Organizaciones estudiantiles y el Colegio de Profesores criticaron duramente el empeño del Gobierno por impulsar con suma urgencia la Reforma a la Educación.
La ministra vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, de hecho, reiteró un llamado a la Concertación –como en otros proyectos de ley- a aprobar rápidamente la iniciativa y unirse a la propuesta emanada desde La Moneda.
“Creemos que nadie puede estar en contra de que los mejores sean profesores, de que los directores tengan mayores atribuciones, ni de mejorar la calidad de nuestra educación. Por eso, le pedimos a la oposición que se suba a la Reforma de la Educación para que entre todos podamos sacarla en forma urgente porque necesitamos que esté lista antes de marzo para que los niños no pierdan un año más”, comentó la portavoz del Gobierno.
Y mientras el ministro de Educación, Joaquín Lavín, se reunía con los presidentes de los partidos de la Concertación para buscar consensos que desemboquen en un acuerdo político que apruebe la reforma, profesores y estudiantes insistieron en que su opinión no fue escuchada.
El presidente del Magisterio, Jaime Gajardo, criticó que el ministerio de Educación nunca escuchara realmente el planteamiento de los docentes y calificó como una “figuración” la voluntad de negociar con el gremio.
“Es un hecho muy lamentable y una posición muy equivocada la del ministro de Educación. Ellos hicieron el anuncio a través de cadena nacional, el lunes lanzaron el proyecto y desestimaron todo el proceso de negociación. Ellos nunca quisieron negociar, fue sólo una figuración de estar escuchándonos, pero a la hora de tomar las decisiones, nos pasaron por encima”, sostuvo Gajardo.
Desde el sector estudiantil también reiteraron sus cuestionamientos a las autoridades por no escuchar la postura del sector que el mismo Presidente Piñera calificó como el eje de la reforma.
Karol Cariola, representante de la Universidad de Concepción y de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, no duda en afirmar que acá no hay una gran revolución de la enseñanza, sino una privatización que busca el fin de la educación pública.
“El ministerio de Educación ha tratado de pasar de manera solapada medidas que van en una dirección absolutamente clara que es la de mercantilizar y terminar de privatizar la educación en Chile. Eso es algo que nosotros como estudiantes de enseñanza superior rechazamos tajantemente. Este es un proceso que no se viene desarrollando ahora, sino que hace mucho tiempo que hoy viene a cerrar un ciclo a través de la revolución de la que habla el ministro”,
sentenció la dirigente estudiantil.
Cariola indicó que es tiempo de tomar medidas más concretas y buscar nuevas formas de impedir que esta gran reforma se realice, a través de herramientas como una contrarreforma.
En tanto, para Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), el diálogo que se dio en 2009 en el Congreso Nacional de Educación – que reunió a docentes, sector público, estudiantes universitarios y secundarios – debería ser una instancia que se implemente una vez más.
Esto porque, a su juicio, dentro del debate de la reforma que propone el Gobierno falta claridad respecto del financiamiento de la educación superior.
“¿De dónde sacaremos los recursos? Hay varias opciones. Primero hay que fijar los estándares mínimos que se nos plantean. El siete por ciento del PIB es lo recomendado para nuestro país y no estamos cumpliendo en nada. Un 0,3 por ciento del PIB se destina a educación y eso no puede ser. Por otro lado hay que pensar en una reforma tributaria efectiva y en lo que está pasando con el cobre en la actualidad, y con eso hay posibilidades de financiar la educación, pero pasa por la voluntad política”, aseguró Vallejos.
Los estudiantes evalúan nuevas movilizaciones a la vez que esperan coordinarse con los parlamentarios que tengan una postura más crítica a la reforma propuesta por el Gobierno.
Organizaciones estudiantiles y el Colegio de Profesores criticaron duramente el empeño del Gobierno por impulsar con suma urgencia la Reforma a la Educación.
La ministra vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, de hecho, reiteró un llamado a la Concertación –como en otros proyectos de ley- a aprobar rápidamente la iniciativa y unirse a la propuesta emanada desde La Moneda.
“Creemos que nadie puede estar en contra de que los mejores sean profesores, de que los directores tengan mayores atribuciones, ni de mejorar la calidad de nuestra educación. Por eso, le pedimos a la oposición que se suba a la Reforma de la Educación para que entre todos podamos sacarla en forma urgente porque necesitamos que esté lista antes de marzo para que los niños no pierdan un año más”, comentó la portavoz del Gobierno.
Y mientras el ministro de Educación, Joaquín Lavín, se reunía con los presidentes de los partidos de la Concertación para buscar consensos que desemboquen en un acuerdo político que apruebe la reforma, profesores y estudiantes insistieron en que su opinión no fue escuchada.
El presidente del Magisterio, Jaime Gajardo, criticó que el ministerio de Educación nunca escuchara realmente el planteamiento de los docentes y calificó como una “figuración” la voluntad de negociar con el gremio.
“Es un hecho muy lamentable y una posición muy equivocada la del ministro de Educación. Ellos hicieron el anuncio a través de cadena nacional, el lunes lanzaron el proyecto y desestimaron todo el proceso de negociación. Ellos nunca quisieron negociar, fue sólo una figuración de estar escuchándonos, pero a la hora de tomar las decisiones, nos pasaron por encima”, sostuvo Gajardo.
Desde el sector estudiantil también reiteraron sus cuestionamientos a las autoridades por no escuchar la postura del sector que el mismo Presidente Piñera calificó como el eje de la reforma.
