Este miércoles se cumple un mes del incendio que afectó a talleres y salas de ensayo del Teatro Municipal. Mientras en los pasillos todavía se siente el olor a humo, la administración trabaja en la recolección de fondos para financiar la recuperación de los daños.
Las pérdidas alcanzan cerca de 2.650 millones de pesos, principalmente relacionadas con vestuario, espacios físicos y maquinaria. Parte de esa cifra será cubierta por seguros contratados y la otra corresponderá a la campaña de donaciones. Hasta ahora se han recaudado cerca de 900 millones de pesos, aportados por el Consejo de la Cultura, la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), la familia Luksic, la empresa Falabella y donantes privados.
En paralelo, se espera la entrega de informes periciales para determinar qué parte de la infraestructura afectada deberá ser demolida. Luego, se llamará a licitación para iniciar las obras. En total, el proceso tardaría al menos un año y medio.
El incendio afectó principalmente a instalaciones del Ballet de Santiago, que acaba de regresar de una exitosa gira de tres semanas por China. Por eso, la compañía deberá adaptarse en los próximos meses a un espacio poco usual para trabajar: el foyer del teatro.
En ese lugar, y en la contigua sala La Capilla, se dispusieron instalaciones de emergencia para preparar las funciones de Cascanueces y El Quijote, que debieron trasladarse al Teatro Caupolicán y el Teatro de Carabineros, respectivamente.
“No es lo ideal, pero son los espacios que hemos habilitado para que la compañía pueda desarrollar su trabajo en forma normal y cotidiana. Se ha habilitado el foyer como una sala para que puedan practicar y cumplir con sus compromisos. Son instalaciones de emergencia, pero le sirven a la compañía, que viene cargada de energía positiva luego de su viaje a China. Están muy estimulados y dispuestos a hacer este sacrificio mientras se reconstruye la parte incendiada, que también va a tomar un tiempo”, dijo el director del Teatro, Andrés Rodríguez.
Aunque se instaló un piso adecuado para la preparación de los espectáculos, en el Ballet admitieron que las condiciones no son las ideales. La subdirectora de la compañía, Luz Lorca, explicó que “pusieron el mismo piso del escenario, que es lo más importante para los bailarines, y eso garantiza que vamos a trabajar en buenas condiciones. Pero lo que pasa es que hace 50 años que tenemos nuestras salas, nuestra privacidad y acústica. Acá el sonido es distinto, hay una reverberancia que molesta un poco”.
“Sin embargo, es un cambio y un desafío: esto no nos va a tirar para abajo, nos va a tirar para arriba. Se quemó nuestra historia, pero la historia no está en las murallas, está en la mística del Ballet de Santiago. Eso no se va a romper con nada”, añadió Luz Lorca.
Además, hubo que tomar medidas especiales para el vestuario, ya que muchos de los materiales se perdieron en el incendio. Para los próximos espectáculos se utilizará vestuario prestado del Teatro Colón de Buenos Aires, se adaptaron confecciones de otras producciones y se están rehaciendo algunas prendas y accesorios que se perdieron en la emergencia.
En ese escenario, el bailarín Luis Ortigoza consideró que la llegada al país ha sido un “regreso a la realidad que no es para nada agradable”.
“Han hecho un esfuerzo para que ensayemos acá, pero va a ser extremadamente difícil, sobre todo el año que viene, con el montaje de obras nuevas en un lugar donde no están todas las condiciones para hacerlo. La gente tiene que entender la situación por la que está pasando este patrimonio cultural y apoyar al teatro y la cultura, porque la cultura es parte de la educación de un pueblo”, afirmó.
Las funciones de Cascanueces fueron programadas para el 27, 29 y 30 de diciembre en el Teatro Caupolicán, mientras que Don Quijote estará entre el 3 y 7 de enero en el Teatro de Carabineros. Más información en este enlace.