A un año de la aplicación de la nueva Ley de Tabaco, el ministro de salud, Jaime Mañalich, aseguró que la normativa “ha funcionado extremadamente bien” tanto por la fiscalización, así como por la cooperación de locales y de la ciudadanía.
“Esto es crónica de una tragedia anunciada. Empezar a fumar tan tempranamente significa menos expectativa d evida, enfermedades crónicas muy relevantes con enorme costo para todos, porque las financiamos todos a través de nuestros impuestos”, señaló el ministro.
Según la información del Minsal, en el último año se han realizado 23 mil fiscalizaciones y se cursaron 407 infracciones.
El titular de la cartera reconoció que si bien es un proceso lento, se puede apreciar en las encuestas que el consumo de cigarros por parte de los jóvenes está disminuyendo y que los programas educacionales orientados a evitar que los alumnos fumen va en aumento. Sin embargo aseguró que: “Es imposible evitar la presión. La industria tabacalera gasta enormes recursos en marketing directo e indirecto, en ocultar la maldad que implica el consumo de cigarrillos. Es fundamental mantener una vigilancia muy estricta de que no se haga trampa en las prohibiciones específicas de difusión y marketing”.
La legislación aplicada desde 2013 prohíbe fumar en espacios cerrados, como casinos, restoranes, discotecas, centros comerciales, e incluso en recintos deportivos abiertos como gimnasios y estadios.