Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes (como sacarina, sucralosa y stevia) para bajar de peso y advirtió que estos productos aumentan el riesgo de padecer diabetes y enfermedades vasculares.
En ese contexto, nuestro medio conversó con la académica del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Verónica Sambra, quien explicó que el principal problema con los endulzantes es que aumentan el umbral de dulzor. A modo de ejemplo, la especialista mencionó la sucralosa y la stevia, que son, respectivamente, 600 y 300 veces más dulces que el azúcar tradicional.
“Estamos dando mucho dulzor y estamos acostumbrando a los niños, que ese es el gran problema, a un umbral de dulzor mayor. En el caso de la stevia, el nivel de seguridad, que es el nivel de ingesta diaria donde no se observan efectos adversos, es de cuatro miligramos por kilogramo de peso corporal, y hay niños de 18 o 14 kilos, que si consumen dos yogurt podrían llegar a superar el nivel de seguridad”.
A eso, dijo la especialista, incluso se podría agregar el consumo de un jugo o cereal con stevia, con lo que “podríamos estarlo pasando tres, cuatro veces del nivel de seguridad. Ese es el gran problema a largo plazo”, aseguró.
Teniendo en cuenta esos antecedentes, Sambra recomendó cambiar la ley de etiquetado en Chile, para que a las habituales advertencias sobre azúcar y altas calorías, se sume una sobre edulcorantes. Según la nutricionista, luego de la puesta en marcha de la legislación, muchas empresas optaron por reemplazar el azúcar de sus productos con endulzante para evitar los sellos negros.
“Sería bueno que incluyamos lo que hizo México, porque México copió la ley de etiquetado chilena, pero además incluyó dentro de estos sellos de advertencia uno que dice: puede contener edulcorantes no recomendables en niños y embarazadas, que serían un grupo de riesgo”, dijo.
“Yo creo que sí debería haber una modificación desde ese punto de vista, que le aclaremos a las personas en el etiquetado que ese producto tiene edulcorante, como lo están haciendo en ese otro país”, agregó.
La especialista además advirtió que esta recomendación de la OMS no debe tomarse como una invitación para consumir más azúcar. Si bien, esta última es menos nociva que los endulzantes, su consumo también debe ser controlado.
“La recomendación a nivel mundial respecto a los azúcares simples es que, en población general, no representen más del 10% de las calorías en un día, esto, en la práctica, se traduce en que uno no debería comer más de cuatro o cinco cucharaditas”, indicó.
Por último, Sambra aseguró que “el mensaje no es: volvamos al azúcar, sino que ambas cosas, tanto el consumo de edulcorante como de azúcar, se tienen que reducir”, concluyó.
Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes (como sacarina, sucralosa y stevia) para bajar de peso y advirtió que estos productos aumentan el riesgo de padecer diabetes y enfermedades vasculares.
En ese contexto, nuestro medio conversó con la académica del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Verónica Sambra, quien explicó que el principal problema con los endulzantes es que aumentan el umbral de dulzor. A modo de ejemplo, la especialista mencionó la sucralosa y la stevia, que son, respectivamente, 600 y 300 veces más dulces que el azúcar tradicional.
“Estamos dando mucho dulzor y estamos acostumbrando a los niños, que ese es el gran problema, a un umbral de dulzor mayor. En el caso de la stevia, el nivel de seguridad, que es el nivel de ingesta diaria donde no se observan efectos adversos, es de cuatro miligramos por kilogramo de peso corporal, y hay niños de 18 o 14 kilos, que si consumen dos yogurt podrían llegar a superar el nivel de seguridad”.
A eso, dijo la especialista, incluso se podría agregar el consumo de un jugo o cereal con stevia, con lo que “podríamos estarlo pasando tres, cuatro veces del nivel de seguridad. Ese es el gran problema a largo plazo”, aseguró.
