En un nuevo naufragio producido frente a las costas de Grecia, 28 inmigrantes murieron. Se trata de un navío que transportaba a decenas de migrantes, que zozobró frente a la isla de Farmakonisi, a unos 15 kilómetros se las costas turcas. Los guardacostas rescataron a 68 personas mientras que otras 29 lograron llegar a la playa.
Por otro lado, las labores de búsqueda para hallar a cuatro niños y un adulto desaparecidos tras el naufragio de un barco de migrantes el sábado frente a la isla de Samos no han dado resultado.
“Grecia aplica estrictamente los tratados europeos e internacionales sin ignorar el humanismo ni la solidaridad”, declaró el domingo la primera ministra interina, Vassiliki Thanou, de visita a Mitilene, en la isla de Lesbos, en primera línea de la llegada de migrantes.
Tachó además de “inaceptables” las críticas contra Atenas por la forma en que gestiona la crisis. La canciller alemana, Angela Merkel, llamó el sábado a Grecia a proteger mejor las fronteras externas de la Unión Europea (UE) y reclamó un diálogo con Turquía por donde transitan muchos migrantes venidos principalmente desde Siria.
Por su lado, el ministro alemán de Transporte, Alexander Dobrindt, denunciaba “el fracaso completo” de la UE a la hora de controlar sus fronteras externas frente al flujo de migrantes, y reclamó medidas “eficaces”.
Dobrindt forma parte del ala más conservadora de las Uniones Cristianas de la canciller alemana Angela Merkel, la CSU bávara. Sus declaraciones ilustran también las tensiones políticas internas cada vez mayores que Merkel tiene que enfrentar por la cuestión de los refugiados.
Su política de apertura y de generosidad respecto a miles de migrantes que huyen de guerras y persecuciones suscita críticas tanto en Europa del Este como en el seno de su propio partido.
El ministro de Transportes afirmó recientemente que Alemania espera acoger este año a 800.000 solicitantes de asilo y que la capital de Baviera, Munich, está desbordada por el flujo de migrantes.