Karol Cariola, representante de la Universidad de Concepción y de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, no duda en afirmar que acá no hay una gran revolución de la enseñanza, sino una privatización que busca el fin de la educación pública.
“El ministerio de Educación ha tratado de pasar de manera solapada medidas que van en una dirección absolutamente clara que es la de mercantilizar y terminar de privatizar la educación en Chile. Eso es algo que nosotros como estudiantes de enseñanza superior rechazamos tajantemente. Este es un proceso que no se viene desarrollando ahora, sino que hace mucho tiempo que hoy viene a cerrar un ciclo a través de la revolución de la que habla el ministro”,
sentenció la dirigente estudiantil.
Cariola indicó que es tiempo de tomar medidas más concretas y buscar nuevas formas de impedir que esta gran reforma se realice, a través de herramientas como una contrarreforma.
En tanto, para Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), el diálogo que se dio en 2009 en el Congreso Nacional de Educación – que reunió a docentes, sector público, estudiantes universitarios y secundarios – debería ser una instancia que se implemente una vez más.
Esto porque, a su juicio, dentro del debate de la reforma que propone el Gobierno falta claridad respecto del financiamiento de la educación superior.
“¿De dónde sacaremos los recursos? Hay varias opciones. Primero hay que fijar los estándares mínimos que se nos plantean. El siete por ciento del PIB es lo recomendado para nuestro país y no estamos cumpliendo en nada. Un 0,3 por ciento del PIB se destina a educación y eso no puede ser. Por otro lado hay que pensar en una reforma tributaria efectiva y en lo que está pasando con el cobre en la actualidad, y con eso hay posibilidades de financiar la educación, pero pasa por la voluntad política”, aseguró Vallejos.
Los estudiantes evalúan nuevas movilizaciones a la vez que esperan coordinarse con los parlamentarios que tengan una postura más crítica a la reforma propuesta por el Gobierno.
Organizaciones estudiantiles y el Colegio de Profesores criticaron duramente el empeño del Gobierno por impulsar con suma urgencia la Reforma a la Educación.
La ministra vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, de hecho, reiteró un llamado a la Concertación –como en otros proyectos de ley- a aprobar rápidamente la iniciativa y unirse a la propuesta emanada desde La Moneda.
“Creemos que nadie puede estar en contra de que los mejores sean profesores, de que los directores tengan mayores atribuciones, ni de mejorar la calidad de nuestra educación. Por eso, le pedimos a la oposición que se suba a la Reforma de la Educación para que entre todos podamos sacarla en forma urgente porque necesitamos que esté lista antes de marzo para que los niños no pierdan un año más”, comentó la portavoz del Gobierno.
Y mientras el ministro de Educación, Joaquín Lavín, se reunía con los presidentes de los partidos de la Concertación para buscar consensos que desemboquen en un acuerdo político que apruebe la reforma, profesores y estudiantes insistieron en que su opinión no fue escuchada.
El presidente del Magisterio, Jaime Gajardo, criticó que el ministerio de Educación nunca escuchara realmente el planteamiento de los docentes y calificó como una “figuración” la voluntad de negociar con el gremio.
“Es un hecho muy lamentable y una posición muy equivocada la del ministro de Educación. Ellos hicieron el anuncio a través de cadena nacional, el lunes lanzaron el proyecto y desestimaron todo el proceso de negociación. Ellos nunca quisieron negociar, fue sólo una figuración de estar escuchándonos, pero a la hora de tomar las decisiones, nos pasaron por encima”, sostuvo Gajardo.
Desde el sector estudiantil también reiteraron sus cuestionamientos a las autoridades por no escuchar la postura del sector que el mismo Presidente Piñera calificó como el eje de la reforma.
Karol Cariola, representante de la Universidad de Concepción y de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, no duda en afirmar que acá no hay una gran revolución de la enseñanza, sino una privatización que busca el fin de la educación pública.
“El ministerio de Educación ha tratado de pasar de manera solapada medidas que van en una dirección absolutamente clara que es la de mercantilizar y terminar de privatizar la educación en Chile. Eso es algo que nosotros como estudiantes de enseñanza superior rechazamos tajantemente. Este es un proceso que no se viene desarrollando ahora, sino que hace mucho tiempo que hoy viene a cerrar un ciclo a través de la revolución de la que habla el ministro”,
sentenció la dirigente estudiantil.
Cariola indicó que es tiempo de tomar medidas más concretas y buscar nuevas formas de impedir que esta gran reforma se realice, a través de herramientas como una contrarreforma.
En tanto, para Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), el diálogo que se dio en 2009 en el Congreso Nacional de Educación – que reunió a docentes, sector público, estudiantes universitarios y secundarios – debería ser una instancia que se implemente una vez más.
Esto porque, a su juicio, dentro del debate de la reforma que propone el Gobierno falta claridad respecto del financiamiento de la educación superior.
“¿De dónde sacaremos los recursos? Hay varias opciones. Primero hay que fijar los estándares mínimos que se nos plantean. El siete por ciento del PIB es lo recomendado para nuestro país y no estamos cumpliendo en nada. Un 0,3 por ciento del PIB se destina a educación y eso no puede ser. Por otro lado hay que pensar en una reforma tributaria efectiva y en lo que está pasando con el cobre en la actualidad, y con eso hay posibilidades de financiar la educación, pero pasa por la voluntad política”, aseguró Vallejos.
Los estudiantes evalúan nuevas movilizaciones a la vez que esperan coordinarse con los parlamentarios que tengan una postura más crítica a la reforma propuesta por el Gobierno.
