Este lunes, el pleno de la Corte Suprema eligió al ministro Ricardo Blanco para suceder a Juan Eduardo Fuentes como presidente del máximo tribunal.
Tras ser escogido de manera unánime por sus pares, Blanco agradeció “a todos los ministros y ministras que conforman el pleno de la Corte Suprema, por haber depositada su confianza en mí para liderar el máximo tribunal por los próximos dos años. Me siento muy honrado por esta designación, pues constituye un alto honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad“, expresó.
El nuevo presidente de la Corte Suprema hizo un breve repaso por su carrera en el poder judicial, mencionando que se ha desempeñado como juez del crimen, relator de la Corte de Apelaciones de Santiago y de la Corte Suprema, ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel y como ministro de la Corte Suprema desde junio de 2013.
“Debo hacer presente que he colaborado con el poder judicial por casi 48 años, por lo que conozco plenamente su rol y a sus funcionarios. Confío plenamente en que con el constante trabajo profesional de todos sus estamentos, ello nos conducirá al cumplimiento de nuestras metas y en ese ámbito, a la coronación exitosa de nuestros esfuerzos para el bien de nuestro país”, aseguró.
Blanco asumirá su cargo el 8 de enero del próximo año, por lo que señaló que lo único que puede decir por el momento, es que “seré un continuador de la obra de los expresidentes, pues valoro enormemente la gestión del actual presidente, don Juan Eduardo Fuentes Belmar”.
“No obstante lo anterior, junto con los equipos de trabajo que se conformaran, también se intentará dar una nueva impronta y un sello personal a la labor por ejecutar, en los desafíos que se propongan para el futuro”, precisó.
Finalmente, afirmó que “el poder judicial es uno de los tres poderes del Estado y es esencial para la convivencia democrática y como tal, me esforzaré día a día para situarlo en el lugar que se merece, generar una justicia más cercana, expedita, confiable, moderna, independiente y con funcionarias y funcionarios dispuestos a prestar un servicio de justicia de la más alta calidad posible a toda la ciudadanía”, concluyó.
Este lunes, el pleno de la Corte Suprema eligió al ministro Ricardo Blanco para suceder a Juan Eduardo Fuentes como presidente del máximo tribunal.
Tras ser escogido de manera unánime por sus pares, Blanco agradeció “a todos los ministros y ministras que conforman el pleno de la Corte Suprema, por haber depositada su confianza en mí para liderar el máximo tribunal por los próximos dos años. Me siento muy honrado por esta designación, pues constituye un alto honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad“, expresó.
El nuevo presidente de la Corte Suprema hizo un breve repaso por su carrera en el poder judicial, mencionando que se ha desempeñado como juez del crimen, relator de la Corte de Apelaciones de Santiago y de la Corte Suprema, ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel y como ministro de la Corte Suprema desde junio de 2013.
“Debo hacer presente que he colaborado con el poder judicial por casi 48 años, por lo que conozco plenamente su rol y a sus funcionarios. Confío plenamente en que con el constante trabajo profesional de todos sus estamentos, ello nos conducirá al cumplimiento de nuestras metas y en ese ámbito, a la coronación exitosa de nuestros esfuerzos para el bien de nuestro país”, aseguró.
Blanco asumirá su cargo el 8 de enero del próximo año, por lo que señaló que lo único que puede decir por el momento, es que “seré un continuador de la obra de los expresidentes, pues valoro enormemente la gestión del actual presidente, don Juan Eduardo Fuentes Belmar”.
“No obstante lo anterior, junto con los equipos de trabajo que se conformaran, también se intentará dar una nueva impronta y un sello personal a la labor por ejecutar, en los desafíos que se propongan para el futuro”, precisó.
Finalmente, afirmó que “el poder judicial es uno de los tres poderes del Estado y es esencial para la convivencia democrática y como tal, me esforzaré día a día para situarlo en el lugar que se merece, generar una justicia más cercana, expedita, confiable, moderna, independiente y con funcionarias y funcionarios dispuestos a prestar un servicio de justicia de la más alta calidad posible a toda la ciudadanía”, concluyó.
Este lunes, el pleno de la Corte Suprema eligió al ministro Ricardo Blanco para suceder a Juan Eduardo Fuentes como presidente del máximo tribunal.
Tras ser escogido de manera unánime por sus pares, Blanco agradeció “a todos los ministros y ministras que conforman el pleno de la Corte Suprema, por haber depositada su confianza en mí para liderar el máximo tribunal por los próximos dos años. Me siento muy honrado por esta designación, pues constituye un alto honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad“, expresó.
El nuevo presidente de la Corte Suprema hizo un breve repaso por su carrera en el poder judicial, mencionando que se ha desempeñado como juez del crimen, relator de la Corte de Apelaciones de Santiago y de la Corte Suprema, ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel y como ministro de la Corte Suprema desde junio de 2013.
“Debo hacer presente que he colaborado con el poder judicial por casi 48 años, por lo que conozco plenamente su rol y a sus funcionarios. Confío plenamente en que con el constante trabajo profesional de todos sus estamentos, ello nos conducirá al cumplimiento de nuestras metas y en ese ámbito, a la coronación exitosa de nuestros esfuerzos para el bien de nuestro país”, aseguró.
Blanco asumirá su cargo el 8 de enero del próximo año, por lo que señaló que lo único que puede decir por el momento, es que “seré un continuador de la obra de los expresidentes, pues valoro enormemente la gestión del actual presidente, don Juan Eduardo Fuentes Belmar”.
“No obstante lo anterior, junto con los equipos de trabajo que se conformaran, también se intentará dar una nueva impronta y un sello personal a la labor por ejecutar, en los desafíos que se propongan para el futuro”, precisó.
Finalmente, afirmó que “el poder judicial es uno de los tres poderes del Estado y es esencial para la convivencia democrática y como tal, me esforzaré día a día para situarlo en el lugar que se merece, generar una justicia más cercana, expedita, confiable, moderna, independiente y con funcionarias y funcionarios dispuestos a prestar un servicio de justicia de la más alta calidad posible a toda la ciudadanía”, concluyó.
