El escritor fantasma

  • 10-08-2016

Constituye un oficio antiguo pero actualmente es una variante de interés para los periodistas  e historiadores. Las tarifas en juego varían entre el un y 25 millones de pesos. Cantidades nada despreciables.

Acabo de terminar uno, el octavo desde que comencé a incursionar en este rubro. Las ediciones varían en cantidad de ejemplares. Ángel Mora Fuenzalida, el paparazzi chileno en Miami que tomó fotos sorprendentes a Cecilia Bolocco casi en tenida de Eva, me llevó al Estado de Florida y me dictó su libro, además de hacerme partícipe de cómo lo hace para captar imágenes para lo cual además de sus cámaras, incluyen embarcaciones con motores silenciados, motos acuáticas, lentes para tomar fotos de hasta quinientos metros de distancia y el tremendo auto.  A bordo lleva dos botellas, una de agua para beber y otra vacía para descargar de modo que no lo sorprendan  al salir del vehículo con los vidrios oscurecidos.

Ha permanecido dos días encaramado en un árbol para fotografiar a Silvester Stallone en su casa y usado la cabellera de su joven esposa brasileña para, abrazado de la mujer, filtrara una máquina para una imagen que provocó revuelo: Madonna y su amante cubana besándose en un parque de Miami. La cantante y actriz pensó en una pareja de tórtolos de paseo y no se inmutó cuando pasaron ante ellas.

Al interior uno desfallece de calor pues si Ángel enciende el motor para poner en marcha el aire acondicionado, el ruido puede ahuyentar a la víctima. Mandó a hacer un ejemplar de su libro, no quiso más.

El dueño de la famosa y desaparecida parrillada El Parrón de Santiago me encargó tarea similar y sólo se limitó a imprimir 40 ejemplares, numerados. Pese a mi consejo de que la persona que reciba el 36 va a tener envidia de aquel numerado con 20, hizo caso omiso. ¿Acaso me tiene menos afecto?, puede preguntarse el receptor. Lo interesante del autor entre comillas es que también fue espía para Franco y para el ejército chileno en tiempos de conflicto con Perú. Su pasaporte español le sirvió bastante para viajar por tierra hasta Ecuador y pasar ante regimientos y arsenales del país vecino..

Mi argumento en general es: entre  cien ejemplares y quinientos en el costo de impresión la diferencia es escasa porque de todos modos deben usarse planchas  de menor resolución y resisten hasta mil unidades.

Entretanto esta en etapas de revisiones finales un libro de un connotado periodista en retiro pero siempre vigente de Punta Arenas. Lamento que a la primera versión, liviana y  anecdótica, haya impuesto durante las revisiones de texto, cargos, títulos y dirigencias gremiales lo cual poco puede interesar a su entorno y menos aun a sus nietos pues a ese mundo va dirigido. Pero donde manda capitán, no lo hace el marinero. Le advertí que de lo simpático, fácilmente la obra podría erigirse en un ladrillo. Es como un pisco sour, una vez preparado acaba con todo su sabor cuando se le agrega más licor o azúcar o limón después del batirlo en la coctelera. Veré si lo convenzo.

Me informan una conocida historiadora, escribía un libro para un juez. Pero USIA estimó que no reflejaba a su persona, no se sentía en su piel. De manera que le canceló los honorarios del radier y los cimientos y la obra gruesa a la autora y suspendió el trabajo. Me ocurrió lo mismo con  el operador en materias de seguridad. A menudo resulta complicado meterse en la epidermis del empleador.

En los años ochenta, viajaba a Buenos Aires a ver películas. En ese país el gobierno militar curiosamente filtraba menos los filmes que su par chileno. El Testa Ferrero actuado y dirigido por Woody Allen cuenta la historia de un buen escritor que redactaba para los comunistas sin tomar conciencia del contenido. Éstos distribuían los textos entre los militantes. Época de Mac Carthy en Estados Unidos, todo lo cercano a la izquierda es peligroso. En Hollywood Charlton Heston y Ronald Reagan, se erigen como los grandes colaboradores del senador. Conclusión: los agentes federales dan con el personaje encarnado por Woody y lo llevan detenido en medio de su terrible aflicción mientras que los comunistas en la estación lo despiden agitando los pañuelos.

Hace doce años me encargaron un libro desde Huesca, España. Versaba sobre el cineasta de películas de animación, muy premiado en el extranjero, Tomas Welss. La obra era para obsequiar  a los asistentes al festival de cine que todos los años se realiza en esta ciudad. Sin embargo en compra libros e Internet he visto el libro en venta.¡ Qué frescos!

Permanece inédito y en crudo el libro encargado por un ex alcalde, muy colocolino y favorito de los micrófonos deportivos durante un cuarto de siglo, hasta el 2008. El cantagoles retorna a sus pagos con otros proyectos. Espero que su hijo haya guardado el CD con el original pues mi versión fue borrada del computador por inocentes manos infantiles.

Es probable que en enero viaje Santiago a escribir la historia, muy gráfica, de mi colegio que cumple cien años dentro de poco. Calculo cuánto cobraré, será algo interesante. Ojala que en Punta Arenas encuentre interesados en lo mismo, que este ghost writer, apodado escritor negro en Norteamérica, les escriba sobre sus vidas.

El denominador común de estos libros para el ghost writer es la actitud del protagonista: siempre sale bien parado, pocos asumen algún error,  Comprensible, son legados para su entorno.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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