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La memoria y el futuro de Los Ángeles Negros

La banda liderada por Mario Gutiérrez, establecida hace años en México, está en Chile para una gira que se inició en el Festival de Olmué y en la que muestra su nuevo disco, "Memorias del alma". En esta entrevista hablan de sus planes para celebrar 50 años de carrera, de los "impostores" que también utilizan el nombre y de por qué las canciones de amor siguen teniendo sentido.

Rodrigo Alarcón

  Domingo 29 de enero 2017 13:04 hrs. 
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Luis Astudillo dice que nadie le cree esta historia, pero que a fines de los ‘60 era posible escuchar a Los Ángeles Negros tocando “Porque te quiero” hasta en siete radios AM diferentes. Él la cambiaba, en busca de otra música. “Andaba detrás de Led Zeppelin, Grand Funk, Jimi Hendrix, todas esas cosas”, dice ahora, convertido en el baterista de la banda nacida hace 49 años en San Carlos.

Desde ese puesto, que ocupó primero en 1974, considera que Memorias del alma (2016), el disco que hoy tiene a la banda haciendo conciertos en Chile, es un viraje a ese pasado: “Es un retorno a Los Ángeles Negros de esa época. Quizás no tanto al sonido, pero sí a las canciones, que son de ese tiempo”.

Claro, el álbum contiene una docena de versiones para canciones como “Porque yo te amo”, “El aire que respiro” y “Algo de mí”, popularizadas por Sandro, Albert Hammond y Camilo Sesto, reinterpretadas por la alineación binacional que hoy son Los Ángeles Negros: el guitarrista y fundador Mario Gutiérrez, el cantante Johnny Antonio y el propio Astudillo, todos chilenos; junto al cantante Mauricio Ruiz, el bajista Raúl Gasca y el tecladista Sajid Abad, todos mexicanos.

“Este disco es como un caleidoscopio, habla del amor desde distintas facetas -explica Mario Gutiérrez, el responsable de las características guitarras reverberantes del grupo. El amor bonito, el amor puro, el amor que se enfría, el amor que quedó en el aire, el amor que nada más fue una ilusión. Inclusive, jugando un poco, hicimos ‘Señora, engáñelo’, que es ese amor prohibido, llamémosle así, y canciones de tabú del amor, como ‘Cómo le digo que no la quiero’”.

“De hecho, muchas fans están sentidas por esa canción, porque ya a muchas se las han dedicado”, añade de inmediato el cantante Johnny Antonio, siempre proclive a las bromas y las carcajadas.

Mario Gutiérrez, el fundador. Foto: Rodrigo Alarcón.

Mario Gutiérrez, el fundador. Foto: Rodrigo Alarcón.

Memorias del alma es el tercer disco en tres años de Los Ángeles Negros, luego de En vivo & Sin etiqueta (2014) y No morirá jamás (2015), que incluía colaboraciones de Julieta Venegas, Juanes, Raphael, Adrián Dárgelos (Babasónicos), Ana Tijoux y miembros de Café Tacuba, bajo la producción de los hermanos Mauricio y Francisco Durán de Los Bunkers. Esa seguidilla de grabaciones terminó con casi una década sin nuevos discos de Los Ángeles Negros, que sin embargo han mantenido un ritmo constante de presentaciones en México, país que ha colado su acento en sus conversaciones, luego de décadas allá establecidos.

“El entusiasmo cuenta mucho -admite Mario Gutiérrez para explicar la reactivación discográfica de la banda. Las presentaciones nos absorben. En México hay trabajo constante, la mayoría son eventos multitudinarios y eso nos ocupa tanto que habíamos olvidado un poquito el disco. Sin etiqueta nos revitalizó”.

Los Ángeles Negros cumplirán 50 años de carrera en 2018, ¿qué planes tienen para celebrarlo?

Mario Gutiérrez: Está en suspenso para nosotros mismos, pero yo creo que habrán presentaciones importantes allá en México. Ya hicimos el Auditorio Nacional, donde van los más grandes solamente, hicimos el Metropolitan, otro gran lugar, y hay un sueño en el aire que es hacer algo sinfónico en el Palacio de Bellas Artes. Sin etiqueta ya se hizo con cuerdas y vientos, pero ahora quisiéramos completarlo, hacer algo que marque una nueva etapa en Los Ángeles Negros.

¿Y hay planes de publicar un nuevo disco o reeditar trabajos antiguos?

MG: Primero, quiero acusar un poquito a nuestra compañía disquera, Universal, porque Sin etiqueta no ha salido en Chile. Se puede escuchar por los medios electrónicos, pero queremos presionar a la compañía disquera para que ese material salga acá, para ponerlo en tela de juicio ante nuestros compatriotas. Ese disco que pudiera ser sinfónico, no lo sabemos todavía, pero estamos en conversaciones con grandes maestros de la música para celebrar estos 50 años.

