La ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, lideró en La Moneda la presentación del Informe del Estado del Medio Ambiente, el primero de los documentos que deben entregarse cada cuatro años según la nueva institucionalidad ambiental y para cumplir con las recomendaciones al respecto entregadas por la OCDE.
En este sentido, la secretaria de Estado aseguró que se trata de un hito relevante y “un acto de transparencia inédito en el ámbito de las políticas públicas, que busca empoderar a la ciudadanía con información de calidad e indicadores de fácil comprensión, que le permitan entender el estado actual del país en materia ambiental e identificar los principales problemas y desafíos que tenemos. Con ello esperamos que la ciudadanía cuente con mayores elementos y antecedentes para contribuir en la elaboración y discusión de las políticas que estamos impulsando desde el Gobierno”.
El primer eje del texto, presentado en detalle por el subsecretario Ricardo Irarrázaval, son los “Riesgos para la salud de la población y calidad de vida”, con los capítulos “Contaminación del aire”, “Contaminación de suelos”, “Residuos”, “Ruido”, “Acceso al agua potable y alcantarillado” y “Disponibilidad de áreas verdes”.
En este ítem destaca la información sobre el material particulado fino MP2,5 , el más dañino para la salud, calculándose que en Chile al menos 10 millones de personas están expuestas a una concentración mayor a 20 microgramos por metro cúbico anual, que es el máximo permisible, causando cuatro mil muertes prematuras al año por enfermedades cardiopulmonares asociadas a la exposición crónica a este contaminante.
Entre las comunas con una mayor contaminación del aire se encuentran Rancagua, Curicó, Coyhaique, Cerro Navia y La Calera. Entre los mayores precursores de emisión de MP2,5 están las fundiciones de cobre, centrales termoeléctricas y la calefacción residencial a leña.
En cuanto a la contaminación de los suelos ésta es más grave en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo y está asociada principalmente a la actividad minera.
Respecto de los residuos, el subsecretario subrayó que existe una gran desigualdad, puesto que las comunas con mayores ingresos no cuentan con vertederos y rellenos sanitarios, no así las más vulnerables. Algo similar ocurre, añadió Irarrázaval, con las áreas verdes: “Chile no cumple con lo que recomienda la OMS de cantidad de metros cuadrados por habitante. De hecho, estamos bastante bajos y con desproporción región por región. Además, si eso lo llevamos a la región Metropolitana, vemos cómo claramente las comunas más pobres son por lejos las más vulnerables y con mayores debilidades, lo que claramente nos indica que hay que generar política pública al respecto”, dijo.
En otros datos relevantes, en el segundo eje llamado “Patrimonio ambiental”, el informe advierte que los habitantes de la zona norte del país tienen poco acceso al recurso hídrico, con una disponibilidad de 800 metros cúbicos anuales por persona, y que el agua se caracteriza por un alto contenido salino y de arsénico. En este eje se adjunta información sobre biodiversidad, suelos para uso silvoagropecuario y cielos para la observación astronómica.
En el último eje, en tanto, se informa sobre los efectos del cambio climático en Chile, con las variaciones de temperaturas, disminución de precipitaciones y las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y finaliza con datos sobre el agotamiento de la capa de ozono.
Ambas autoridades destacaron que la institucionalidad pública para enfrentar estos temas está prácticamente completa, salvo por el proyecto de Áreas de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegidas que sigue tramitándose en el Congreso.
El detalle del informe del Estado del Medio Ambiente está disponible en el sitio oficial del ministerio.