Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala, denuncia “persecución política”
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió temporalmente a su partido, Semilla, una decisión que le permitirá asumir la presidencia en 2024, pero no permite saber si los miembros de su partido puedan ocupar asientos en el Congreso Nacional.
Martes 29 de agosto 2023 15:56 hrs.
El lunes de esta semana, el tribunal confirmó la victoria de Bernardo Arévalo en la jornada electoral última, pero inmediatamente después el organismo suspendió temporalmente a su partido, basado en denuncias de firmas falsas en el proceso de su creación en 2017. Este es el periodo electoral más complejo que vive el país en los últimos años, especialmente porque la suspensión del partido político del nuevo presidente resultó tan inesperada como sorprendente para el mundo político guatemalteco.
Pero el presidente electo ya estaba avisado: 8 días después de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral anunció que la inscripción y registro ante esa instancia del Movimiento Semilla como nuevo partido político no había sido legal debido a “irregularidades en su fundación”. Como consecuencia, el tribunal dictaminó que “la Dirección General del Registro de Ciudadanos resuelve suspender provisionalmente la inscripción como persona jurídica del partido político Movimiento Semilla”, según reza su resolución publicada ayer. En una rueda de prensa a última hora de anoche, Arévalo calificó la suspensión como “ilegal”, agregando que forma parte de una “persecución política” para impedir su investidura y la de su vicepresidenta, Karin Herrera, el próximo 14 de enero.
Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral otorgó a Semilla tres días para presentar una apelación, lo que permitiría que el caso pueda ser elevado al Tribunal Supremo de Justicia de Guatemala. Otro aspecto de lo ocurrido en este ámbito es que, desde hace meses, la Fiscalía de Guatemala, vinculada al gobierno actual, ha intentado suspender al partido de Arévalo, desde que ganara en la primera vuelta de las elecciones, en junio de este año.
De acuerdo con las declaraciones de los representantes de Semilla, múltiples miembros de la Fiscalía de Guatemala acusaron al movimiento político de haber sido creado ilegalmente con el objetivo de impedir su participación en la segunda vuelta el 20 de agosto.
Las acusaciones del ministerio público fueron rechazadas en ese momento por el Tribunal Supremo Electoral, porque la ley de votaciones guatemalteca prohíbe suspender a un partido político en medio de una jornada electoral. Pero, ante la definitiva y arrolladora victoria de Arévalo, los fiscales han decidido retomar el caso y, en consecuencia, pidieron la inhabilitación temporal de Semilla.
“En este momento, nadie puede impedirme asumir el cargo el 14 de enero”, dijo el ganador en una reciente rueda de prensa. El candidato progresista arrasó en las elecciones presidenciales, contando con más de un 60% de los votos en la segunda vuelta, contra su contrincante, la candidata conservadora Sandra Torres, que obtuvo sólo un 32%. Pero no todo fue alegría. Después de ganar las presidenciales, Arévalo y varios otros representantes de Semilla han sido amenazados por grupos criminales y existe temor por su seguridad. De hecho, ante esta situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció, a través de un comunicado, que “el intento de suspender a Semilla era injustificado y constituye una interpretación abusiva de la ley”.
Después de la suspensión de Semilla, Arévalo anunció, asimismo, que mantendrá una conversación con el presidente actual, Alejandro Giammattei, para coordinar la transición presidencial y su investidura. Según los analistas políticos, la inhabilitación de Semilla no impedirá que Arévalo llegue a la presidencia, dado que es oficialmente ganador absoluto de la segunda vuelta electoral.
Pero, la decisión del Tribunal Supremo Electoral puede impedir que los miembros de su partido lo acompañen desde el Congreso Nacional y, con toda seguridad, los va a necesitar para llevar a cabo las reformas prometidas al pueblo guatemalteco que confió abrumadoramente en él.
El lunes de esta semana, el tribunal confirmó la victoria de Bernardo Arévalo en la jornada electoral última, pero inmediatamente después el organismo suspendió temporalmente a su partido, basado en denuncias de firmas falsas en el proceso de su creación en 2017. Este es el periodo electoral más complejo que vive el país en los últimos años, especialmente porque la suspensión del partido político del nuevo presidente resultó tan inesperada como sorprendente para el mundo político guatemalteco.
Pero el presidente electo ya estaba avisado: 8 días después de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral anunció que la inscripción y registro ante esa instancia del Movimiento Semilla como nuevo partido político no había sido legal debido a “irregularidades en su fundación”. Como consecuencia, el tribunal dictaminó que “la Dirección General del Registro de Ciudadanos resuelve suspender provisionalmente la inscripción como persona jurídica del partido político Movimiento Semilla”, según reza su resolución publicada ayer. En una rueda de prensa a última hora de anoche, Arévalo calificó la suspensión como “ilegal”, agregando que forma parte de una “persecución política” para impedir su investidura y la de su vicepresidenta, Karin Herrera, el próximo 14 de enero.
Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral otorgó a Semilla tres días para presentar una apelación, lo que permitiría que el caso pueda ser elevado al Tribunal Supremo de Justicia de Guatemala. Otro aspecto de lo ocurrido en este ámbito es que, desde hace meses, la Fiscalía de Guatemala, vinculada al gobierno actual, ha intentado suspender al partido de Arévalo, desde que ganara en la primera vuelta de las elecciones, en junio de este año.
