Gabriel Salazar: “Aylwin fue un demócrata de clase política, no del pueblo”

El historiador y profesor de nuestra universidad se refirió a la figura de Patricio Aylwin y al legado histórico del exmandatario que falleció el pasado martes a los 97 años de edad. Salazar agregó que “un hombre público debe ser juzgado por el pueblo y por la historia”.

El historiador y profesor de nuestra universidad se refirió a la figura de Patricio Aylwin y al legado histórico del exmandatario que falleció el pasado martes a los 97 años de edad. Salazar agregó que “un hombre público debe ser juzgado por el pueblo y por la historia”.

En entrevista con Radioanálisis, el profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Gabriel Salazar sostuvo que “no hay duda de que los partidos de la Concertación y Patricio Aylwin plantearon como norma la idea del realismo político y ese es un principio que, aparentemente, es sabio, pero en el fondo un político sabe que no solo tiene que hacer lo que puede, sino lo que debe o lo que el pueblo quiere que se haga”.

En ese sentido, Salazar agrega que “la Concertación quedó corta en sus propuestas, cuando el pueblo esperaba otra cosa y en particular de su representante, Patricio Aylwin”.

El profesor indica que “el pueblo quería algo más limpio y no esa propuesta tímida de llegar a acuerdos con todo el mundo, de llamar democracia a algo que en el fondo era continuar con un modelo por el cual nadie había votado, El realismo no era más que el acomodo de la clase política en sus puestos”.

Salazar recordó que el proceso de transición chileno se ideó en conjunto con la socialdemocracia internacional, y gracias a un grupo de intelectuales que se preocuparon de construir un modelo a partir de lo dispuesto en la Constitución del 80.

En esa línea, el historiador explicó por qué la figura de Patricio Aylwin era la indicada para encabezar ese proceso: “Para presentar ese proyecto de transición él era el más adecuado porque era un hombre que no tenía un planteamiento propio profundo como Frei Montalva, o con una capacidad de oratoria como la que tenía Radomiro Tomic”.

Salazar agrega que “eso explica que toda la clase política, en su totalidad, ha tratado de levantar el prestigio de este ‘maestro’, como lo reveló los tres días de duelo nacional que tenemos ahora”.

Respecto del programa de gobierno de Patricio Aylwin, que contenía propuestas simbólicas como el fin al binominal, terminar con los senadores designados o descentralizar el Estado, Salazar sostuvo que dichos planteamientos fueron realizadas desde un punto de vista “utópico”, no obstante en el sentido de que no tenían interés de llevarlo a cabo.

El profesor de nuestra casa de estudios explicó además qué tipo de democracia representa Patricio Aylwin: “Entre los políticos se llaman demócratas los que aceptan las reglas del juego de la clase política, eso incluye el sistema electoral. En segundo lugar, todo problema de fondo tiene que ser dialogado entre ellos a través de acuerdos intrapartidarios, y llegar a un acuerdo entre todos para presentarlo como una solución nacional”.

Salazar profundizó en lo que representa la figura de Patricio Aylwin dentro de la clase política, señalando que “él fue un hombre de aparato, de clase política, un demócrata de clase política, no un demócrata de pueblo, eso explica por qué nunca vimos a Aylwin encabezando las jornadas de protestas que se registraron en Chile desde 1983 hasta 1987”.

Gabriel Salazar finalizó afirmando que “un hombre público debe ser juzgado por el pueblo y por la historia. Como persona tal vez hay que mencionar todos los valores que tenía con su familia, amistades y eso hay que respetarlo, pero un hombre público debe ser juzgado fríamente”.





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