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La mitad de los adolescentes condenados vuelve a delinquir antes de dos años

Así lo demuestra un estudio de seguimiento delictual del Servicio Nacional de Menores, cuyos resultados llaman la atención sobre cómo los actuales sistemas de castigo para niños, niñas y adolescentes no estarían logrando su correcta reinserción en la sociedad.

Oriana Miranda

  Domingo 6 de octubre 2013 14:03 hrs. 
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Un estudio de seguimiento delictual realizado por el Servicio Nacional de Menores revela que la mitad de los niños, niñas y adolescentes que fueron condenados por la justicia volvió a cometer un delito antes de dos años.

El catastro abarca a 11 mil jóvenes que cumplieron penas por infracción a la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente entre 2009 y 2010. De acuerdo al documento, de los 5.062 infractores que egresaron en 2009, un 40,8% había sido condenado nuevamente al año siguiente y, transcurridos 24 meses, este porcentaje subió a 54,9%.

En el caso de los jóvenes infractores egresados en 2010, el 36,8% fue condenado dentro de 12 meses y el 50,9% lo hizo antes de 24 meses.

Es decir, en un plazo de dos años, uno de cada dos menores que egresó del Sename luego de cumplir alguna sanción dictada por la justicia, volvió a ser declarado culpable debido a una nueva infracción a la ley.

El informe especifica que la mayoría de los ilícitos reiterados son leves o poco graves. Los delitos violentos que más se repitieron fueron los robos con intimidación, con violencia y en lugar habitado, mientras que, dentro de los considerados menos graves, destacan el hurto simple, el robo por sorpresa y el robo en lugar no habitado.

“La situación de los niños en conflictos con la justicia ha sido un tema permanente de discusión con el Sename y el Estado”, señala Francis Valverde, directora ejecutiva de la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas (ACHNU), para quien actualmente “no están las condiciones dadas para que los niños puedan generar nuevas capacidades que les permitan volver a la vida fuera de los recintos penales”.

Es por ello que, apelando a los instrumentos internacionales de derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, apunta a la necesidad de un sistema menos restrictivo, ya que las prisiones han dado muestras evidentes de no estar dando resultado.

A su juicio, lo ideal es que “la prisión sea el último recurso en el caso de los jóvenes”. “En el caso chileno, la sociedad pide y los políticos piden que ojalá los metiéramos presos antes, cuando fueran más pequeños, no solo a los 14 años. Ese es justamente uno de los temas por los que tenemos que seguir luchando, que no se logra en nuestro país. Y por otro lado, que sea realmente una medida de último recurso y no el primer recurso o el más inmediato. Hay datos de que se pone en prisión preventiva a los jóvenes por periodos de seis meses a un año. Eso es inaceptable”, señala.

Según el estudio, los mayores porcentajes de reiteración delitos se dieron entre los jóvenes con condenas más restrictivas. Es decir, entre quienes cumplieron sus castigos en recintos centros semicerrados y cerrados.

Lucía Dammert, socióloga experta en seguridad, coincide con que los actuales métodos de castigo no están logrando reinsertar a niños y adolescentes que han cometido delitos en la sociedad. Es por ello que apunta a la necesidad de seguir el camino de países desarrollados e implementar mecanismos alternativos que logren mantener a estos jóvenes en el sistema formal.

“El problema es que cuando uno entra en el mundo de la infracción, salir es muy complejo. Y creo que parte del tema es que acá tenemos que empezar a ver que las soluciones no son castigar a los más chicos o meterlos presos, porque ya sabemos que cuando se entra en ese ritmo es muy difícil poder sacarlos. Lo más valioso de este estudio es que reconoce que la discusión no tiene que ser por el lado de cómo los metemos a sistemas de encierro y castigo sino más bien al revés, cómo fortalecemos un sistema que lo que haga sea evitar instalarlos en el mundo de la infracción y la criminalidad”, afirma.

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