voluntariamente a un atentado contra la libertad de expresión”, comentó Gumucio.

En la misma línea, Cristián Cuevas concluyó que “en este país hay un poder monopólico de los medios de comunicación. Tenemos que exigir la democratización de la prensa para que esté al servicio de los ciudadanos y no de quienes lucran y tienen el control de los mercados”.

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