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El Vaticano permitirá bendecir a parejas del mismo sexo

La bendición a parejas del mismo sexo, que no estén canónicamente casadas por la Iglesia, requerirá a partir de ahora, tan sólo de una "oración breve" en la que el sacerdote pedirá "paz, salud, paciencia, diálogo y ayuda mutua" para los bendecidos.

Luis Hernan Schwaner

  Lunes 18 de diciembre 2023 17:19 hrs. 
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Un documento publicado este lunes 18 de diciembre por la poderosa Congregación o Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en Roma, señala que “se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su ‘status’ ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio“. La declaración lleva por título “Fiducia Supplicans: sobre el sentido pastoral de las bendiciones” y es la primera que la Congregación, el antiguo y temido Santo Oficio o Inquisición, publica en los últimos 23 años, desde “Dominus Jesus” en el año 2000, un documento de valor doctrinal.

La posibilidad que surge ahora de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, que surge de la voluntad del papa Francisco, supone un cambio radical de postura respecto a aquella que la misma Congregación para la Doctrina de la Fe publicó en marzo de 2021 -dirigida entonces por el ultraconservador cardenal español Luis Ladaria Ferrer- que establecía que la Iglesia católica no podía impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo. Se trata en primer lugar de un largo texto en el que se analiza, repasándolo, el origen y sentido teológico del acto de la bendición, desde el Antiguo Testamento y en las Escrituras.

“En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios a los seres humanos y otorgada por éstos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento”, se lee en el texto.

 Sin embargo, y pese a la apertura para aceptar la bendición de dichas parejas, el Vaticano rechaza como “inadmisible” cualquier “rito u oración que puedan crear confusión entre lo que es constitutiva de matrimonio“, como por ejemplo los que lleva a cabo el clero alemán, que ofrece “actos de bendición” pese a la disconformidad de la Santa Sede.

“No se debe promover ni convertir el texto para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero tampoco se debe impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”, sentencia la Doctrina de la Fe en su declaración. El documento  profundiza en el tema de las bendiciones, distinguiendo entre las bendiciones rituales y litúrgicas, y las bendiciones espontáneas que se asemejan más a gestos de devoción popular. Precisamente en esta segunda categoría se contempla ahora la posibilidad de acoger también a quienes no viven según las normas de la doctrina moral cristiana pero que piden con humildad ser bendecidos.  

Fiducia suplicans” se abre con una introducción del prefecto, el cardenal argentino Víctor Fernández, quien explica que la declaración profundiza en el “significado pastoral de las bendiciones”, permitiendo “ampliar y enriquecer su comprensión clásica” a través de una reflexión teológica “basada en la visión pastoral del Papa Francisco”. Una reflexión que supone el anterior pronunciamiento de 2021, ahora ampliado, para evitar reconocer en modo alguno “como matrimonio algo que no lo es”, es decir, la reiteración de la perenne doctrina católica que sólo considera lícitas las relaciones sexuales dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer.

Un segundo amplio capítulo del documento (parágrafos 7-30) analiza el significado de las diversas bendiciones, que tienen como destino personas, objetos de devoción, lugares de la vida. Recuerda, asimismo, que desde un punto de vista estrictamente litúrgico, la Iglesia no tiene potestad para conferir una bendición litúrgica a parejas irregulares o del mismo sexo. Pero, agrega, hay que evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones sólo a este punto, exigiendo para una simple bendición “las mismas condiciones morales que se exigen para la recepción de los sacramentos”.

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