Hace algunos años el poeta Raúl Zurita aconsejó a uno de sus alumnos: “No hay que ponerse límites, porque otros siempre querrán ponerlos”. La frase resonó fuerte en el escritor Héctor Hernández, quien, posteriormente, difundió la lección entre sus pares.
“Ese era un llamado a la libertad y eso al final es la poesía”, comenta hoy Hernández, quien hace poco más de un año comenzó a trabajar en el libro Verás (Ediciones Biblioteca Nacional), texto que recopila la extensa obra de Raúl Zurita.
Este volumen será presentado este miércoles 26 de abril en la Biblioteca Nacional a las 19:00 horas y fue el resultado del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda que recibió el autor de Anteparaíso en 2016. De esta manera, este libro, que sólo podrá encontrarse a través de la Red de Bibliotecas Públicas, se suma a una larga colección en la que destacan escritores como José Emilio Pacheco (México), Juan Gelman (Argentina), Carmen Berenguer (Chile), Reina María Rodríguez (Cuba), Oscar Hahn (Chile), Nicanor Parra (Chile) y Augusto de Campos (Brasil), entre otros.
Según Héctor Hernández, Verás funciona como un “itinerario documental”, donde se exhiben dos publicaciones previas al primer libro del poeta, así como fragmentos de las últimas ediciones de Purgatorio, Anteparaíso, La Vida Nueva y Zurita. Al mismo tiempo, presenta el manuscrito original de Canto a su amor desaparecido que en 1985 fue publicado de manera gratuita en las revistas Apsi, Cosas y Hoy. Además, incluye una muestra de la poesía visual del autor.
“Zurita es un artista completo en todo el sentido de la palabra. Su obra es la poesía, pero también es lo visual. Hay artículos y ensayos, por eso quería que este libro –Verás– fuera algo mucho más amplio, porque Raúl ya hizo su antología y, evidentemente, eso es insuperable. Entonces, en el texto hay una continuidad y un diálogo de Zurita con sus propios materiales, con su propio imaginario que es una poesía muy universal y, al mismo tiempo, con un eje muy claro que es la puesta en escena de la vida y la obra. En ese sentido, él no tiene límites. Raúl pone a prueba su escritura, sus soportes, su historia y ese gesto de riesgo está constantemente probándose en su trabajo”, comenta Héctor Hernández.
El libro también suma una serie de fragmentos correspondientes a entrevistas que dio el escritor, donde se observan pasajes respecto de sus abuelos y padres; compañeros de liceo y de universidad; amigos de la escritura y el golpe de Estado. Así en uno de las piezas recuperadas de la prensa se lee: “Lo que yo quería era encontrar la máxima soledad y era lo suficientemente demente para tratar de llevarlo a su consecuencia máxima”.
“Yo estaba convencido de que todo se había derrumbado a mi alrededor, todo: dictadura, separaciones, abandono. Desesperado. Me había quemado la cara”, señala otro relato.
En este sentido, para Hernández, “el afán de este libro era un poco poner en escena los 50 años de trabajo de Raúl”.
“Para hacerlo más visual estas entrevistas actúan como especie de bisagra entre una década y otra, entre una etapa y otra. Estos recortes le dan una especie de unidad al texto, como un relato autobiográfico, que permite que se pueda leer esa tensión entre vida y obra de Zurita”.
Al mismo tiempo, Hernández reconoce que en la nueva publicación funciona como archivo, toda vez que da cuenta de cómo el poeta ha plasmado en su obra distintos conflictos sociales: “Raúl fue un protagonista de lo que fue la resistencia desde las artes en dictadura. Siempre pienso que a él perfectamente lo pudieron haber fusilado, pero aun así se atrevió a hacer un llamado a la democracia. A fines de los años 90 fue un visionario al entender las violencias a nivel social, político, económico, de luchas de género, minorías, la lucha mapuche. Es un tipo que trabaja lo político en diferentes aspectos y su obra es una prueba de todo esto y, aunque él no esté de acuerdo, yo siempre digo que su obra es una oposición a algo”.
El proyecto Mein Kampf
Héctor Hernández además ha trabajado en un libro titulado Mein Kampf que recopila distintas entrevistas brindadas por el Premio Nacional desde 1979 a la fecha.
“El relato comienza con el abuelo de Zurita, quien llega a Iquique buscando salitre. Es un texto que hace un recorrido autobiográfico y que recoge la relación del poeta con su madre, sus estudios en el Liceo José Victorino Lastarria, su paso por la Universidad, su relación con Allende, el golpe de Estado, Neruda, los poetas con que se relacionó, sus viajes, primeras publicaciones y su enfermedad. Es una referencia a su poesía, la poética y el lugar del poeta en el mundo. Entonces, a partir de eso, yo construyo un relato autobiográfico”, concluye Hernández, quien además afirma que durante este año debería salir a la luz este amplio trabajo sobre la vida y obra del autor de Purgatorio.