Monti no será candidato pero quiere ser el hombre clave en Italia
Terminó el suspenso. El jefe de gobierno italiano descartó su candidatura a las elecciones legislativas de febrero. "No tomo partido” por nadie, dijo Mario Monti pero anticipó que apoyará a los partidos que adhieran a su programa para reformar al país.
Domingo 23 de diciembre 2012 10:21 hrs.
Mario Monti había mostrado la hilacha antes de la conferencia de prensa que dio este mediodía en Roma. Al diario La Repubblica le había anticipado sus dudas sobre su candidatura para las elecciones legislativas anticipadas del 24 y 25 de febrero. Y es lo que terminó de confirmar tras casi una hora de discurso en el Palazzo Chigi.
El Presidente saliente del Consejo descartó primero, y no sin ironía, la propuesta de Silvio Berlusconi de encabezar una coalicion de centro-derecha, pero hubo que esperar hasta el final de la conferencia para escuchar la posición de Monti sobre su futuro político.
El jefe de gobierno anunció estar “dispuesto a dirigir” a Italia, aunque descartó su “candidatura” a las legislativas. “No tomo partido por alguien. Pero si estoy listo a aportar mi opinión, dar incentivos, y si me lo piden, a dirigir y asumir las responsabilidades que me confíe el Parlamento”, dijo Monti.
Para ello las fuerzas políticas que lo apoyen deben “manifestar una adhesión convencida y creíble a su programa”, y es por esa vía que Monti parece decidido a mantenerse como un hombre clave. Monti enumeró una serie de propuestas para reformar Italia a partir de la acción de su gobierno y con esa agenda condicionó su apoyo al partido que adhiera a su programa cuyo punto principal será la simplificación del código laboral.
Monti hizo el balance de sus 400 días a la cabeza del gobierno de tecnócratas y reivindicó sus logros explicando que logró sacar al país de lo más hondo de una crisis financiera similar a la de 1946, después de la guerra, sin ayuda exterior.
Previamente, en La Repubblica, Monti había adelantado que de todas maneras, “después de las elecciones, el Centro y el PD deberán aliarse”. Y resaltó su oposición acérrima a su antecesor: “Contra Berlusconi debemos levantar un muro y limitar el retorno de la derecha populista.”
Según los primeros análisis, la voluntad de Monti es mantener su imagen de figura por encima de los partidos políticos, la mejor manera de apuntar al cargo de la Presidencia de la República.
Mario Monti había mostrado la hilacha antes de la conferencia de prensa que dio este mediodía en Roma. Al diario La Repubblica le había anticipado sus dudas sobre su candidatura para las elecciones legislativas anticipadas del 24 y 25 de febrero. Y es lo que terminó de confirmar tras casi una hora de discurso en el Palazzo Chigi.
El Presidente saliente del Consejo descartó primero, y no sin ironía, la propuesta de Silvio Berlusconi de encabezar una coalicion de centro-derecha, pero hubo que esperar hasta el final de la conferencia para escuchar la posición de Monti sobre su futuro político.
El jefe de gobierno anunció estar “dispuesto a dirigir” a Italia, aunque descartó su “candidatura” a las legislativas. “No tomo partido por alguien. Pero si estoy listo a aportar mi opinión, dar incentivos, y si me lo piden, a dirigir y asumir las responsabilidades que me confíe el Parlamento”, dijo Monti.
Para ello las fuerzas políticas que lo apoyen deben “manifestar una adhesión convencida y creíble a su programa”, y es por esa vía que Monti parece decidido a mantenerse como un hombre clave. Monti enumeró una serie de propuestas para reformar Italia a partir de la acción de su gobierno y con esa agenda condicionó su apoyo al partido que adhiera a su programa cuyo punto principal será la simplificación del código laboral.
Monti hizo el balance de sus 400 días a la cabeza del gobierno de tecnócratas y reivindicó sus logros explicando que logró sacar al país de lo más hondo de una crisis financiera similar a la de 1946, después de la guerra, sin ayuda exterior.
Previamente, en La Repubblica, Monti había adelantado que de todas maneras, “después de las elecciones, el Centro y el PD deberán aliarse”. Y resaltó su oposición acérrima a su antecesor: “Contra Berlusconi debemos levantar un muro y limitar el retorno de la derecha populista.”
Según los primeros análisis, la voluntad de Monti es mantener su imagen de figura por encima de los partidos políticos, la mejor manera de apuntar al cargo de la Presidencia de la República.
Mario Monti había mostrado la hilacha antes de la conferencia de prensa que dio este mediodía en Roma. Al diario La Repubblica le había anticipado sus dudas sobre su candidatura para las elecciones legislativas anticipadas del 24 y 25 de febrero. Y es lo que terminó de confirmar tras casi una hora de discurso en el Palazzo Chigi.
El Presidente saliente del Consejo descartó primero, y no sin ironía, la propuesta de Silvio Berlusconi de encabezar una coalicion de centro-derecha, pero hubo que esperar hasta el final de la conferencia para escuchar la posición de Monti sobre su futuro político.
El jefe de gobierno anunció estar “dispuesto a dirigir” a Italia, aunque descartó su “candidatura” a las legislativas. “No tomo partido por alguien. Pero si estoy listo a aportar mi opinión, dar incentivos, y si me lo piden, a dirigir y asumir las responsabilidades que me confíe el Parlamento”, dijo Monti.
Para ello las fuerzas políticas que lo apoyen deben “manifestar una adhesión convencida y creíble a su programa”, y es por esa vía que Monti parece decidido a mantenerse como un hombre clave. Monti enumeró una serie de propuestas para reformar Italia a partir de la acción de su gobierno y con esa agenda condicionó su apoyo al partido que adhiera a su programa cuyo punto principal será la simplificación del código laboral.
Monti hizo el balance de sus 400 días a la cabeza del gobierno de tecnócratas y reivindicó sus logros explicando que logró sacar al país de lo más hondo de una crisis financiera similar a la de 1946, después de la guerra, sin ayuda exterior.
Previamente, en La Repubblica, Monti había adelantado que de todas maneras, “después de las elecciones, el Centro y el PD deberán aliarse”. Y resaltó su oposición acérrima a su antecesor: “Contra Berlusconi debemos levantar un muro y limitar el retorno de la derecha populista.”
Según los primeros análisis, la voluntad de Monti es mantener su imagen de figura por encima de los partidos políticos, la mejor manera de apuntar al cargo de la Presidencia de la República.
