Ha sido negligente pero no recibirá condena. Así lo ha decidió la Corte de Justicia de la República que en Francia juzga a los miembros del gobierno francés por sus actos en funciones. Christine Lagarde, la actual directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex ministra de Economía durante la presidencia Sarkozy decidió en 2007 pasar por un arbitraje privado para zanjar el diferendo entre el polémico político y empresario Bernard Tapie y el banco público Crédit Lyonnais.
En 1993, el Crédit Lyonnais había comprado la marca deportiva Adidas al empresario y exministro de izquierda Bernard Tapie por 315,5 millones de euros. Al año siguiente, el banco la vendía por 701 millones de euros. Tapie denunció entonces una estafa.
Para poner un punto final al caso, el ministerio de Economía, bajo Lagarde, decidió en 2007 someterse a un arbitraje privado a pesar de las recomendaciones de un órgano consultativo. Una decisión arbitral que concedió a Bernard Tapie una indemnización de más de 400 millones de euros, provenientes de las arcas del Estado.
Para la Corte de Justicia de la República, el error de Christine Lagarde no fue optar por un arbitraje privado sino el hecho de no haber apelado la millonaria sentencia. Según los investigadores, Lagarde concluyó demasiado rápido que los argumentos jurídicos no eran suficientes para recurrir la decisión.
Lagarde no cumplirá pena
Sin embargo, pese a declararla culpable, la Corte estimó que la “reputación internacional” de la directora del FMI y el hecho que en el momento de los hechos de los que se le acusa hacía frente a una “crisis financiera internacional” justifica que sea exenta de pena.
“Una decisión que no sorprende ya que esta jurisdicción de excepción fue creada para evitar a los políticos la ira de la justicia ordinaria”, comentó el portal de periodismo de investigación Mediapart, que ha investigado sobre el caso.
Anulado en 2015 por fraude en la justicia civil, este arbitraje privado es objeto de una investigación penal, diferente a la que concierne a Lagarde, por “desvío de fondos públicos” y “estafa”.
La directora general del FMI, que no viajó hacia París para escuchar el fallo, nunca vinculó su futuro a la cabeza del organismo internacional a su suerte judicial. El FMI indicó que se reuniría pronto para evocar la decisión del tribunal francés. El gobierno socialista por su parte le reiteró su confianza a Christine Lagarde.