Más de 5 mil 600 millones de dólares en ganancias obtuvo el comercio durante el primer semestre de este 2015. A esta cifra se suman las ganancias por más de 400 millones de dólares de la banca el primer trimestre de este año, además de los 13 mil millones de dólares de inversión extranjera directa que se conoció la semana pasada, con lo que Chile volvió a liderar a Latinoamérica y el Caribe con la llegada de recursos del exterior a su economía.
Por eso, llama la atención el insistente llamado del empresariado a morigerar el ritmo de la agenda de cambios del Gobierno y del Ministerio de Hacienda que rebajó la proyección del crecimiento a partir de las últimas cifras como la del IMACEC de mayo que no alcanzó al 1%.
Para el economista de la Fundación Sol Gonzalo Durán, es necesario despejar los factores internos que podrían incidir en las señales del mercado, lo que lleva a que esta desaceleración no es exclusiva de Chile, sino que afecta a toda la región, incluyendo los países de la Alianza del Pacífico.
“Estamos viendo que se trata más bien de una situación regional. Ahí hay un primer antecedente, lo cual también nos habla de la enorme dependencia que tiene la economía chilena de factores internacionales, como puede ser en este caso el precio del cobre. Eso nos lleva a una discusión más de fondo que es el proyecto de desarrollo que se ha dibujado para el caso chileno, que es un proyecto altamente rentista, intensivo en la explotación de los recursos naturales, que nos hace ser un país que en términos coloquiales nosotros decimos que somos ‘China-dependientes’”, comentó Durán.
A esto se debe sumar la realidad que ayudan a construir los actores, empresarios y Gobierno, que desalienta el ritmo económico, según el especialista de la Fundación Sol.
En ese sentido, Gonzalo Durán critica los anuncios desde los gremios empresariales que responsabilizan a las reformas impulsadas por el Ejecutivo, las que a juicio del economista son moderadas para el nivel de desregulación que tiene el mercado laboral en nuestro país.
Durán agregó al respecto que se debe tener en cuenta quién crece cuando la economía crece, pues la gran mayoría de los chilenos apenas reciben salarios de subsistencia.
Al alto crecimiento de las ganancias del comercio, la banca y la inversión extranjera, el economista recuerda que “durante el 2014 tenemos que las mayores fortunas crecen en prácticamente un 15 por ciento su patrimonio. Vale decir, aquí tenemos una situación que nos lleva a hacernos la clásica pregunta: ¿Quién crece cuando Chile crece y quién se desacelera cuando el país se desacelera?”.
Ante esto, el economista señala que en todo esto “hay una grieta que la marca la desigualdad, la distribución de ingreso, que nos lleva a la gran conclusión de que en Chile hoy en día prácticamente el 74 por ciento de los trabajadores gana menos de 400 mil pesos líquidos”.
A juicio de Durán, suspender la tramitación de los proyectos, como el de reforma al sistema laboral argumentando la caída de algunas cifras de la economía, va a llevar a que el valor del trabajo se siga depreciando.
El economista de la Fundación Sol recordó además que en el caso de países con una alta tasa de productividad, los trabajadores tienen mayor cantidad de derechos asegurados y altas remuneraciones.
“En el 95 por ciento de los países de la OCDE, los que tienen mayor productividad, se negocia por rama de la actividad económica. En Noruega, posiblemente el país donde existe la mayor productividad laboral del mundo, la negociación colectiva se lleva por rama de actividad económica. Entonces, claramente lo que hay detrás de todo esto, para nosotros tiene que ver con una cuestión de economía política, es decir, se están cuidando ciertos intereses y se está haciendo ver esto como algo producto de las transformaciones que se están llevando a cabo”, subrayó.
Gonzalo Durán recordó además que la inversión extranjera directa que llega a Chile se va a sectores como el comercio, la energía y en obras públicas con un sistema de licitaciones que luego se concesionan, activando un jugoso negocio para el empresariado, pero provocando nuevos costos para la ciudadanía, la que sin embargo debe continuar sobreviviendo con los mismos ingresos.