“Mahmud Aleuy es el responsable político directo de este montaje”, afirmó el vocero de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, en sus primeras declaraciones luego que fuese liberado por la Corte Suprema en el contexto de la investigación por quema de camiones en La Araucanía.
Llaitul, junto a otros siete defensores de la causa mapuche, fueron liberados luego que se determinara que no había antecedentes suficientes que justificaran la prisión preventiva que se les había decretado en el marco de la llamada “Operación Huracán”.
En conversación exclusiva con Radio y Diario Universidad de Chile, Llaitul valoró el fallo de la justicia y culpó a la autoridad de gobierno de todo lo acontecido en estos últimos 25 días.
¿Cómo reciben el fallo en relación a lo que se había planteado desde el principio, que se trata de un montaje lo que ocurrió y que fue lo que provocó su encarcelamiento?
Estamos contentos, al menos en lo que respecta a lo familiar y medianamente conformes en lo que respecta a lo que, obviamente, nosotros estamos: este proceso de lucha desde las comunidades con el pueblo nación Mapuche, porque si bien hay una señal muy potente que entregó la Corte Suprema con este fallo, el proceso sigue su curso. Por lo tanto, vamos a ver cuáles son los siguientes pasos que tomarán el Gobierno y el Ministerio Público en este conflicto.
¿A quién señalaría como el responsable de lo que ocurrió con ustedes en estos 25 días?
Nosotros sacamos un comunicado en donde responsabilizamos políticamente al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy: él es el responsable político, directo, de esta operación, un montaje diseñado, entendemos, por la Agencia Nacional de Inteligencia, con el instrumento de la ley de inteligencia y la actuación por parte de Carabineros, de su servicio de inteligencia, que llevó a cabo un tipo de argumentación sobre la base de los antecedentes que se suponen están en la carpeta investigativa. Más allá de las irregularidades, de lo que implica un montaje de este tipo, esto tiene que ver con una señal también que entrega el gobierno respecto de su disposición al tratamiento que tiene de nuestra causa mapuche.
Una de las cosas que ha planteado usted es que, más allá de los casos puntuales, hay un estado general y represivo por parte de las autoridades. ¿En qué situación visualiza ese tema, en lo que tiene que ver con el tránsito de este gobierno y de otras situaciones que están sucediendo?
Nosotros hemos hecho un diagnóstico sobre el escenario en que se desenvuelve este conflicto. Es un escenario de desventaja para la causa mapuche, en el sentido de que es una lucha que se da no solo con el Estado, sino que es una lucha con el capitalismo que opera en esta parte del continente. Estamos frente a un conflicto muy asimétrico, que tiene que ver con la voluntad férrea, de mucha tozudez del empresariado que confronta con nuestras reivindicaciones territoriales y políticas y que -de la cual- de alguna manera, se hace parte el Estado. Este escenario lo hemos denominado de un aumento de la criminalización, de la militarización de las zonas en lucha por las reivindicaciones territoriales y aquí el punto de inflexión es la confrontación entre nuestro pueblo y sus comunidades movilizadas a la hora de recuperar territorios y donde el Estado toma partido en favor de la defensa del empresariado y en contra de nuestras demandas.
Lo que tendríamos acá es un problema de arrastre histórico, pero que en la coyuntura de los últimos años se radicalizaría por el interés forestal en el tema.
Eso es efectivo y tiene que ver con las posiciones que puedan asumir distintos gobiernos en relación a estas políticas económicas y en relación, sobre todo, respecto del extractivismo que opera indiscriminadamente en esta parte de nuestros territorios. En ese sentido, nos hemos adelantado a futuros escenarios y creemos que si viene un gobierno cercano a los intereses empresariales, seguramente el conflicto se agudizaría. Nosotros no planteamos un escenario de confrontación, eso nunca ha sido nuestra intención, nosotros lo que hacemos es una lectura que nos obliga como organización a asumir una suerte de rol histórico a la hora de ser defensa de nuestras demandas principales que son la recuperación de las tierras para sentar las bases de un proyecto de autonomía que hemos ido definiendo las distintas organizaciones mapuche.
Para la CAM, entonces, las acciones que ustedes realizan no son acciones de acción y de ataque, sino que acciones de reacción y de defensa.
Claro, las veces que nosotros hemos tenido que pronunciarnos al respecto hemos dicho, claramente, que tiene que ver con la resistencia mapuche a un modelo neoliberal, con políticas de extractivismo, que son devastadoras en relación al hábitat de nuestras comunidades, sobre todo cuando dice relación con proyectos de inversión capitalista que tienen una arremetida muy feroz en contra de las comunidades. En ese plan principalmente, tiene que ver todas nuestras expresiones de resistencia y de autodefensa, no hay otra lógica detrás.
