“Es un orgullo para la Universidad de Chile y para el país el premio que le ha sido asignado, sin embargo, como a ella le gustan los relatos y los cuentos, voy a contar mi propio relato y cuento”, dijo el Rector Víctor Pérez Vera al comenzar su intervención en el homenaje a laVicerrrectora Montecino. Sin un guion establecido, el Rector relató a los presentes cómo fue que conoció a la Profesora hace doce años atrás, cuando apenas él comenzaba a pensar en la idea de ser Rector de esta Universidad.
Junto con recordar los inicios de su relación con la Vicerrectora, el Rector, hizo un breve recuento por su paso como Directora del Archivo Central Andrés Bello y más tarde comoVicerrectora de Extensión.
“Desde el Archivo Central llevó a cabo una tremenda labor que partió por visibilizar lo que ahí estaba y por hacernos conscientes a todos, sobre la importancia de ese patrimonio que tenía la Universidad y la responsabilidad que teníamos de preservarlo y proyectarlo. En este último período aceptó ser la Vicerrectora de Extensión de esta Rectoría, y creo que el sello desde el inicio que puso Sonia ha tenido que ver con proyectar la riqueza de la Universidad hacia la trascendencia del país, y al mismo tiempo, como ya he dicho antes, ha chasconeado a esta Rectoría. Y este chasconeo ha revitalizado, refrescado, y nos ha hecho mejores personas en lo que estamos haciendo”, afirmó el Rector entre generando más de alguna risa entre los asistentes.
Para finalizar sus palabras, el Rector Pérez hizo un emotivo retrato de la Prof. Montecino. “Lo más hermoso para mí es el cariño, el afecto y el amor con que Sonia emprende la relación con las etnias con las que trabaja, es algo que le sale por todos los poros y eso la gente lo percibe y lo recibe. Creo que esa cualidad, de alguna manera la trata de reflejar el Premio Nacional, que busca colocar a la persona como un modelo para las nuevas generaciones. Y creo que junto a todas las características del modelo de Sonia, se añade también la demaestra de Universidad, que como toda maestra, al igual que Gabriela Mistral, parte pensando que la maestra tiene que ver con el cariño, con la dedicación, con el afecto que se destina a los demás. Y creo que la Universidad de Chile se enorgullece de que tiene en Sonia una maestra de Universidad, eso nos hace sentir a todos orgullosos y muy contentos”, aseguró el Rector.
Organizado por el Departamento de Antropología, la actividad contó con además del Rector Víctor Pérez, con la presencia de la Prorrectora Rosa Devés, el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Marcelo Arnold, la Decana de la Facultad de Medicina Cecilia Sepúlveda, el Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas , Francisco Brieva, el Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Prof. Bernardo Amigo, el Decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Santiago Urselay, entre otras autoridades.
Premio Nacional: Un reconocimiento colectivo y común
“Agradezco este homenaje con que ustedes me honran, somos una tribu esquiva en estos gestos y nuestro estilo no es precisamente solemne ni apegado a las normas. Por ello mi gratitud es profunda, porque sé lo que significa construir este ritual con el que me han agasajado hoy día”, dijo la Prof. Sonia Montecino ante un auditorio repleto de gente que quiso compartir este homenaje.
Más emocionada que lo que pensó que estaría, según ella misma confesó, la Vicerrectora realizó una larga lista de agradecimiento, a todos quienes la han acompañado en su carrera profesional y en su vida personal también, pues tal como explicó, “un premio como el que he recibido toca las entrañas, entendidas como órganos, como lo esencial de una cosa, como lo que se tiene o se lleva dentro de sí, como lo que está unido íntimamente, afectivamente, con otro. Y por ello, este es un premio compartido y colectivo”.
Por último, la Vicerrectora, tuvo especiales palabras para la Universidad de Chile, institución en que ha albergado sus diversas etapas de la vida profesional. “Ha sido el pertenecer a esta Universidad laica, republicana y pluralista, lo que también ha hecho posible ganar el Premio Nacional. Impensable hubiera sido en otra universidad, siquiera pronunciar el concepto de género, con su aura desafiante y conflictiva, o cruzar la Antropología con la Literatura, o proponer como categoría de análisis social la culinaria, en tanto dispositivo de las diferencias, o traer a las pobladoras a la aulas. Nuestra Universidad, imperfecta y complicada, plagada de lo que Freud llamó el narcisismo de las pequeñas diferencias, tiene sus pliegues sombríos, pero en la otra orilla está el valor de la libertad, de la diversidad, de la apertura a nuevas ideas y prácticas, aun cuando ello signifique asumir los riesgos de una mirada crítica, no sólo de la sociedad, sino de sí misma”, concluyó la Vicerrectora.
El amor por lo humilde
Roberto Hozven Valenzuela, Doctor en Sociología, Profesor Titular de la Universidad Católica de Chile, especialista en Teoría Crítica Literaria, Ensayo hispanoamericano y Estudios culturales, intervino en el homenaje, intervino en el homenaje, revelando diversos pasajes sobre la obra y trayectoria de la galardonada Profesora.
“Como Gabriela Mistral, Benjamin Subercaseaux o Luis Oyarzún, Sonia Montecino es una contadora de patrias, va al Chile extraño de nuestras fantasías y obsesiones para traernos de vuelta una visión más real e irreductible de nosotros mismos”, señaló Hozven.
