Chile tiene la tasa más alta de obesidad infantil en América Latina, según las estadísticas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile. Cada una hora un chileno/a muere a causa de esta enfermedad, precisa el Ministerio de Salud.
Una de las enfermedades asociadas a la mala alimentación es la diabetes, patología que esclaviza a las personas a suministrarse insulina de forma inyectable para que su cuerpo digiera los alimentos que se consume. El Atlas Mundial de la Diabetes sitúa a Chile en el tercer puesto de los países con mayor prevalencia de diabetes de América del Sur, lo que pone en emergencia esta patología.
En este contexto, el profesor de la Universidad de Chile, Javier Morales, ha desarrollado una alternativa para suministrar la insulina. El proyecto que está en una fase preclínica de pruebas invitro y en animales busca que a través de láminas poliméricas, parecidas a las que se usan para refrescar el aliento, se integren moléculas cargadas de insulina que puedan ser suministradas de forma bucal por medio de las mucosas del interior de las mejillas.
“La investigación que yo hago busca alejarnos de los inyectables y a sabiendas que la ruta oral es tan compleja, miramos rutas alternativas de administración, entonces en la que yo me fijé es la administración bucal y esto funciona en la parte de adentro de las mejillas”, aseguró el experto.
La garantías de la utilización de nanotecnología para este tipo de desarrollos está en que “esta tecnología elimina la necesidad de inyecciones y todo lo que va tras de eso que va mucho más allá que solamente la incomodidad que los pacientes se tengan que pinchar por el resto de la vida para administrase su insulina, que puede ser más de una vez al día. Las ventajas están también en que la insulina puede alcanzar la sangre de una manera más fisiológica, porque va siendo absorbida y va apareciendo gradualmente en la sangre a diferencia de las administraciones inyectables”, dijo.
Según planea el investigador, la insulina al ser una molécula gigante, diferente a la aspirina o al ibuprofeno, no puede ser absorbida a través del tracto gastrointestinal, por lo que generalmente se administra en inyecciones, sin embargo lo que este doctor ha construido son moléculas capaces de reducir estas gigantescas estructuras y transformarlas en solubles para el cuerpo. Este avance podría ser desarrollado por la industria farmacológica de Chile.
“Los costos no son altos en términos de los laboratorios para producir las moléculas, sin embargo en nuestro país no está la tecnología para desarrollar las láminas poliméricas donde se depositarían éstas y se contruiría la estructura que soporta esta iniciativa”, añadió.
Financiamiento para investigación
Uno de los aspectos más discutidos en la aprobación del presupuesto de la nación fue el financiamiento para desarrollo científico, el que por años se ha mantenido sin modificaciones, aún cuando ha crecido ostensiblemente la cantidad de investigadores en diferentes disciplinas.
El doctor en química, Javier Morales, dijo haber sido beneficiario de la beca Igualdad de Oportunidades para desarrollar estudios doctorales en Estados Unidos. Sin embargo, el profesor explicó: “ No sabes la cantidad de veces que me he dado contra la pared intentando postular a fondos concursables. Ahora me he mantenido productivo en mis investigaciones, por lo que me siento en un buen pie para seguir concursando, pero este campo es muy complejo”.
“A mi juicio hay una inconsistencia entre la cantidad de personas que son becadas para formarse a nivel de postgrado y la cantidad de fondos que se distribuyen. Hoy tenemos una gran cantidad de personas con grandes estudios, pero llegan a Chile y al momento de ser incorporados a la academia deben luchar por los mismos fondos que luchan los cientos que han regresado desde diferentes sitios del mundo. Se podría equiparar esta inversión y así tendríamos un desarrollo mucho mayor en este sentido”, concluyó.