En conversación con Radio Universidad de Chile, el sociólogo y Premio Nacional de Ciencias Humanas y Sociales, Tomás Moulian, se refirió al momento político que atravesamos hoy como país, el que a su juicio es “un momento de restauración conservadora del Gobierno de Sebastián Piñera. Acaba de nombrar a un ministro de Interior del sector más reaccionario, por lo que se esperar que profundice las políticas conservadoras”.
Así describe a esta administración como una que “ha usado la pandemia para olvidar el estallido social, que es el punto de partida del análisis del gobierno y los intentos que hace para olvidarlo”.
Desde su punto de vista, un gobierno que enfrenta algo como el estallido social está obligado a reflexionarlo. pero, en el caso chileno, “en vez de tratar de explicarlo, en buena lid, el Gobierno se concentra en aplastarlo. Un estallido social que fue multitudinario, espontáneo y básicamente juvenil. El Gobierno, como actúa, con leyes represivas. No es inevitable mirarlo así, pero es el camino tomado”.
Para Tomás Moulian no es casual que, después de treinta años, el estallido social se haya sucedido justo en un gobierno como este: “Por qué ocurre ahora, porque hay un gobierno de derecha, y este gobierno de derecha, enfrenta con esta movilización de masas y, en vez de comprenderla, la aplasta. Es verdad, tardaron 30 años en que llegara, pero llegó ahora por algo, porque se agrega a las numerosas causas anteriores”.
En este contexto, advierte que “el Gobierno no pudo superarlo, no pudo plantearse frente a él de manera más potente que no fuera aplastándolo, poniéndolo el pie encima, dice el sociólogo a propósito de las circunstancias que llevaron a octubre”.
Sobre la calidad de la labor política, señala : “La elite política en su conjunto a dado a penas la talla. No solo hay problemas con el Gobierno de Piñera, también lo hay con la oposición. Incluso, el Frente Amplio no ha estado a la altura de la circunstancia. Nos encontramos ante autoridades políticas que no enfrentan del modo adecuado los problemas, no los explican, no le cuentan a la ciudadanía de qué se trata, para que los ciudadanos puedan tener una visión para aprobar o rechazar”.
La razón de esto es que “hay una crisis de la democracia representativa en el mundo, que también se expresa en Chile. Eso hace que las elites se vean superadas por los acontecimientos que, acá, es el uso que el Gobierno hace de la pandemia, utilizada para aplastar el estallido y ahora, para crear un silencio político en un silencio que la oposición no ha sabido hablar en un tono adecuado”.
Como solución, entonces, plantea que “se necesitan nuevos partidos políticos, en un país como en Chile, donde son tan importantes. Partidos más democráticos de lo que son hoy, con decisiones que se tomen desde la base; además de esa democracia, deben ser partidos ideológicos, que partiendo de la actualidad se proyecte hacia el futuro: partidos que piensen el Chile nuevo, el que debe surgir para superar los problemas de la crisis actual”.
Desde su mirada hoy, la política nacional adolece de ellos: “Los partidos del FA están en proceso de ser ideológicos, en proceso de construcción y discurso sobre el futuro, pero en la actualidad no hay partidos ideológicos. Existieron en en la UP, pero después ese proceso comenzó a morigerarse, por el largo silencio a que los sometió la dictadura militar, después, en la post dictadura, donde la ilusión de las grandes alamedas no se cumplió y, los partidos, lo que hacen en ese momento, es corregir el orden en vez de cambiarlo a uno más justo”.
Sobre la socialdemocracia, dijo, ocurre más o menos igual: “La DC era un partido que planteó el rechazo de la sociedad capitalista por una sociedad comunitaria, caminaron en esa dirección Jack Chonchol, Fernando Castillo Velasco, pero eso terminó. Empezó a dejar de ser en el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, un gobierno importante, pero donde se modifica el contenido ideológico y pasa a ser un modernizador del sistema vigente”.
“El PS ha sido tragado por la Concertación y la Nueva Mayoría. Su mejor momento es en el Gobierno de Lagos, que tiene dos caras: el elogio a los empresarios y, al mismo tiempo, un gobierno que hace una reforma constitucional donde elimina a los senadores designados. Hoy es un partido en silencio, lo mismo se puede decir del PC, porque el PC de Gladys Marín desapareció, se convirtió en otro partido, uno que no es capaz de explicar qué pasó con la unión Soviética, porqué este sueño se convirtió en la Rusia de Putin”, describió.
Para Tomás Moulian lo que pasa es que “hoy prima el silencio en la centro izquierda chilena”. En ese contexto, hace un llamado a, primero, luchar por el apruebo, la primera tarea para que la sociedad en conjunto diga que está disponible para una nueva Constitución. Después de eso hay que instalar la discusión sobre los procedimientos para realizar la nueva Constitución, donde la manera más democrática es la asamblea constituyente, de ahí avanzar a los contenidos, donde sin pensar que el capitalismo se va a acabar, hay que crear nuevas instituciones, un sistema de democracia más fuerte al que tenemos hoy”.