Cuando algunos medios de comunicación o actores señalan que aquí hay una disputa en relación a las tierras, en principio se dice algo que es correcto, pero el trasfondo es muy distinto y esto tiene que ver con una mirada distinta del pueblo Mapuche en relación con la mirada más occidental respecto de lo que es el Medio Ambiente.
Correcto, hay, por decirlo de alguna manera, un choque de culturas. Una cultura occidental que ve a la tierra con un sentido de la propiedad privada para la acumulación de capital y en manos de unos pocos y, por lo tanto, hay ahí una mirada de destrucción, de sacar el máximo de utilidad y, por otra parte, está la mirada nuestra que tiene que ver con otra concepción u otra de la tierra y el hombre. En ese sentido, tenemos otras lógicas respecto de la utilización de estos recursos, con más sustentabilidad, con más respeto. Los medios de comunicación han desenfocado el conflicto mapuche, incluso a extremos, por eso la actitud de no dar una entrevista a la salida de las cárceles, porque no confiamos en los medios de comunicación de masas, porque actúan como caja de resonancia del poder, principalmente del empresariado comprometido con el conflicto mapuche. En ese sentido, hacemos una valoración a su medio, porque fue los pocos que asumió con profesionalismo la visión que está en juego acá, entonces, ciertamente el montaje tiene esa arista que es mediática, que es tratar de instalar este estigma, para así avanzar en estos intereses de estos sectores que son de dominación comprometidos con la causa mapuche.
¿Para ustedes, este problema que es complejo, cómo podría tener un punto de partida para una eventual solución?
El escenario es complejo, es un escenario en donde el Estado chileno ha implementado una confrontación donde se ha asumido, no solo por parte de la oficialidad, sino que de los sectores comprometidos, la militarización, los montajes y el rol de los medios de comunicación reproduciendo este discurso racista respecto de nuestras demandas. Hay una confrontación que si lo analizamos desde el punto de inflexión que tiene el conflicto, se vuelve compleja, sobre todo en un escenario donde la clase política aún no ha asumido que el conflicto es político y tiene que ver con buscar una salida de ese tipo. En ese marco hacemos una valoración, más allá de cuestionar en los términos como se llevó a cabo este montaje, con todas sus irregularidades, sus mentiras, más allá de eso, en la resolución de los supremos, por lo menos, puede ser una señal respecto de tratar de buscar una salida política. Desde la Corte Suprema han dicho que este no es un problema judicial, sino que es un problema político, hay un agotamiento de la vía para resolver el problema. Y eso para nosotros podría ser un rescate mínimo de lo que significó este fallo en el sentido de que nosotros hacer una salida política. No sé si estamos hablando del establecimiento de un dialogo, sino de la posibilidad de interlocutar, distintos entes, para buscar una solución en ese marco, pero toda solución pasaría por una visibilización de nuestro proyecto político de recuperación territorial, es decir, sobre la base de la recuperación del territorio y de la autonomía del pueblo mapuche.
Lo que usted plantea como “la recuperación de las tierras” y “la autonomía de la nación Mapuche”, en términos concretos, ¿cómo se manifestaría?
Nosotros estamos, por lo menos, en esta etapa desarrollando un proceso de recuperación territorial sobre la base del control territorial que ejercemos a la hora de la disputa de las tierras. Hemos planteado la autonomía de facto, es decir, reconstruyendo todos los aspectos propiamente mapuches en espacios que se van recuperando y esto, principalmente, sobre nuestro eje fundamental que es el control territorial, ahí nosotros tenemos la posibilidad concreta de ejercer procesos de autogestión y de presión respecto del Estado, de la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades etnopolíticas para poder gobernarnos y esa es una propuesta que queremos discutir con la sociedad.
¿Cómo visualiza el futuro de este conflicto?
Nosotros mantenemos nuestra propuesta política de lucha territorial, de lucha en recuperación autonómica y en ese marco hay distintas dimensiones de estos procesos que tiene que ver no solo con la resistencia, sino que también con los esfuerzos que han hecho movimientos mapuche autónomos para la recuperación de nuestra nación. Hay una cantidad de expresiones que no conoce la prensa o la ciudadanía y que tiene que ver con los esfuerzos que hacemos a través de nuestras expresiones de deliberación, donde la gente va sosteniendo estos planteamientos de lucha territorial y política, y esta expresión se está dando muy fuerte en todo el movimiento mapuche y es lo que ha sostenido los niveles de resistencia y de lucha que se conocen en general.