El ministro de Educación, Harald Beyer, entregó la información general de los estados financieros de las instituciones de Educación Superior del país, luego de que la mayoría de estas lo hicieran llegar al ministerio de Educación.
Entre las conclusiones del informe está que las instituciones invierten la mayoría de sus ingresos en educación, aunque los planteles privados dedican mucho menos recursos que las del Consejo de Rectores en investigación.
Además, quedó claro que en materia de gasto en Educación Superior más del 60 por ciento proviene de las familias que pagan aranceles y solo un 36 de recursos públicos, y en el caso de las Universidades privadas la cifra de gasto familiar llega al 95 por ciento.
El ministro de Educación reconoció que los datos confirman que nuestro sistema es uno de los más caros del planeta: “También podemos comprobar, a partir de las cifras, que nuestro sistema de educación superior sigue siendo caro, nuestros niveles de gasto son parecidos a países mucho más ricos que nosotros, del orden de tres veces el ingreso per cápita que tenemos nosotros. Cuando nos comparamos con Nueva Zelanda, Canadá u otros países, estamos en el mismo nivel de gasto prácticamente, con un sistema que tiene un tercio del ingreso per cápita de esos países”, dijo.
Para Beyer nuestro sistema es heterogéneo y en general estable, pero requiere mayor regulación, lo que se puede alcanzar aprobando la Superintendencia de Educación.
El presidente de la FECH, Gabriel Boric, aseguró que la autoridad hace una lectura meramente tecnocrática y no analiza los problemas de fondo que la ciudadanía quiere transformar.
“Se hace un análisis exitista de un modelo que a todas luces está fracasando. Mediante la técnica, que es la experticia del ministro, se pretende disfrazar la crisis del sistema de educación superior y reducirlo todo a la agenda del ministerio, que es acortar las carreras y regular los aranceles. Pero acá el problema no es solamente técnico, no solo cuántos años dura una carrera o cuánto cuesta un arancel. el Problema es de justicia, qué entendemos por educación, si es un derecho o no”
Las instituciones que no entregaron sus informes o lo hicieron de forma incompleta solo arriesgan multas que no superan las 100 UTM.
El ministro de Educación, Harald Beyer, entregó la información general de los estados financieros de las instituciones de Educación Superior del país, luego de que la mayoría de estas lo hicieran llegar al ministerio de Educación.
Entre las conclusiones del informe está que las instituciones invierten la mayoría de sus ingresos en educación, aunque los planteles privados dedican mucho menos recursos que las del Consejo de Rectores en investigación.
Además, quedó claro que en materia de gasto en Educación Superior más del 60 por ciento proviene de las familias que pagan aranceles y solo un 36 de recursos públicos, y en el caso de las Universidades privadas la cifra de gasto familiar llega al 95 por ciento.
El ministro de Educación reconoció que los datos confirman que nuestro sistema es uno de los más caros del planeta: “También podemos comprobar, a partir de las cifras, que nuestro sistema de educación superior sigue siendo caro, nuestros niveles de gasto son parecidos a países mucho más ricos que nosotros, del orden de tres veces el ingreso per cápita que tenemos nosotros. Cuando nos comparamos con Nueva Zelanda, Canadá u otros países, estamos en el mismo nivel de gasto prácticamente, con un sistema que tiene un tercio del ingreso per cápita de esos países”, dijo.
Para Beyer nuestro sistema es heterogéneo y en general estable, pero requiere mayor regulación, lo que se puede alcanzar aprobando la Superintendencia de Educación.
El presidente de la FECH, Gabriel Boric, aseguró que la autoridad hace una lectura meramente tecnocrática y no analiza los problemas de fondo que la ciudadanía quiere transformar.
“Se hace un análisis exitista de un modelo que a todas luces está fracasando. Mediante la técnica, que es la experticia del ministro, se pretende disfrazar la crisis del sistema de educación superior y reducirlo todo a la agenda del ministerio, que es acortar las carreras y regular los aranceles. Pero acá el problema no es solamente técnico, no solo cuántos años dura una carrera o cuánto cuesta un arancel. el Problema es de justicia, qué entendemos por educación, si es un derecho o no”
Las instituciones que no entregaron sus informes o lo hicieron de forma incompleta solo arriesgan multas que no superan las 100 UTM.
El ministro de Educación, Harald Beyer, entregó la información general de los estados financieros de las instituciones de Educación Superior del país, luego de que la mayoría de estas lo hicieran llegar al ministerio de Educación.
Entre las conclusiones del informe está que las instituciones invierten la mayoría de sus ingresos en educación, aunque los planteles privados dedican mucho menos recursos que las del Consejo de Rectores en investigación.
Además, quedó claro que en materia de gasto en Educación Superior más del 60 por ciento proviene de las familias que pagan aranceles y solo un 36 de recursos públicos, y en el caso de las Universidades privadas la cifra de gasto familiar llega al 95 por ciento.
El ministro de Educación reconoció que los datos confirman que nuestro sistema es uno de los más caros del planeta: “También podemos comprobar, a partir de las cifras, que nuestro sistema de educación superior sigue siendo caro, nuestros niveles de gasto son parecidos a países mucho más ricos que nosotros, del orden de tres veces el ingreso per cápita que tenemos nosotros. Cuando nos comparamos con Nueva Zelanda, Canadá u otros países, estamos en el mismo nivel de gasto prácticamente, con un sistema que tiene un tercio del ingreso per cápita de esos países”, dijo.
Para Beyer nuestro sistema es heterogéneo y en general estable, pero requiere mayor regulación, lo que se puede alcanzar aprobando la Superintendencia de Educación.
El presidente de la FECH, Gabriel Boric, aseguró que la autoridad hace una lectura meramente tecnocrática y no analiza los problemas de fondo que la ciudadanía quiere transformar.
“Se hace un análisis exitista de un modelo que a todas luces está fracasando. Mediante la técnica, que es la experticia del ministro, se pretende disfrazar la crisis del sistema de educación superior y reducirlo todo a la agenda del ministerio, que es acortar las carreras y regular los aranceles. Pero acá el problema no es solamente técnico, no solo cuántos años dura una carrera o cuánto cuesta un arancel. el Problema es de justicia, qué entendemos por educación, si es un derecho o no”
Las instituciones que no entregaron sus informes o lo hicieron de forma incompleta solo arriesgan multas que no superan las 100 UTM.
