Las protestas en Chiloé no fueron consecuencia de la marea roja, sino de un proceso más profundo que da cuenta de un nuevo movimiento social que está activo. Así lo sostuvo en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile el académico e investigador de la Universidad de Valparaíso, Patricio Cabello.
Sobre este punto explicó que el 2011 fue un año clave en el que se activó una acumulación de energía en base a lo que vivía esa región afectada por problemas graves de conectividad, medioambientales y de salud. Según Cabello, desde entonces hubo una proliferación de agrupaciones que se organizaron para reclamar que las prioridades en el desarrollo del archipiélago están equivocadas.
Entre ellas mencionó la industria de la salmonicultura que lleva 40 años trabajando en la zona, desregulada y sin supervisión. A su juicio, tanto en dictadura como en democracia las políticas públicas han estado ausentes en este tema. Además, advirtió sobre factores que podrían provocar un nuevo estallido social.
“Las movilizaciones se bajan porque hay temas que son urgentes. Aquí esto está recién comenzando. Viene una ola de despidos masivos en el sector de la salmonicultura, y acuicultura, en un sector que no está sindicalizado, que la mayor parte de las personas tienen empleos temporales, los buzos que trabajan se mueven desde Puerto Montt a Chiloé y a Cobquecura donde además se acaban de aprobar 18 proyectos de salmonicultura de la noche a la mañana”
El académico destacó que durante las recientes protestas los jóvenes inventaron una marcha costumbrista con cantos que no se vio en los medios de comunicación y caracterizó el que a su juicio es un nuevo tipo de movimiento social en Chiloé.
“Estamos viendo que estos movimientos que van surgiendo, son nuevos movimientos sociales y sus referentes son identitarios, su fuerza está en la juventud, en la organización asamblearia, se juntan en colectivos, son reacios a formar referentes emparentados con los referentes políticos de los partidos, rehúyen de toda organización piramidal y precisamente ahora el desafío es la integración y en eso están en un diálogo ciudadano muy potente”, explicó.
Asimismo, señaló que además de las políticas extractivistas ahora se cierne sobre la Isla Grande el desarrollo de las energías, porque en los últimos años ha habido incursiones mineras que generan inquietud en la comunidad.
Finalmente Cabello explicó que este movimiento generó una distancia con las autoridades políticas tanto locales como del poder central y dijo que la política institucional del Estado impulsada por este gobierno ha logrado desactivar las movilizaciones, pero no a los movimientos sociales.