“Todo es agradecimiento en mi amor de Martí: gratitud hacia el escritor que es el maestro americano más ostensible de mi obra (…). Él es para nosotros, los ansiosos, uno de esos raros refugios que se hallan en el bajío pantanoso y al que se entra por comer y dormir allí, sin tocar pringue o lama”.
Con estas palabras, Gabriela Mistral, en el marco de una conferencia dictada en La Habana en 1931, abrazaba la obra de José Martí. “Todo lo quiere para su gente Martí: libertad primero, cultura y bienestar en seguida. Y como su estilo forma el aspa visible de su rueda oculta, las liberalidades de Martí se traducen en su lengua por una desenvoltura de señor acostumbrado a poseer y a dar”, proclamaba entonces la escritora.
Lo cierto, es que ambos intelectuales nunca coincidieron. Martí falleció en 1895 cuando Mistral sólo tenía 6 años. No obstante, el escritor cubano influyó rotundamente en la obra de la poeta chilena. Este vínculo quedó en evidencia en diversos textos de la autora chilena, así como en las distintas visitas de la poeta a la isla caribeña.
Para resignificar esa relación, el Instituto Cubano de Cultura José Martí, en conjunto con la Embajada de Cuba y el Archivo Nacional, presentó la exposición De Mistral a Martí.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 15 de febrero en el Archivo Nacional, expone 20 fotografías en gran formato y diferentes cuadros informativos que dan cuenta de cómo el escritor cubano permeó la escritura mistraliana.
“Los principios éticos y humanistas de Martí calaron hondo en Gabriela Mistral. Esto fue tan profundo que ella comenzó a escribir sobre él. Se interesó a tal extremo que en un momento dijo: ‘Me comí a Martí’. Luego, cuando llegó por primera vez a Cuba repitió lo mismo: ‘Esta es la primera vez que me voy a comer plenamente a Martí”, señaló Magaly Matus, directora del Instituto Cubano de Cultura José Martí.
Para la ejecución de la exposición, el Instituto Cubano de Cultura debió trabajar directamente con los documentos del Archivo Nacional. De ahí se obtuvieron textos e imágenes que vinculan a ambos intelectuales.
En este sentido, Matus señaló que la muestra está planteada en función de redescubrir la obra de Mistral: “La idea es que la gente y, especialmente los estudiantes, conozcan que Gabriela conoció mucho a Martí y que tomó su ideario”.
Por su parte, Jaime Quezada, escritor e investigador de la obra mistraliana, señaló que la autora empieza a muy temprana edad a explorar la poesía del cubano: primero lo lee como maestra y luego, indaga en el pensamiento americanista.
“Se hizo tan martiana, con tanto fervor, con tanto entusiasmo y, al mismo tiempo, con tanta dedicación, que gran parte de su vida la dedicó al estudio de José Martí, al extremo que quiso escribir un libro no logró concretar, pero que sí consiguió a través de las muchas conferencias que dio sobre el escritor cubano”, dijo.
Según Quezada, la relación Martí-Mistral es un ámbito explorado, pero en el extranjero: “En las universidades norteamericanas es casi una cátedra, en Chile, en cambio, recién estamos empezando a conocer esta relación, sobre todo, porque este vínculo se encuentra en la prosa de Mistral y hace hace unos pocos años, ésta no era muy conocida, pero ahora hay una motivación y un interés importante sobre eso”, planteó el investigador.
“De manera que recién estamos empezando a entrar y a descubrir a nuestra Mistral desde ese punto de vista. La conocemos algo, por lo menos en su poesía, pero su pensamiento está en esta prosa, en estos artículos que ella llamaba recados y en los cuales contaba las realidades de nuestro continente”, añadió.
Un nuevo aniversario
La exposición también surge de manera previa a la conmemoración de un nuevo natalicio de José Martí. Este aniversario tomará lugar el próximo 28 de enero y, para ello, el Instituto Cubano de Cultura realizará una actividad en Plaza Italia las 9:00 de la mañana.