Echando mano al anecdotario personal, el Prof. Hozven, narró a los presentes un recuerdo: un día al llegar a la casa de Sonia Montecino en la playa, ella estaba en la mesa ordenando florcitas y le dijo que haría un herbario de flores silvestres del litoral de la Quinta Región. “Me impresiona su amor increíble por lo humilde, su recolección sobre puesta al calor, al tedio, a la lata de la hora y admirar no las cosas fragantes, sino proteger y conservar lo que quizás pisamos sin ver y que contiene en un punto quizás lo más nativo y significativo, lección imprevista de esta gran antropóloga, con nariz de poeta y paladar sabroso de maestra de cocina”, dijo el académico.
La primera antropóloga en recibir el Premio Nacional
El Prof. Eugenio Aspillaga, Director del Departamento de Antropología y uno de los organizadores de este homenaje, no podía estar ausente entre los oradores.
“El que Sonia haya recibido Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2013 nos alegra y congratula, nos permite destacar el quehacer de nuestra Antropología y posiciona la producción académica de Sonia como una mirada particular para lograr unacomprensión social que ha puesto el foco en las identidades y la cultura, entre cruzada con las aristas de género, etnicidad y alimentación, temas en los que ha sido pionera al impulsarlos en nuestro medio”, afirmó el Prof. Aspillaga.
“Sonia registra un sello particular, fundando escuela en este mismo departamento y fuera de él, impulsando la formación de equipos, difundiendo temáticas y formando estudiantes de pre y postgrado. Sin lugar a dudas para nuestro Departamento es un orgullo contar la primera mujer antropóloga en recibir esta distinción. Lo que es un orgullo para toda la comunidad de antropólogos y por cierto debe serlo, para esta Facultad y la Universidad en general”, remató el Profesor.
Compromiso con el género femenino
Loreto Rebolledo, Antropóloga, colega y amiga incondicional de la Prof. Montecino, y con quien hace décadas emprendieran lo que es hoy el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (CIEG), el cual lleva 20 años en el Departamento de Antropología formando a generaciones y posicionando investigaciones relacionadas al Género, las desigualdades sociales, y las construcciones culturales, también tuvo palabras de reconocimiento y gratitud para la homenajeada.
“El compromiso de Sonia con el género femenino, con la profundización y difusión del conocimiento de los modos de ser y hacer de las mujeres, se inicia con anterioridad a su ingreso como académica a la Universidad”, recordó Loreto Rebolledo, quien hizo un repaso a la historia de la Vicerrectora, incluyendo su rol como una de las fundadoras de la Casa de la Mujer Mapuche y su trabajo con las artesanas de Quinchamali.
Respecto al CIEG, cuyo origen se remonta a 1993 con financiamiento de la fundación Ford y bajo la dirección de la Prof. Montecino, Loreto Rebolledo señaló: “Quisiera destacar un par de cosas que dan cuenta del sello que Sonia puso en el CIEG, por una parte está su capacidad de armar equipos, conformado mayoritariamente por gente joven a la que transmite su alegría y entusiasmo, dándoles autonomía para volar. Por otra, su perseverancia y compromiso con los temas de género, poniéndolos en diferentes espacios, no solamente como temas de investigación y debate sino en la búsqueda de propuestas concretas que permitan avanzar hacia una mayor equidad. Me refiero en concreto a la creación de la Oficina de Igualdad de Género que se ha impulsado desde la VEX y pensamos que va a generar cambios importantes a futuro”.
Para finalizar, Loreto Rebolledo destacó la vocación pionera de la homenajeada. “Sonia ha abierto fronteras de conocimiento, tanto desde la Antropología del Género como la Culinaria, ha abierto espacios a otras mujeres que hoy se desempeñan como académicas en los diferentes ámbitos, mostrando así que la solidaridad entre mujeres es posible, abrió las puertas del Salón de Honor a Mapuche y Rapanui, ante la sorpresa de algunos. Con esa vocación de pionera, se merecía ser la primera mujer de las Ciencias Sociales en ser reconocida con el Premio Nacional y por eso sus colegas del CIEG, estamos felices y orgullosas”.
Las nuevas generaciones
La Directora del Archivo Central de nuestra Universidad, Prof. Alejandra Araya, la alumna y tesista de la Prof. Montecino, Manuela Cisterna, y Carolina Franch, Antropóloga de CIEG, se hicieron presentes de distintas maneras en este homenaje.
La Prof. Alejandra Araya, leyó un sueño, del cuaderno de sueños que la propia Vicerrectora le regaló, y el cual es parte del trabajo conjunto que realizan. Luego cantó el primer verso de los Sonetos de la Muerte de Gabriela Mistral para la homenajeada.
Por su parte, Manuela Cisterna, leyó unas palabras de sentido agradecimiento a la Profesora. “Yo soy sólo una persona que habla hoy, que tiene mucho que agradecerte, pero como yo son cientos de profesionales que han sido profundamente influenciados e influenciadas por tu trayectoria, pero más que eso por tu calidad como persona. Tú has sido una mujer con consciencia de género, que nos posibilita a las nuevas generaciones un ingreso desde lo furtivo, reconociendo lo que somos, y lo que podemos llegar a ser. Gracias Sonia por tu apoyo, por tu formación, por tu ejemplo, y por haber despejado el camino para nosotras y nosotros, las nuevas generaciones que siguen transmitiendo el género como opción teórica y política para que la memoria de la genealogía de género tenga larga vida”
Por último, Carolina Franch, quien no pudo asistir al encuentro, envió unas palabras a la homenajeada: “Sonia contigo y para no alargarme en este espacio, he aprendido la vocación universitaria y pública, y la defensa más ardua, pero sin eslogan, de una educación de calidad. Lo que significa la investigación comprometida e implicada, una que considera a los sujetos y en particular a las sujetas, como parte y pilar recíproco en la construcción del conocimiento, vigilando siempre nuestra manera de quehacer antropológico”.