La frontera

  • 21-05-2013

Hay un lugar único en el mundo, donde las diferencias ideológicas, políticas, religiosas, de clases o de razas se esfuman por arte de magia y es el que se iniciaen aquella frontera perfectamente clara y delimitada, cual es la apertura del bolsillo del pantalón, ya que desde ahí para adentro desaparecen todas las distancias, al interiorde esa frontera sólo se siente el calor de los billetes y da lo mismo de dónde provengan.

Esta imagen se me está viniendo a la cabeza cada vez más seguido y, aclaro, la culpa no es mía, es cosa de escuchar las noticias para ver quién le pagó a quién por favores concedidos o por conceder, qué municipalidad está con déficits porque las platas salieron para lugares ignotos o a quién le ajustan los sillones parlamentarios sin pudor alguno o atisbo de gesto democrático, sino que designados a la más pura dedocracia, para que siga mamando de las dulces y generosas ubres estatales, en fin, una frontera cada vez más abierta y transitada, pero sólo por aquellos que están en el juego diario del poder, ya que el resto del país es excluido y tiene que reventarse el lomo para lograr en un año lo que estos libre-transitadores logran en unos días, aunque excepciones a la regla haya siempre y exista gente que no la traspasa, que son los que valen la pena.

Hoy, la diputada Marta Isasi,está en el ojo del huracán, más bien, en las redes de pesca de las noticias nacionales, desde que se supo que Corpesca le habría, supuestamente, financiado su campaña a cambio de su voto favorable en la ley de pesca, también conocida como Ley Longueira, ilustre precandidato presidencial de la UDI que pregona el bien ¿común?ley que dejó ese mar que tranquilo te baña a libre disposición y albedrío, no del mercado, sino que de apenas siete familias para que useny abusen de los recursos marítimos del país como se les cante el gallo y cuando quieran.

El resto de los honorables han dejado de lado y semi aislada a esta ilustrísima hija de su tierra aunque no me queda claro si es porque creen fervientemente que el hecho es absolutamente condenable y repudiable o si por la más banal de las consideraciones: cuando la bolsa con basura se abre, el olor los inunda a todos y más vale estar lejos para ver si se salvan de la inmundicia, aunque la ley de pesca fue aprobada por mayoría, de otra manera hubiese sido rechazada, así que la sospecha entre la gente común y corriente , que Corpesca o similares pasaron varios sobrecitos abultados por debajo de la mesa está muy instalada.

Hace rato que la relación incestuosa entre capital y política viene funcionando de manera muy aceitadita, casi sin sobresaltos, pero algún día tiene que reventar, fundamentalmente porque parte de la clase política y algunos grandes empresarios han perdido todo atisbo de pudor, pagando o recibiendo sin ningún asco, aprovechándose que hoy las campañas son carísimas y porque la política ha perdido su esencia y se ha convertido sólo en refugio de las élites partidistas donde se acomodan para no dejar de percibir los generosos sueldos y prebendas ligadas a una especie de trabajo que no le rinde cuentas a nadie, ni siquiera a la ciudadanía, gracias al binominal que no lo quieren botar por razones más que obvias tildando de fumadores de opio o de comunistas perversos a quienes bregan por una asamblea constituyente que logre una constitución realmente democrática , que sirva a todos los ciudadanos y no sólo a las minorías que hoy profitan del país

Esto último quedó refrendado en el patético y penoso espectáculo que dieron de todos los lados con el tongo de las primarias parlamentarias, con una UDI bajando sin misericordia cristiana, a pesar de sus afinidades con el Opus, a dos de sus auto designados precandidatos, los cuales se habrían gastado entre ambos la friolera de más de un millón de dólares en propaganda, quenadie de su sector explica claramente su procedencia o el obcecamiento del líder del PS Escalona, que rabiaba y rabiaba porque tenía que competir contra otros de su propio partido para seguir siendo senador, casi vitalicio y por “méritos” ganados al ser el principal escudero de la candidata Bachelet, pataleta que no se entiende si no es por los millones que implica estar sentado en el cada vez más desprestigiado parlamento.

Lo que los honorables y la clase política tiene que entender de una buena vez por todas es que este es ya un país cansado de sus jueguitos y sus acomodos personales conla falsa verborrea de la patria toda, que este es un país que no quiere seguir mirando el deprimente espectáculo de verlos repartir el territorio nacional como si fuéramos un feudo de ellos, donde discuten con argumentos grandilocuentes sobre un sueldo mínimo miserable, mientras reciben las generosas donaciones de las grandes empresas para que puedan hacer sus millonarias campañas para ser elegidos, asegurándose así un abultado futuro una vez que se cansen de ganar plata a costa del estado, del cual muchos de los que están ahí, abjuran como de un leproso para darle, pero no para esquilmarlo.

La moraleja de la señora Isasi y de los que aparezcan detrás de ella es que “Para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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