Teniendo en cuenta esos antecedentes, Sambra recomendó cambiar la ley de etiquetado en Chile, para que a las habituales advertencias sobre azúcar y altas calorías, se sume una sobre edulcorantes. Según la nutricionista, luego de la puesta en marcha de la legislación, muchas empresas optaron por reemplazar el azúcar de sus productos con endulzante para evitar los sellos negros.
“Sería bueno que incluyamos lo que hizo México, porque México copió la ley de etiquetado chilena, pero además incluyó dentro de estos sellos de advertencia uno que dice: puede contener edulcorantes no recomendables en niños y embarazadas, que serían un grupo de riesgo”, dijo.
“Yo creo que sí debería haber una modificación desde ese punto de vista, que le aclaremos a las personas en el etiquetado que ese producto tiene edulcorante, como lo están haciendo en ese otro país”, agregó.
La especialista además advirtió que esta recomendación de la OMS no debe tomarse como una invitación para consumir más azúcar. Si bien, esta última es menos nociva que los endulzantes, su consumo también debe ser controlado.
“La recomendación a nivel mundial respecto a los azúcares simples es que, en población general, no representen más del 10% de las calorías en un día, esto, en la práctica, se traduce en que uno no debería comer más de cuatro o cinco cucharaditas”, indicó.
Por último, Sambra aseguró que “el mensaje no es: volvamos al azúcar, sino que ambas cosas, tanto el consumo de edulcorante como de azúcar, se tienen que reducir”, concluyó.
Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes (como sacarina, sucralosa y stevia) para bajar de peso y advirtió que estos productos aumentan el riesgo de padecer diabetes y enfermedades vasculares.
En ese contexto, nuestro medio conversó con la académica del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Verónica Sambra, quien explicó que el principal problema con los endulzantes es que aumentan el umbral de dulzor. A modo de ejemplo, la especialista mencionó la sucralosa y la stevia, que son, respectivamente, 600 y 300 veces más dulces que el azúcar tradicional.
“Estamos dando mucho dulzor y estamos acostumbrando a los niños, que ese es el gran problema, a un umbral de dulzor mayor. En el caso de la stevia, el nivel de seguridad, que es el nivel de ingesta diaria donde no se observan efectos adversos, es de cuatro miligramos por kilogramo de peso corporal, y hay niños de 18 o 14 kilos, que si consumen dos yogurt podrían llegar a superar el nivel de seguridad”.
A eso, dijo la especialista, incluso se podría agregar el consumo de un jugo o cereal con stevia, con lo que “podríamos estarlo pasando tres, cuatro veces del nivel de seguridad. Ese es el gran problema a largo plazo”, aseguró.
Teniendo en cuenta esos antecedentes, Sambra recomendó cambiar la ley de etiquetado en Chile, para que a las habituales advertencias sobre azúcar y altas calorías, se sume una sobre edulcorantes. Según la nutricionista, luego de la puesta en marcha de la legislación, muchas empresas optaron por reemplazar el azúcar de sus productos con endulzante para evitar los sellos negros.
“Sería bueno que incluyamos lo que hizo México, porque México copió la ley de etiquetado chilena, pero además incluyó dentro de estos sellos de advertencia uno que dice: puede contener edulcorantes no recomendables en niños y embarazadas, que serían un grupo de riesgo”, dijo.
“Yo creo que sí debería haber una modificación desde ese punto de vista, que le aclaremos a las personas en el etiquetado que ese producto tiene edulcorante, como lo están haciendo en ese otro país”, agregó.
La especialista además advirtió que esta recomendación de la OMS no debe tomarse como una invitación para consumir más azúcar. Si bien, esta última es menos nociva que los endulzantes, su consumo también debe ser controlado.
“La recomendación a nivel mundial respecto a los azúcares simples es que, en población general, no representen más del 10% de las calorías en un día, esto, en la práctica, se traduce en que uno no debería comer más de cuatro o cinco cucharaditas”, indicó.
Por último, Sambra aseguró que “el mensaje no es: volvamos al azúcar, sino que ambas cosas, tanto el consumo de edulcorante como de azúcar, se tienen que reducir”, concluyó.