Luis Astudillo, el baterista. Foto: Rodrigo Alarcón.

Luis Astudillo, el baterista. Foto: Rodrigo Alarcón.

En tu caso particular, después de casi 50 años tocando, ¿qué te motiva a seguir?

MG: El aplauso, primero que nada. La gente. Desde los primeros días, desde cuando hicimos ese festival en Chillán, el apoyo de la gente fue muy sincero. Las expresiones, la emotividad. Inclusive, en las presentaciones uno ve lágrimas en mucha gente. Además, siento que si el destino me hizo una tarea, yo quiero cumplirla firmemente hasta dejar la última gota de sangre. Mientras el público nos aguante y Dios nos dé licencia, vamos a seguir.

Se dice que Los Ángeles Negros prácticamente inventaron un sonido, al hacer música romántica con instrumentos de rock. ¿Se atribuyen ese mérito?

MG: Es algo que salió sin darnos cuenta. Lo lindo es que lo dice la gente, lo dicen los medios, que el sonido de Los Ángeles Negros es distinto. También las letras son muy importantes. Si eso marcó una línea para muchos grupos que siguieron, es bonito. Cuando uno hace las cosas con el corazón, creo que no se da cuenta de la magnitud del logro. Si en los primeros días hubiera sabido lo que iba a ocurrir, hubiera guardado mi primera guitarra, que la hice en la escuela. Hoy la sueño nada más.

¿Qué hiciste con esa guitarra?

Luis Astudillo: ¡La usaba para trancar la puerta!

MG: Cuando empezamos a avanzar, la usaba de tranca en un lugar donde ensayábamos.

LA: Cuando ya pudo comprarse una Yamaha, una guitarra buena.

MG: Claro, pero eso demuestra el juego, porque para nosotros ha sido una diversión hacer lo que hacemos.

Johnny Antonio, el cantante. Foto: Rodrigo Alarcón.

Johnny Antonio, el cantante. Foto: Rodrigo Alarcón.

Canciones de amor hay por millones. ¿Por qué hoy siguen funcionando?

MG: La idiosincrasia latinoamericana es así, somos sentimentales. Somos románticos, nos gusta sufrir, somos un poco…

Johnny Antonio: ¡Llorones!

MG: Sí, es la verdad. Además, Las canciones han servido como puente de enlace para mucho enamoramiento, han sido la carta. A veces nos faltan palabras. Es como la letra de Orlando Salinas, “Cómo quisiera decirte”. En el último disco vienen canciones como este tema de Carlitos González, “Cómo le digo que no la quiero”. Cuántas veces pasa en matrimonios o en parejas que se enfría el amor y sin necesidad de que haya terceros en discordia, sencillamente se enfría el amor. ¿Cómo se lo digo si es buena? Es buena mamá, es buena amiga, es buena esposa, pero no la quiero. Son canciones que tienen una cierta sensibilidad que a cualquier ser humano le llega.

Ustedes han dicho que los otros grupos que tocan canciones de Los Ángeles Negros son impostores.

MG: Desgraciadamente, pero a la vez, afortunadamente, porque somos uno de los grupos más copiados. En Argentina hay quienes se atribuyen los derechos porque han conseguido malamente algún permiso. Los hay en Venezuela, en Ecuador, en Estados Unidos. Hay ex compañeros que estuvieron en el grupo y en un momento determinado abandonaron el barco, porque la situación económica no estaba tan bien. Ahora, en virtud de que el grupo ha logrado notoriedad en los últimos años, nuevamente se quieren subir. Es gente que se cuelga del nombre de Los Ángeles Negros usando distintas palabras dentro del nombre. Los clásicos, los históricos, pero en la publicidad siempre dice Los Ángeles Negros y luego la otra palabra.

JA: Muchas veces incluso ocupan nuestra imagen y videos.

Mg: Yo he hecho muchos juicios y se ha gastado mucho tiempo y dinero. En México incluso algunos han estado hasta presos, pero desgraciadamente siempre hay recovecos en las leyes.

JA: Es una lucha constante, porque paras a cinco y salen diez.

M: Ahora, los verdaderos, los auténticos, los originales… La verdad es que cuesta hacer una definición, pero quienes estén conmigo son Los Ángeles Negros. No lo digo por vanidad, sino porque yo empecé esta historia. Eso no le quita el derecho a mis ex compañeros, porque no se puede tapar el sol con un dedo: ellos fueron parte muy importante del grupo, pero lo abandonaron. Lo abandonaron y ahora, con la notoriedad del grupo, cambian de opinión. Eso es distinto.

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