De acuerdo con las declaraciones de los representantes de Semilla, múltiples miembros de la Fiscalía de Guatemala acusaron al movimiento político de haber sido creado ilegalmente con el objetivo de impedir su participación en la segunda vuelta el 20 de agosto.
Las acusaciones del ministerio público fueron rechazadas en ese momento por el Tribunal Supremo Electoral, porque la ley de votaciones guatemalteca prohíbe suspender a un partido político en medio de una jornada electoral. Pero, ante la definitiva y arrolladora victoria de Arévalo, los fiscales han decidido retomar el caso y, en consecuencia, pidieron la inhabilitación temporal de Semilla.
“En este momento, nadie puede impedirme asumir el cargo el 14 de enero”, dijo el ganador en una reciente rueda de prensa. El candidato progresista arrasó en las elecciones presidenciales, contando con más de un 60% de los votos en la segunda vuelta, contra su contrincante, la candidata conservadora Sandra Torres, que obtuvo sólo un 32%. Pero no todo fue alegría. Después de ganar las presidenciales, Arévalo y varios otros representantes de Semilla han sido amenazados por grupos criminales y existe temor por su seguridad. De hecho, ante esta situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció, a través de un comunicado, que “el intento de suspender a Semilla era injustificado y constituye una interpretación abusiva de la ley”.
Después de la suspensión de Semilla, Arévalo anunció, asimismo, que mantendrá una conversación con el presidente actual, Alejandro Giammattei, para coordinar la transición presidencial y su investidura. Según los analistas políticos, la inhabilitación de Semilla no impedirá que Arévalo llegue a la presidencia, dado que es oficialmente ganador absoluto de la segunda vuelta electoral.
Pero, la decisión del Tribunal Supremo Electoral puede impedir que los miembros de su partido lo acompañen desde el Congreso Nacional y, con toda seguridad, los va a necesitar para llevar a cabo las reformas prometidas al pueblo guatemalteco que confió abrumadoramente en él.
El lunes de esta semana, el tribunal confirmó la victoria de Bernardo Arévalo en la jornada electoral última, pero inmediatamente después el organismo suspendió temporalmente a su partido, basado en denuncias de firmas falsas en el proceso de su creación en 2017. Este es el periodo electoral más complejo que vive el país en los últimos años, especialmente porque la suspensión del partido político del nuevo presidente resultó tan inesperada como sorprendente para el mundo político guatemalteco.
Pero el presidente electo ya estaba avisado: 8 días después de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral anunció que la inscripción y registro ante esa instancia del Movimiento Semilla como nuevo partido político no había sido legal debido a “irregularidades en su fundación”. Como consecuencia, el tribunal dictaminó que “la Dirección General del Registro de Ciudadanos resuelve suspender provisionalmente la inscripción como persona jurídica del partido político Movimiento Semilla”, según reza su resolución publicada ayer. En una rueda de prensa a última hora de anoche, Arévalo calificó la suspensión como “ilegal”, agregando que forma parte de una “persecución política” para impedir su investidura y la de su vicepresidenta, Karin Herrera, el próximo 14 de enero.
Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral otorgó a Semilla tres días para presentar una apelación, lo que permitiría que el caso pueda ser elevado al Tribunal Supremo de Justicia de Guatemala. Otro aspecto de lo ocurrido en este ámbito es que, desde hace meses, la Fiscalía de Guatemala, vinculada al gobierno actual, ha intentado suspender al partido de Arévalo, desde que ganara en la primera vuelta de las elecciones, en junio de este año.
De acuerdo con las declaraciones de los representantes de Semilla, múltiples miembros de la Fiscalía de Guatemala acusaron al movimiento político de haber sido creado ilegalmente con el objetivo de impedir su participación en la segunda vuelta el 20 de agosto.
Las acusaciones del ministerio público fueron rechazadas en ese momento por el Tribunal Supremo Electoral, porque la ley de votaciones guatemalteca prohíbe suspender a un partido político en medio de una jornada electoral. Pero, ante la definitiva y arrolladora victoria de Arévalo, los fiscales han decidido retomar el caso y, en consecuencia, pidieron la inhabilitación temporal de Semilla.
“En este momento, nadie puede impedirme asumir el cargo el 14 de enero”, dijo el ganador en una reciente rueda de prensa. El candidato progresista arrasó en las elecciones presidenciales, contando con más de un 60% de los votos en la segunda vuelta, contra su contrincante, la candidata conservadora Sandra Torres, que obtuvo sólo un 32%. Pero no todo fue alegría. Después de ganar las presidenciales, Arévalo y varios otros representantes de Semilla han sido amenazados por grupos criminales y existe temor por su seguridad. De hecho, ante esta situación, la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció, a través de un comunicado, que “el intento de suspender a Semilla era injustificado y constituye una interpretación abusiva de la ley”.
Después de la suspensión de Semilla, Arévalo anunció, asimismo, que mantendrá una conversación con el presidente actual, Alejandro Giammattei, para coordinar la transición presidencial y su investidura. Según los analistas políticos, la inhabilitación de Semilla no impedirá que Arévalo llegue a la presidencia, dado que es oficialmente ganador absoluto de la segunda vuelta electoral.
Pero, la decisión del Tribunal Supremo Electoral puede impedir que los miembros de su partido lo acompañen desde el Congreso Nacional y, con toda seguridad, los va a necesitar para llevar a cabo las reformas prometidas al pueblo guatemalteco que confió abrumadoramente en él.
