Las listas de espera del Sename

Más de tres mil niños, niñas y adolescentes se encuentran en lista de espera para ser evaluados por los programas de diagnósticos ambulatorios del Servicio Nacional de Menores (Sename) y más de mil - solo en la Región Metropolitana- para luego ser atendidos en programas especializados en casos de abuso sexual. En estos últimos, transcurre hasta un año y medio para acceder al servicio.

Más de tres mil niños, niñas y adolescentes se encuentran en lista de espera para ser evaluados por los programas de diagnósticos ambulatorios del Servicio Nacional de Menores (Sename) y más de mil - solo en la Región Metropolitana- para luego ser atendidos en programas especializados en casos de abuso sexual. En estos últimos, transcurre hasta un año y medio para acceder al servicio.

El 5 de agosto pasado el presidente Piñera estampó su firma en el proyecto de ley que busca terminar con el Servicio Nacional de Menores (Sename) y, a su vez, crear el Servicio de Protección a la Niñez y el Servicio de Reinserción Juvenil.

Una iniciativa, entre otros anuncios que se han hecho respecto de la materia, que han tenido como telón de fondo el informe de la ONU, conocido hace algunas semanas, en que se estableció que el estado ha violado grave y sistemáticamente los derechos humanos de la infancia.

Una situación que resulta insoslayable para cualquier autoridad política sobre todo con antecedentes que cada cierto tiempo resurgen y dan cuenta de la ineficiencia del sistema de protección. Parte de ellos son las listas de espera que arrastra el servicio en el acceso a su oferta programática. Listas de espera, en ocasiones, excesivamente largas y que tienen efectos revictimizantes.

Sename le denomina “lista viva” por el flujo permanente de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) que no logran ingresar de manera inmediata a los programas que ofrece. El “fantasma” de las listas de espera ha obligado a la institución a elaborar guías de manejo a nivel interno para dar una salida estratégica a este fenómeno que se genera- y se incrementa- siempre que la demanda efectiva de un servicio sobrepasa la oferta disponible. Según estos manuales, se opera bajo criterios de eficiencia, eficacia y priorización según la urgencia de los casos.

Una de las líneas de la oferta programática es la modalidad de Diagnóstico Ambulatorio (DAM), una instancia orientada a la asesoría jurídico forense, en el ámbito proteccional y penal. En cuanto a lo primero, evalúa la existencia o no de transgresiones de derechos y asesora a los tribunales de familia en el ingreso a los programas especializados de protección; y, en el segundo caso, realiza informes ante presuntas vulneraciones que podrían ser constitutivas de delito.

Según información a la que accedió nuestro medio vía Ley de Transparencia, al 30 de junio pasado, se encontraban tres mil 375 NNA en lista de espera para ser evaluados por profesionales que se desempeñan en los proyectos DAM. Ver documento . SENAINFO precisó que el ingreso de esta información a la base de datos del sistema, que refleja las cifras nacionales, es realizado directamente por los Organismos Colaboradores Acreditados (OCAS). Estas últimas son las instituciones privadas sin fines de lucro a las cuales se les adjudica estos programas mediante concursos públicos, en el marco de la ley 20.032.

En comparación al año pasado, esta lista en los programas DAM se han triplicado. Según antecedentes que Sename remitió al Senado, a octubre de 2017, la iniciativa mantenía a mil 121 niños esperando su turno para acceder a la atención.

Los informes elaborados por los proyectos DAM son un puente entre los casos de vulneración ingresados al sistema y el acceso a la justicia. En su función asesora a los jueces, los informes periciales son especialmente relevantes para las audiencias preparatorias y de juicios. Por lo mismo, cualquier traba en el diagnóstico repercute en la cadena posterior.

En términos técnicos, Sename distingue entre las listas de espera y la sobredemanda. Lo primero, corresponde a las solicitudes judiciales de evaluación pericial que no pueden ser atendidas en el transcurso del mes en que se reciben, es decir, exceden la cobertura mensual convenida con el proyecto.

El segundo concepto mantiene la misma definición, pero el período de espera se extiende no solo al mes en que ingresa el caso al sistema, sino que también a los siguientes, pudiendo realizar este informe solo después de transcurridos 80 días hábiles, es decir, alrededor de tres meses de demora.

A la fila: la espera en los programas por abuso sexual

“En ocasiones un niño tiene que esperar diez meses para que lo diagnostiquen y digan ´sí, de verdad lo violaron´. Las cifras varían muy rápido porque Sename destina una cantidad de dinero para limpiar las listas de espera, contratan a nuevo personal por cierto tiempo, bajan la cifra y vuelven al personal original”, señaló Francis Valverde, experta en derechos de la infancia.

