Teatrocinema reclama su espacio en el teatro familiar con “Pinocchio”
Con elenco renovado y en el marco del Famfest, este viernes 11 se reestrena la obra que inauguró la trayectoria de La Troppa. "Tiene el mundo simbólico de todas las obras que hicimos después", dice Laura Pizarro.
Rodrigo Alarcón
Domingo 6 de julio 2014 11:50 hrs.
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En diciembre de 1990 y en el Centro Cultural de Las Condes fue el estreno de Pinocchio. Era la primera obra que Laura Pizarro, Juan Carlos Zagal y Jaime Lorca estrenaban bajo el nombre de La Troppa, luego de montar tres trabajos como un colectivo llamado Los que No Estaban Muertos.
Basado en la novela de Carlo Collodi, fue el primer montaje con el nombre que utilizaron hasta su ruptura, en 2005, y que los llevó a cruzar fronteras con títulos como Gemelos (1999) y Jesús Betz (2003), entre otras.
“Pudimos sacar la cabeza a la luz. Fue un montaje muy alegre y nos cambiamos el nombre: La Troppa porque éramos obreros del teatro, todos distintos y trabajando de la misma manera por lo que queríamos. Sin director y con los tres compenetrados”, recuerda Laura Pizarro.
Por todo eso es significativo que el montaje vuelva a escena desde este viernes 11, ahora de la mano de Teatrocinema, la compañía que formaron Pizarro y Zagal.
Aunque el grupo se ha encargado en el último tiempo de montar nuevas versiones de títulos como Gemelos y Viaje al centro de la Tierra, esta vez lo hará en el marco del séptimo festival de teatro familiar Famfest, que reúne decenas de obras y compañías chilenas y extranjeras. Es decir, un escenario distinto al que conocieron en los ’90.
“Cuando nos planteamos hacer Pinocchio, la idea era buscar una obra que reuniera a un espectro grande de personas en términos etarios. Además, siempre pensábamos que este público eran personas inteligentes y capaces de hacer asociaciones libres según cada una de sus experiencias. Quizás eso marcó algo distinto en los ’90, cuando se hablaba de obras familiares o infantiles”, afirma Laura Pizarro. “Pretendíamos no entregar una cosa ya procesada, sino que la idea del montaje se fuera procesando junto con el público”.
Por otra parte, Pinocchio estableció los cimientos de un lenguaje que se desarrolló en las obras posteriores: “Pasó a ser un poco emblemática de La Troppa y sigue siendo una historia cargada de ternura, con el mismo mundo simbólico que hemos seguido manejando en todas las obras que hemos hecho después: es un héroe que hace un trayecto para encontrar un estado de cosas distinto. Es representativa de eso y, además, es la manera de vincularnos y traspasar la experiencia que hemos tenido por años en el escenario a un grupo de actores más jóvenes”, explica.
Esto, porque la escenografía es la misma, pero el elenco ha cambiado. En esta versión, los personajes están a cargo de los jóvenes Sofía Zagal (hija de Juan Carlos), Fernando Oviedo y Juan Pablo Troncoso. Éste último, por ejemplo, solo tenía dos años cuando la obra fue estrenada.
“Primero, es un aprendizaje, es como una nueva escuela, sobre todo por el estilo, la forma de actuar y la manipulación de objetos. Fue como estudiar de nuevo, porque es muy diferente a lo que aprendemos en la escuela. Había leído de ellos, los había estudiado y de repente formar parte de eso es raro. Trabajas con gente que entiendes que es súper importante, entonces es difícil tomarle el peso ahora”, describe Troncoso.
Pinocchio se presentará entre el 11 y 27 de julio, de jueves a domingo, en la sala de Teatrocinema, ubicada en Ernesto Pinto Lagarrigue 179, barrio Bellavista. Las entradas tienen valores entre siete y 4.500 mil pesos.
En diciembre de 1990 y en el Centro Cultural de Las Condes fue el estreno de Pinocchio. Era la primera obra que Laura Pizarro, Juan Carlos Zagal y Jaime Lorca estrenaban bajo el nombre de La Troppa, luego de montar tres trabajos como un colectivo llamado Los que No Estaban Muertos.
Basado en la novela de Carlo Collodi, fue el primer montaje con el nombre que utilizaron hasta su ruptura, en 2005, y que los llevó a cruzar fronteras con títulos como Gemelos (1999) y Jesús Betz (2003), entre otras.
“Pudimos sacar la cabeza a la luz. Fue un montaje muy alegre y nos cambiamos el nombre: La Troppa porque éramos obreros del teatro, todos distintos y trabajando de la misma manera por lo que queríamos. Sin director y con los tres compenetrados”, recuerda Laura Pizarro.
Por todo eso es significativo que el montaje vuelva a escena desde este viernes 11, ahora de la mano de Teatrocinema, la compañía que formaron Pizarro y Zagal.
Aunque el grupo se ha encargado en el último tiempo de montar nuevas versiones de títulos como Gemelos y Viaje al centro de la Tierra, esta vez lo hará en el marco del séptimo festival de teatro familiar Famfest, que reúne decenas de obras y compañías chilenas y extranjeras. Es decir, un escenario distinto al que conocieron en los ’90.
