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Bielorrusia utilizaría armas nucleares rusas ante agresión de vecinos de la OTAN

La Doctrina Militar bielorrusa incluye por primera vez las armas atómicas recibidas de Rusia en 2023 para el programa militar del país y prevé la posibilidad de utilizarlas. Así lo declaró este miércoles el ministro de Defensa Víktor Jrenin, durante una reunión con el presidente, Alexánder Lukashenko.

Luis Schwaner

  Miércoles 17 de enero 2024 16:55 hrs. 
Alexandr Lukashenko

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Según Jreni, dicho armamento se usaría “como parte de la respuesta a posibles amenazas militares” y, agregó, “hemos definido y comunicado claramente la visión de la República de Bielorrusia sobre el uso de armas nucleares tácticas ubicadas en nuestro territorio”. Jrenin añadió que esta nueva doctrina castrense “será presentada próximamente para su aprobación a la Asamblea Popular de Bielorrusia”. 

 Sin embargo, el anuncio resulta paradojal dado lo anunciado el año pasado por el propio presidente ruso, Vladímir Putin, cuando declaró que las armas nucleares tácticas transferidas por Rusia a Bielorrusia estarían bajo el control absoluto de Moscú y que su utilización de forma autónoma por parte del Ejército bielorruso está excluida.
 Ya en marzo de 2023 Putin anunciaba su intención de enviar a Bielorrusia parte del arsenal ruso de armas nucleares tácticas y lo justificó asegurando que Estados Unidos desplegó ya antes este tipo de armas en Alemania, Holanda, Italia y en otros países de la Unión Europea.

“No entregamos nuestras armas nucleares tácticas a Bielorrusia, pero las desplegaremos allí y entrenaremos a su Ejército, tal como Estados Unidos lo está haciendo en otros países de Europa”, enfatizó Putin. 

 En diciembre, Lukashenko había informado que todas las ojivas nucleares incluidas en el acuerdo con Putin estaba ya en suelo bielorruso desde octubre, aunque unos meses antes -en junio- el gobernante se jactaba de que el armamento atómico que por esos días Rusia ya había empezado a mandar “son bombas tres veces más poderosas que las que se lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki”, aseguraba.

Subrayó también que el hecho de que estas armas nucleares tácticas estén bajo control de Moscú no impediría su utilización por parte de Minsk si lo estimara necesario, ya que, subrayó, él y el presidente Putin pueden comunicarse por teléfono “en cualquier momento”. 

 Advirtió, asimismo, que la presencia de armas atómicas en su territorio, “disuadirá a posibles agresores”, lo que se entendió de inmediato como una alusión a Polonia, Lituania y Letonia, que comparten frontera con Bielorrusia y son, al mismo tiempo, miembros de la OTAN.
 Lukashenko sostuvo, además, que “siempre hemos sido un objetivo para ellos (Occidente) y llevan queriendo hacernos pedazos desde 2020”, cuando el monumental golpe de Estado que encabezó para continuar siendo presidente del país, condujo a una ola de protestas que fueron duramente reprimidas.

“Pero nadie se atreverá con un país que posee armas nucleares”, dijo. “Espero no tener que tomar la decisión de usar estas armas en los tiempos actuales… pero no lo dudaremos en hacerlo si es necesario”, añadió.

 Por su parte, Putin aclaró en marzo del año pasado que Rusia “ha ayudado a Bielorrusia a reequipar 10 bombarderos para portar armas nucleares tácticas” y que había transferido al Ejército bielorruso el sistema de misiles Iskander, también capaz de portar carga atómica.

Tanto Estados Unidos como la Alianza Atlántica criticaron duramente la decisión del Kremlin de volver a nuclearizar a un país que se había deshecho de sus arsenales atómicos tras la desintegración de la URSS, al igual que lo hizo su vecina Ucrania, país que también se despojó de sus armas nucleares a cambio de unas “garantías de seguridad” que Rusia se comprometió a respetar como Estado firmante del acuerdo de Budapest, pero que probablemente, a la vista de lo que está sucediendo en la actualidad, no parece haber cumplido.

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