Carnage: Cuando la incivilización nos gana

Hay varios elementos que hacen de esta película un recomendado, incluso antes de verla. La dirección es de Roman Polansky, está basada en una aclamada obra teatral de Yasmina Reza y cuenta con un elenco de lujo: Kate Winslet, Jodie Foster, John C. Reilly y Christoph Waltz. Después de verla las razones son muchisimas más.

Hay varios elementos que hacen de esta película un recomendado, incluso antes de verla. La dirección es de Roman Polansky, está basada en una aclamada obra teatral de Yasmina Reza y cuenta con un elenco de lujo: Kate Winslet, Jodie Foster, John C. Reilly y Christoph Waltz. Después de verla las razones son muchisimas más.

La película comienza con un plano abierto de un parque en donde una cámara fija nos muestra a un grupo de pre adolescentes. En un momento lo que parece una conversación se transforma en una pelea y uno de los niños golpea a otro con una gruesa rama en la cara. Corte, estamos en el departamento de los padres del niño agredido en donde ellos han invitado a reunirse a los padres del niño agresor para conversar sobre el suceso y acordar los pasos a seguir.

La conversación se inicia al interior de los márgenes de la formalidad y las buenas maneras. Todos los involucrados haciendo tremendos esfuerzos para parecer comprensivos de la situación de los otros y buscando la manera más amable de salir del paso frente a este incómoda circunstancia.  A medida que van pasando los minutos comienzan a aparecer grietas en esta pared de impecable comportamiento y las distancias entre las miradas respecto al incidente poco a poco dan paso a cada vez más violentas y extremas discusiones ya no sólo sobre la pelea infantil, sino incluso sobre la manera de ver el mundo. Dejando en evidencia que, detrás del barníz de la educación social se esconde la profunda incorrección de nuestras singularidades.

La obra teatral “Un Dios Salvaje” de Yasmina Reza contiene todos los elementos ya descritos. Como en “Art” la dramaturga francesa logra exponer a sus personajes en su humanidad e imperfección al obligarlos a enfrentarse unos a otros en un contexto en donde la subjetividad de cada uno es forzada a aparecer producto de un desencuentro. Pero esto es cine, no es teatro. Si fuese solo el registro cinematográfico de la obra el interés termina en el guión literario. No es el caso.

Roman Polanski es quien está detrás de cámaras y si hay algo en lo que el polémico director se destaca es en crear atmosferas cinematográficas que den cuenta del mundo interno de sus personajes. Desde “Cuchillo al agua”, pasando por “El bebe de Rosemery” y la más reciente “El escritor oculto”, Polanski brilla cuando utiliza los recursos cinematográficos para encerrar al espectador en el mundo de sus protagonistas. Y acá se da un festín, ya que toda la acción transcurre en un solo espacio. Un departamento y especificamente un living que se va transformando en un espacio cada vez más hostil a medida que la conversación va subiendo en intensidad.

Otro merito del director es el notable equilibrio que logra entre los cuatro portentos actorales que tiene como protagonistas Kate Winslet (“Titanic”), Jodie Foster (“El silencio de los inocentes”), Christoph Waltz (“Bastardos sin gloria”) y John C. Reilly (“Magnolia”) funcionan como un reloj sincronizado, sin intentar sobresalir, mostrando una gran dinámica como equipo, dandole intensidad y credibilidad a la adaptación que de la obra realizaron Polanski y la misma Reza. Todos los personajes pasan por radicales cambios emocionales a lo largo del metraje y logran mantener al espectador interesado y empatizando, incluso desde lo extremo de su comportamiento.

Ver “Carnage” es toda una experiencia. No sólo de admiración frente a la habilidad autoral y actoral acá desplegada, sino porque todo eso sirve para inquietar al espectador y hacerlo preguntarse hasta donde nos llega la civilización cuando las particularidades propias y de los otros nos superan.

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