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¿Será el voto obligatorio la solución a la abstención?

El 58% de abstención que dejó la segunda vuelta presidencial se convirtió en el escenario perfecto para aquellos que proponen volver al voto obligatorio. Analistas disienten de la idea, argumentando que “no se puede romper el termómetro porque marcó fiebre”.

Paula Campos

  Lunes 16 de diciembre 2013 16:44 hrs. 
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El tema de la abstención es un debate que ronda las declaraciones de políticos desde la pasada primera vuelta.

Los altos índices de chilenos que deciden no votar han sido instancia de análisis y conjetura desde todos los sectores.

Lo cierto es que las cifras indican que un 58% de la población de votantes prefirió no acudir a las urnas, decisión que generó inmediata reacción de la más variopinta representatividad de políticos. Algunos, tales como el ex presidente de la República Ricardo Lagos, fueron claros en señalar que el país tendría que volver al voto obligatorio, misma línea argumentativa fue expresada por Camila Vallejo, Ignacio Walker o José Miguel Insulza, quienes pese a la victoria de su candidata repostulan la idea de analizar la continuidad del voto voluntario.

Las razones de por qué una gran cantidad de personas prefirió restarse de votar también han sido múltiples, ha habido declaraciones que apuntan a responsabilidad ciudadana, como otras que tajantemente responsabilizan a la clase política de no haber comprendido la real voluntad de los chilenos. La certeza no existe, comentó el analista político Cristóbal Bellolio, quien desde Londres conversó con Radio Universidad de Chile.

El académico fue enfático en señalar su desacuerdo contra quienes manifiestan la idea de volver al voto obligatorio.

“Querer hoy día romper el termómetro porque no nos gustó que marcó fiebre me parece poco serio. El sistema del voto voluntario lo que hacía no era solucionar los problemas de las políticas chilenas, sino que darnos un diagnóstico más preciso y menos mentiroso de cómo estaba. Hasta hace un tiempo atrás nos ufanábamos de que Chile tenía un porcentaje de abstención que no pasaba del 10 por ciento, claro pero era un porcentaje mentiroso porque había el 40% de los chilenos que no estaba inscrito”, comentó el profesional.

En medio de la crisis de la Alianza, muchos comentarios se hicieron en torno a la baja participación. Los senadores Carlos (RN) y Hernán (UDI) Larraín, entre otros, fueron claros al establecer la legitimidad del gobierno de Michelle Bachelet, pese a la baja participación. El presidente de la UDI, Patricio Melero, declaró necesaria una reflexión para entender cuál es el mensaje de una ciudadanía que decidió no participar.

“Hay que darle un sentido político a la abstención, ese no fue un tema menor. Que millones de chilenos hayan preferido no votar que hacerlo, que un millón de chilenos hayan votado en la primera vuelta y no en la segunda tiene un sentido político también, no nos debemos quedar sólo en los resultados de los que votaron, sino apreciar también el porqué de los que no votaron”, explicó el líder gremialista.

El debate sobre volver o no al mecanismo anterior es analizado por Bellolio, quien pide dar tiempo a los analistas políticos para encontrar fórmulas de mayor participación y dar más argumentos sobre correlación entre voto voluntario y segregación económica, sin centrar la discusión en opiniones de políticos que pueden tener “intereses en este juego”, “si el negocio de los políticos no paree muy atractivo para la gran mayoría de la ciudadanía y ellos tienen la herramienta para obligarlos de que se interesen, él miraría con escepticismo las propuestas que vienen exclusivamente del sector político”, explicó.

Marta Lagos, directora de Mori Chile, piensa la discusión se debe dar en el contexto de solucionar el problema que subyace a la ausencia electoral: “Yo creo que esa discusión va a tener que hacerse, pero la discusión no es si se vuelve al voto voluntario, porque da la impresión que eso decir nos equivocamos, entonces hagámoslo bien y se arregló todo el pastel. El problema es que aquí hay que reformar el sistema binominal, hay que hacer una política competitiva a la luz de electores, hay que tener un sistema de votación que si no es obligatorio al menos tenga transporte gratuito para la gente que no tiene muchos recursos y que no está dispuesto a gastar dinero para ir a votar”.

La también cientista Francisca Quiroga, entrevistada en el Semáforo por el periodista Patricio López, se refirió a la poca capacidad que tuvieron los políticos para conectarse con las nuevas temáticas instaladas en la ciudadanía.

“No han generado espacios para los recambios, que no tiene que ver con edades sino con ideas, movilizar ideas y desde ahí conectarse con nuevas temáticas que hoy en día las han tomado con fines electorales, que los vemos como estos grandes discursos encapsulados de los temas que hemos recogido de la ciudadanía. La pregunta más de fondo es cómo vas a ejercer gobierno considerando esos actores y generando políticas de participación efectiva, vinculante y con toma de decisiones que no sean sólo en términos electorales sino de una práctica política más completa”, apuntó la experta.

A juicio de los profesionales, es necesario leer el llamado y trabajar con esta creciente apatía política. Nuevos temas, nuevos rostros, otros debates, serían algunos de los escenarios posibles para conquistar a quienes dejaron de seducirse con la política.

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