Lo anterior apunta a una estrategia de gestión de incrementos temporales tanto de cobertura para la oferta programática y de recursos que inyecta Sename, para una suerte de limpieza administrativa.

La Red de Oferta Programática de Sename clasifica sus programas de acuerdo a la complejidad de la vulneración de derechos que sufren los niños y niñas. En el primer tramo, de leve a mediana complejidad, se disponen dos programas: uno de intervención breve y otro de prevención focalizada.

En segundo término, se encuentran los casos de mediana a alta complejidad. Y aquí el relato de vida de estos niños es la explotación sexual, la situación de calle, los vínculos familiares en que predomina la violencia, entre otras.

Ante la incapacidad del sistema de brindar una atención oportuna, se priorizan los casos y el primer criterio de acceso son los que constituyen abuso sexual.

Pero en el ingreso a estos programas especializados una vez más aparece la lista de espera. Diario Universidad de Chile solicitó a Sename, vía Ley de Transparencia, la cantidad de NNA que se encuentran esperando para ser atendidos en el Programa Especializado en Maltrato y Abuso Sexual Infantil (PRM) y solo en la Región Metropolitana, hasta fines de abril, el número ascendía a mil 533. Ver documento 2 . La información fue entregada en junio pasado.

Fundación Ciudad del Niño, Fundación Mi Casa y Corporación Opción encabezan los organismos colaboradores con el índice más elevado, concentrándose en las comunas de Independencia, Maipú, Cerrillos, Pudahuel, Lo Prado y Lo Espejo.

Según información entregada por La Tercera, coincide que Sename mantiene su mayor deuda con estas instituciones: 566 millones le adeuda a Corporación Opción y 411 millones a Fundación Ciudad del Niño.

La directora del servicio, Susana Tonda, dijo que se trataban de servicios prestados en 2018, con retraso de dos meses en el traspaso de los fondos, y que corresponderían principalmente a programas ambulatorios y de familias de acogida.

Un año y medio de espera

¿Cuánto es el tiempo que transcurre desde que un Tribunal da la orden para que se incorpore a un niño a este programa hasta que efectivamente se le entregue atención?

En las actuales condiciones es de alrededor de 18 meses. Los criterios de priorización para el ingreso son: niños lactantes y preescolares, niños que viven en residencias, sintomatología en el niño, cronicidad de la vulneración y fecha de la solicitud, entre otros factores.

La directora de la Dirección de Operaciones Sociales de la Fundación Ciudad del Niño, María Teresa Sepúlveda, explicó a nuestro medio que el principal factor que incide en que el PRM Independencia mantenga la cifra más alta de la lista de espera en la Región Metropolitana, es que no se ha proyectado en la zona norte de Santiago una mejora en la planificación de políticas públicas para adecuar la demanda por atenciones en el sistema de protección.

Explicó que el PRM de Independencia es el único Programa Ambulatorio de Alta Complejidad (vulneraciones en la esfera de la sexualidad y maltrato grave constitutivo de delito) para Independencia, Recoleta, Huechuraba y Conchalí.

Un dato estadístico que grafica el volumen de población de la que está a cargo este programa es que, según cifras del Censo 2017, estas cuatro comunas suman una población por sobre los 460.000 habitantes y, de ese total aproximado, 123.000 mil son menores de 19 años, es decir, poco más del 26 por ciento.

“El PRM Independencia atiende a 125 niños, niñas y adolescentes de manera simultánea. El tiempo de permanencia de los niños es de 12 meses, y se extiende a 18 meses en los casos de mayor complejidad. Las solicitudes de ingreso mensual son, en promedio, de 15 a 18 NNAs. El promedio de egresos mensuales es de 12 a 15 NNAs. Consecuencia de lo anterior, se mantienen niños en lista de espera, la que en la actualidad es de 222 NNAs”, precisó la profesional.

***

Nuestro medio contactó al Servicio Nacional de Menores, a través de su encargada de comunicaciones, consultando, entre otros puntos, sobre el aumento de las cifras de las listas de espera en la línea de los programas de Diagnóstico Ambulatorio (DAM), el que de octubre a la fecha se han triplicado. Desde el departamento de Protección y Restitución de Derechos del servicio no entregaron información al respecto.

 

 

 





Presione Escape para Salir o haga clic en la X