“Cuando nos planteamos hacer Pinocchio, la idea era buscar una obra que reuniera a un espectro grande de personas en términos etarios. Además, siempre pensábamos que este público eran personas inteligentes y capaces de hacer asociaciones libres según cada una de sus experiencias. Quizás eso marcó algo distinto en los ’90, cuando se hablaba de obras familiares o infantiles”, afirma Laura Pizarro. “Pretendíamos no entregar una cosa ya procesada, sino que la idea del montaje se fuera procesando junto con el público”.
Por otra parte, Pinocchio estableció los cimientos de un lenguaje que se desarrolló en las obras posteriores: “Pasó a ser un poco emblemática de La Troppa y sigue siendo una historia cargada de ternura, con el mismo mundo simbólico que hemos seguido manejando en todas las obras que hemos hecho después: es un héroe que hace un trayecto para encontrar un estado de cosas distinto. Es representativa de eso y, además, es la manera de vincularnos y traspasar la experiencia que hemos tenido por años en el escenario a un grupo de actores más jóvenes”, explica.
Esto, porque la escenografía es la misma, pero el elenco ha cambiado. En esta versión, los personajes están a cargo de los jóvenes Sofía Zagal (hija de Juan Carlos), Fernando Oviedo y Juan Pablo Troncoso. Éste último, por ejemplo, solo tenía dos años cuando la obra fue estrenada.
“Primero, es un aprendizaje, es como una nueva escuela, sobre todo por el estilo, la forma de actuar y la manipulación de objetos. Fue como estudiar de nuevo, porque es muy diferente a lo que aprendemos en la escuela. Había leído de ellos, los había estudiado y de repente formar parte de eso es raro. Trabajas con gente que entiendes que es súper importante, entonces es difícil tomarle el peso ahora”, describe Troncoso.
Pinocchio se presentará entre el 11 y 27 de julio, de jueves a domingo, en la sala de Teatrocinema, ubicada en Ernesto Pinto Lagarrigue 179, barrio Bellavista. Las entradas tienen valores entre siete y 4.500 mil pesos.
En diciembre de 1990 y en el Centro Cultural de Las Condes fue el estreno de Pinocchio. Era la primera obra que Laura Pizarro, Juan Carlos Zagal y Jaime Lorca estrenaban bajo el nombre de La Troppa, luego de montar tres trabajos como un colectivo llamado Los que No Estaban Muertos.
Basado en la novela de Carlo Collodi, fue el primer montaje con el nombre que utilizaron hasta su ruptura, en 2005, y que los llevó a cruzar fronteras con títulos como Gemelos (1999) y Jesús Betz (2003), entre otras.
“Pudimos sacar la cabeza a la luz. Fue un montaje muy alegre y nos cambiamos el nombre: La Troppa porque éramos obreros del teatro, todos distintos y trabajando de la misma manera por lo que queríamos. Sin director y con los tres compenetrados”, recuerda Laura Pizarro.
Por todo eso es significativo que el montaje vuelva a escena desde este viernes 11, ahora de la mano de Teatrocinema, la compañía que formaron Pizarro y Zagal.
Aunque el grupo se ha encargado en el último tiempo de montar nuevas versiones de títulos como Gemelos y Viaje al centro de la Tierra, esta vez lo hará en el marco del séptimo festival de teatro familiar Famfest, que reúne decenas de obras y compañías chilenas y extranjeras. Es decir, un escenario distinto al que conocieron en los ’90.
“Cuando nos planteamos hacer Pinocchio, la idea era buscar una obra que reuniera a un espectro grande de personas en términos etarios. Además, siempre pensábamos que este público eran personas inteligentes y capaces de hacer asociaciones libres según cada una de sus experiencias. Quizás eso marcó algo distinto en los ’90, cuando se hablaba de obras familiares o infantiles”, afirma Laura Pizarro. “Pretendíamos no entregar una cosa ya procesada, sino que la idea del montaje se fuera procesando junto con el público”.
Por otra parte, Pinocchio estableció los cimientos de un lenguaje que se desarrolló en las obras posteriores: “Pasó a ser un poco emblemática de La Troppa y sigue siendo una historia cargada de ternura, con el mismo mundo simbólico que hemos seguido manejando en todas las obras que hemos hecho después: es un héroe que hace un trayecto para encontrar un estado de cosas distinto. Es representativa de eso y, además, es la manera de vincularnos y traspasar la experiencia que hemos tenido por años en el escenario a un grupo de actores más jóvenes”, explica.
Esto, porque la escenografía es la misma, pero el elenco ha cambiado. En esta versión, los personajes están a cargo de los jóvenes Sofía Zagal (hija de Juan Carlos), Fernando Oviedo y Juan Pablo Troncoso. Éste último, por ejemplo, solo tenía dos años cuando la obra fue estrenada.
“Primero, es un aprendizaje, es como una nueva escuela, sobre todo por el estilo, la forma de actuar y la manipulación de objetos. Fue como estudiar de nuevo, porque es muy diferente a lo que aprendemos en la escuela. Había leído de ellos, los había estudiado y de repente formar parte de eso es raro. Trabajas con gente que entiendes que es súper importante, entonces es difícil tomarle el peso ahora”, describe Troncoso.
Pinocchio se presentará entre el 11 y 27 de julio, de jueves a domingo, en la sala de Teatrocinema, ubicada en Ernesto Pinto Lagarrigue 179, barrio Bellavista. Las entradas tienen valores entre siete y 4.500 mil pesos.
