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¿De quién es el Gobierno?

Columna de opinión por Tomás Manuel Fábrega
Viernes 19 de mayo 2023 10:59 hrs.


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Como pocas veces en nuestra historia, hoy más que nunca la categoría “generación” está en boca de todos. Se dice que una nueva generación alcanzó el Gobierno y que eso supone un cambio de proporciones en el país. Sin embargo, esto tiene un bajo correlato institucional y social. Si un extranjero viniera a Chile, raramente podría decir que conoció un lugar en que la juventud -como cuerpo- está gobernando.

Si este fuera realmente el Gobierno de los jóvenes habría un Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) fortalecido y en todas partes. Habría innovaciones institucionales mayores, como ejemplo, le entregaría una mirada interesante a este Gobierno que el INJUV jugase un rol tan importante como el Ministerio de la Mujer y el Ministerio del Medioambiente, que en buena hora, cumplen un papel protagónico en esta administración. Podría pensarse al INJUV como un tercer actor o el tercer observador participante de las tareas gubernamentales.

El Gobierno del Presidente Boric no ha escatimado esfuerzos en entregar mensajes dirigidos a los niños. Pero ha faltado hacer un gesto similar con los jóvenes entre 15 y 30 años. Para decirlo de la manera más elegante posible, en este primer año los jóvenes no han visto al Gobierno como propio. El pronóstico hacia adelante no es más alentador dado la poca influencia que hoy tiene el Frente Amplio en las universidades, su núcleo natural. Esta nueva izquierda, por ahora, ha demostrado ser meteórica en todos los casos, para su bien y para su mal.

Por decirlo de alguna manera, el Gobierno y más allá, el Frente Amplio, que en un estadio normal de las cosas tendrían vida más allá del Estado, debería apelar no sólo a la fuerza propia, sino que también a la generación propia. Este Gobierno es de todas y todos los chilenos. Pero, debería ser normal que -sin caer en actos de matonería- la juventud sintiera que este Presidente Boric es más su Presidente que el de sus padres.

Este es el momento del ensayo y el error, de formar cuadros, de mejorar el capital humano, de hacer llamados a las y los jóvenes a luchar por un país mejor ¿Quién sino los jóvenes apoyarían al Presidente en un llamado a reconstruir casas en el sur después de los incendios? ¿Quién más tiene la energía y el tiempo? ¿Quién más que los jóvenes apoyaran al presidente en una eventual lucha contra el retroceso ultraconservador que se vaticina? No es sano olvidar que los mandos de Simón Bolívar no tuvieron más que apelar a cientos de jóvenes de colegio para vencer a los españoles y lograr la independencia latinoamericana en batallas como la de “La Victoria” en 1812 o que los jóvenes secundarios del 2006 fueron quienes abrieron el camino que explica el Chile actual.

Habría que cuidarse de creer que existe una juventud homogénea, la generación es una categoría útil pero no se basta por sí misma. Además, la juventud de hoy también debiese reflexionar ¿Cómo es que está gobernando alguien que hace 10 años era Presidente de la principal federación de estudiantes y no lo estamos ni apoyando ni criticando activamente? ¿Es admisible ser espectadores de un momento como este? Quizás, una parte de la juventud sigue en cuarentena. Pero hay un interés dormido, al menos así lo refleja la décima Encuesta Nacional de Juventudes (2022) en la cual el 28,9% las y los jóvenes que fueron encuestados manifestaron interés por la política, el número más alto desde que se realiza la encuesta.

Apelar a los jóvenes podría ser una forma de acumular energías y fuerzas. No son pocos, según la encuesta antes mencionada son el 21.2% de la población. Además, apoyarse en los jóvenes da aires sin provocar grandes conflictos, sin agudizar la polarización. No es lo mismo dirigir un mensaje consistente a la juventud, que dar señales al sector más izquierdista de la coalición. Los jóvenes pueden darle agua al Presidente Boric, sin que esa misma agua signifique negarle la sal y el agua a la oposición.

Hoy no queda claro de quién es el Gobierno. Pero todos, por razones racionales y lógicas sabemos de quién es el futuro. Ayudemos al Gobierno a tomar conciencia de este asunto porque en el horizonte hay un arca poderosa que aún no ha visto.

Por Tomás Manuel Fábrega

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.